Cap 26 Una bienvenida otoñal

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Nos reímos empezando la comida que habíamos preparado además del pastel, que había hecho la señora Fuyuka y Kirishima, platicamos sobre lo que nos hace reír, lo que nos gustaría vivir en un futuro. Pusimos la mesa para empezar con nuestras platicas triviales

- Señora Fuyuka, no me imaginaba que tendríamos una plática sin interrumpciones después del delicioso pastel que hicimos. Pensaba que solo sería una visita formal, muy corta, y la estamos pasando muy bien hasta ahora *risas*
¡Esto está delicioso, la langosta en estás fechas no es muy frecuente pero muy deliciosa! -- Kirishima se sentó a mi lado, comíamos langosta rodenadola con carne fresca hecha al horno como nos gusta a mi y a la señora Fuyuka. Kirishima era la primera vez que probaba la receta especial de la señora Fuyuka, solté risas burlonas a su lado por la boca llena de comida que tenía, era asqueroso pero divertido.
Nos agrado tanto que soltamos a carcajadas una y otra vez que Kirishima hacia bromas haciendo expresiones chistosas para pasar el rato, son buenos momentos
- ¿Que tal mi receta especial? ¡No me digas que le faltó sal por qué si no te mandaré a qué me traigas los ingredientes y lo cocinas tú!
- ¡No le faltó nada señora Fuyuka!, ¡De verdad!. Estoy nervioso por qué es la primera vez que lo como... ¡Es por eso que no dije nada!
- *risita burlona* Señora Fuyuka, no lo asusté de esa forma -- rei mucho mientras Kirishima seguía comiendo rápido
- ¡Está muy bueno!
- Veo que ya se conocen muy bien
-- *sonriendo*
- ¿Qué dice señora Fuyuka?
- Desde que Kirishima y tú se volvieron a ver, ya se han conocido lo suficiente como para hacerse reír uno al otro *sonriendo* les gusta pasar tiempo juntos ¿O me equivoco?
-- la señora Fuyuka nos miraba sonriendonos con una expresión para sacarnos la verdad, como si ya lo supiera. Kirishima desde que lo conocí, lo veía un chico como cualquiera pero no solo eso, su carisma no era como el de ahora, si no que algo le faltaba para llenar ese hueco que en su infancia y adolescencia le faltaba... Que era yo
- Siendo sincera, yo he conocido una parte de la personalidad de Kirishima, no lo conozco muy bien a causa del golpe que tuve en mi infancia. Sin embargo, todavía tengo mucho por qué saber sobre está vida, la verdad es muy agradable pasar tiempo con el... con los dos, me gusta -- Mire hacia abajo metiendo mi mechón de cabello en mi oreja, por tiempos mirando a Kirishima, el se quedó callado por lo que dije, y después grito de alegría por saber que le gustaba pasar tiempo conmigo, y por los buenos momentos que hemos pasado hasta que me hizo levantarme de la silla y me cargo dando vueltas mientras el me sonreía.
Me dió un poco de pena, pero no negué lo que había dicho, por qué era cierto. Pasar tiempo con Kirishima era de los momentos más agradables y relajantes de mi vida, por eso lo dije con sinceridad sin retractarme
- ¡Si que están muy felices muchachos!, ¡Sean felices siempre y no dejen de serlo! -- *alegré* *carabana*

Por un momento pensé, al escuchar la palabra "feliz", me recordó a Miyuji que la había llamado hace horas, me preocupa aún dónde podría estar, me dijo que salió con sus padres por cuestión de salud, y que la volveríamos a ver al regreso de las clases. Pensaba ir a su casa a verla, pero me dijo que no la buscará hasta que regresará, para no seguir molestando no la llamé más, y me centraría en preguntarle al llegar a la escuela y poder saber que le había pasado.

La señora Fuyuka y Kirishima se fijaron en mí, los ví a la cara y se preocuparon por lo que pensaba, desvíe la conversación actual con servirles más langosta, sonriendo sin tener sospechas. No me creyeron, Kirishima dudaba de lo que pensaba por lo que le había dicho al preparar el pastel, tomo mi mano y la mantuvo hasta que terminamos de comer.

Limpiamos todo, trastes y mesa, hasta que Kirishima hablo conmigo sobre Miyuji, me aconsejo que no pensará mal, que esperara para verla de nuevo. Al final vimos una película de dos horas y media, hasta que me quedé dormida

Desperté hasta muy tarde, aún soñolienta sentía una mano cálida y acobigadora en mis hombros, esa mano se movía calentandome aún más para que no me despertara. Su calor era lindo, y tierno que mi conciente me decía que no debía de despegarme de ese acobijador lugar. En ese momento de sueño profundo, tuve una visión o sueño en el que me encontraba con mi abuela, me sonreía dandome un collar preciado para ella, ese collar aún lo tiene. Es un collar con piedras verdes pasto, sujetado siendo una figura de trébol, que su collar estaba bordado del sostén con un estambre gris hecho por ella. En ese sueño, que aún seguía en el, me lo daba como un recuerdo suyo, en el mismo sueño me ví a mi llorando tanto que no pare, hasta que abrace a mi abuela y ya no estaba, había desaparecido o se fue, como si fuera humo colorido. Por alguna razón familiar, me desperté de ese sueño tan cálido y extraño, en los brazos de Kirishima, que él ya estaba dormido, me levanté sin despertarlo y eran las dos de la mañana, no tuve otro alternativa que regresar en sus brazos y sin querer lo había despertado un poco, me disculpé por haberlo hecho, y le pregunté por qué se quedó en mi cama, para nada me había molestado, era extraño que por primera vez el estuviera junto a mi ya de noche sin que la señora Fuyuka dijera nada.

EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL PORTADOR CONTEMPORÁNEO VOLÚMEN IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora