CAPÍTULO XXXIII

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-Nico la puerta está cerrada- moví varias veces el llavín, pero fue en vano la puerta no se abrió.

-Debemos entrar por otro lado- dijo Nico intentando también abrir la puerta.

-alumbra aquí- dije señalando a la oscuridad, si los planos están bien, ahí debe de estar la rejilla de ventilación.
Efectivamente, Nico con la linterna iluminó una cuadrara y pequeña reja de ventilación.

-Por ahí nos podemos colar- se acercó Nico a la rejilla.

-Nico por ahí yo no quepo- dije mientras examinaba el orificio de ventilación más de cerca.

-Tu no, pero yo si- Nico miraba atentamente la rejilla.

-No me arriesgare a que te metas ahí- Nico tiene razón el cabe perfectamente por el conducto de ventilación.

-No creas que te estoy pidiendo permiso-

-Es peligroso que entres tu solo allí-  acerqué la linterna al conducto de ventilación, iluminando el interior.

-Si llego al armasen te puedo abrir desde dentro-

-Bueno escucha lo que te voy a decir-  me agaché a la altura de Nico y puse la mano sobre su hombro.
-En cuanto entres que avancen un poco, te vas a encontrar con dos posibles caminos a tomar, tú vas a coger el izquierdo, vas a avanzar unos metros, la próxima rejilla que veas golpéala para que se abra y estarás en el armasen- Nico es un chico inteligente, esperemos q lo pueda lograr.

-Entendido- asintió con la cabeza.

Me puse en pie, agarré la rejilla por las divisiones que tiene, hice algo de fuerza y logré sacarla, dejando abierto el oscuro conducto por el que va a entrar Nico.
-Ven anda- impulsé a Nico para meterlo en el conducto de ventilación.
-Recuerda lo que te dije y no apagues la linterna- me aseguraba de que Nico tuviera todo el cuerpo dentro del conducto.

-No me repitas tantos las cosas- salió gateando por todo el conducto.
Esperaba no arrepentirme de lo que habíamos acabado de hacer, sentía como el tiempo iba más lento, me estoy asfixiando por la desesperación de no saber nada de Nico, es muy fácil perderse por todos esos ductos de ventilación.
Caminaba de un lado a otro, pasaba mis manos por la cabeza, solo pensaba en Nico. Hasta que sentí que abrieron la puerta del armasen, es Nico lleno de telarañas y con la linterna en la mano.
-Eres genial- entre y cerré la puerta del armasen.

Sentía un alivio, una paz inconmensurable por ver a Nico sano y salvo.

- ¿Me prestas la linterna? - estiré la mano, Nico me dio la linterna que aún estaba quitándose las telarañas de su pelo.

-Gracias - comencé a registrar todo aquel sitio.
Se hace difícil respirar con todo el polvo que hay en este lugar, hay muchos estantes con cajas encima, con papeles, ropa vieja, algunas batas de médicos, no tengo idea de cómo voy a encontrar el diario de Oscar y si pasamos más tiempo fuera de nuestros cuartos nos echarán de menos.

- ¿Qué buscamos? - dijo Nico mientras revisaba algunas cajas por su cuenta.

-Un libro pequeño- con una portada en roja- todavía recordaba las características del diario de mi amigo.

Paso algún rato y no podía encontrar nada me comenzaba a impacientar.
Una caja cae al suelo haciendo un estruendo fuerte, cuando miro fue Nico que saltando había tumbado la caja de un estante en alto.
-Nico cuidado, nos van a descubrir- alumbre la caja.

La caja escrita por fuera tenia escrito Oscar Price, al momento me arrodille, metiendo mis manos dentro de la caja buscando el diario, sin darse cuenta Nico había dado con las partencias de mi amigo. Saqué un sinnúmero de papeles que por lo que puede leer están relacionados con el trastorno de amnesia que sufría mi amigo, casi llegando al fondo fue que vi el diario, este estaba plagado de polvo, le di par de manotazos en la portada para limpiarlo un poco, acerqué la linterna al libro para poder ojearlo y verificar que es el diario de mi amigo.
-Ya vámonos de aquí- me puse en pie.

-No será fácil regresar por donde vinimos- dijo Nico, que estaba de pie a mi lado.
Nico tiene razón.
Serré mis ojos por un momento intentando recordar los planos.
-Nico sino me equivoco por aquí debe de haber un viejo conducto de ventilación, que comunica con el comedor de nuestra ala- comencé alumbrar por todo aquel sitio en busca de la rejilla.

Terminamos por dar con la rejilla, se nota que es vieja, tiene las divisiones de metal comidas por el óxido. Con la ayuda de Nico movimos un estante hacia donde estaba la rejilla, para poder subir por ahí.
Primero subí yo, forcejeé un poco, pero logré zafar la oxidada rejilla.
-sígueme en silencio- al ser un conducto antiguo de ventilación cabía por el sin problemas.
Nico entro justo detrás de mí, pasamos un rato gateando entre telarañas, suciedad y sonidos de ratas, hasta que topamos con el comedor. Intentado quitar la rejilla desde adentro la deje caer al suelo, haciendo un ruido que rebotó por los pasillos del silencioso psiquiátrico.
Me tire lo más rápido que pude cayendo al suelo, cargue a Nico dejándolo en pie al lado mío.
-El guardia va a venir- dijo Nico, asustado.

-Si lo sé- tome una soga que tenían para amarrar un saco de comida.
-Ponte por aquella parte- le ordene a Nico que se agachara a un lado de la puerta.
-Sostiene esta punta con fuerza- le lance la punta de la soga que recién había cogido.
La soga quedo estirada en la parte baja de la puerta, podíamos escuchar los fuertes pasos del guardia acercándose a la cocina, esta venia corriendo, la luz de su linterna se movía arriba debajo de una manera muy rápida.

-Solo aguanta Nico- estire aún más la soga
El guarda en su carrera por llegar al comedor no vio la soga en la puerta, enredando sus pies con la misma, pude sentir la soga moverse al chocar con el peso del guardia, al escuchar el estruendo del guardia contra el piso yo y Nico salimos corriendo a nuestras habitaciones. Eso estuvo cerca.

Una vez estando en mi habitación prendí la luz del cuarto, me disponía a leer los escritos del diario, al abrirlo del medio de las hojas salió una foto que termino por caer contra el suelo. Enseguida tome la fotografía para poder mirarla.

-¿Quién es este?-

SlenDDerman

     
 

OBSERVADO [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora