Cap 20 ¿Qué debo hacer?

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Una noche de junio a las 8 de la noche, Shin había llegado a la casa de la señora Fuyuka siendo cortez y amable como de costumbre. Llegó a la puerta y lo recibimos con los brazos abiertos. Yo al verlo en el sillón bajando las escaleras, sentí un escalofrío muy intenso al ver sus pupilas apenas viéndose casi siendo visibles sus ojos púrpura. Me dirigí a Shin como sin nada y después subimos a mi habitación a hablar sobre lo que Shin quería decirme.

Cuando subimos a la habitación empezo a mostrar su expresión sencilla, eso me causo un poco de nervios con tan solo ver apenas su ojo. Siendo amable le pregunté por qué esa cara, me respondió que él tenía un presentimiento ni bueno ni malo, como si quisiera darme algún consejo o decirme lo importante que era lo que tenía que saber de frente.
El me dirigió la palabra. Su manera de ser es siendo frío cuando quiere decirme algo importante o algo que lo inquieta, sin desviarse de la plática me dijo que el desmayo que tuve el día de hoy por la mañana era algo normal. Que al desmayarse más de una o dos veces tenía que ver o estar relacionado con "El amuleto" ya que al ser parte de mi tenía cambios drásticos. Al término de la plática no quiso darme más a detalle de lo que significaba el poder del collar, ni mucho menos la energía negativa que poseía hace tiempo.

Cuando Shin me dió la sorpresa de que el collar me daría un poder especial, pretendía que yo entendiera lo que el quiso explicarme. Sus ojos entrecerrados me hacían sentir insegura de lo que se trataba la conversación, algo que se inquietaba más de lo que el creía pensar sobre mi desmayo. En conclusión, pienso que Shin ya tendría que ver con esto, siento que el pretendía explicarme lo que debía de entender ya que era parte de mi destino así como el de la familia Higaku. Cuando estábamos a punto de terminar la conversación, Shin se levantó del banco pequeño dónde estaba sentado, se levantó con felicidad y dijo que yo era parte de la familia Higaku pero, que debería de cumplir con mi destino, es decir que debería de trabajar muy duro para que yo sea aceptada por su familia hasta del... Bueno. Siendo sincera, será una responsabilidad que tomaré a la ligera al principio, pero sabía en el fondo que esto no era un juego. Proteger el secreto de los Higaku, la vida de los que están cerca mío, hasta proteger mi vida con todas mis fuerzas.
¡Proteger mi vida y la de los demás!

Al final de la conversación Shin se me acercó acariciando mi cabello hasta llegar a las puntas. Con sus llemas de los dedos las frotaba suavemente de arriba hacia abajo y me dijo -- Tu cabello huele muy bien -- Me dijo -- ¿Qué tipo de acondicionador usas? Por qué este olor me mantiene feliz para no alejarme de ti -- Con la confianza segura que tenía en Shin yo lo mire diciendo que me incomodaba un poco pero ya siendo parte de mi estaba bien.

- Shin -- Conteste a su pregunta -- Yo no uso ningún tipo de acondicionador, es mi olor natural
-- Siendo franca conteste mirándolo a los ojos sin sonreírle solo siendo sincera a su pregunta. No me creyó al principio pero cuando termine de contestarle el me dijo --- Este olor es el mismo que tiene mi madre, me recuerdas a ella.
- ¿Recordarte a ella...? A qué te refieres con "Me recuerdas a ella"...
-- Pregunté sin cambiar mi expresión.
- Tu olor es el mismo que tiene mi madre. Cuando era un niño siempre mi madre tenía este olor cada vez que me acercaba y la abrazaba -- Shin tomo mi mano con gentileza y la acercó a su nariz. Oliendo con cuidado mi suave mano que sostenía, acomodo la palma de mi mano en sus labios mirándome apenas abriendo sus ojos. Me sentí importante para el, eso me hacía sentir un poco incomoda. Hasta ahora he sido importante para los más cercanos a mí, me siento un poco mal por eso...
- Amor mío -- Me dijo siendo cariñoso
-- Tengo que irme ya es noche -- se aleja sonriéndome lentamente como de costumbre -- Espero que entiendas lo que hablamos hoy. Esto se queda entre los dos nada más...
- No te preocupes gracias por decirme algo muy importante. Aunque tengo que cuidar mis acciones, también tengo que averiguar muchas cosas que tiene este collar -- Tomé el collar y lo apreté con fuerza asintiendo que estaba dispuesta en hacerme cargo del collar.
- Me siento mucho mejor en escuchar eso, me entremeci por qué dijeras que "No" -- Respondió a mi comentario con su tono común.
- Decirte "no..."

Cuando Shin se retiraba el me abrazo diciéndome "Este abrazo es parte de agradecimiento de mi madre por hacerla sonreír" lo había hecho con la intensión de que estuviera mejor. Tuve una oportunidad de poder verla en persona, pero su expresión era más vacía y triste que un día nublado lleno de nubes que cubrían todo el cielo lluvioso. Shin se retiró para poder ver a su madre, se fue y después...

- Bueno tengo que irme. Mi madre me espera no quiero dejarla sola.
- Está bien, tu madre debe de estar preocupada que no has llegado -- Dije con una sonrisa pequeña en mi rostro dejando caer mis cejas siendo empática.
- Gracias Abi descansa -- Abre la puerta saliendo de la habitación.
- Shin espera... Dime ¿Le gustó el regalo a tu madre? Me gustaría saber me pondría feliz saber su respuesta.
- Le encantó y gracias a ti mi madre está mejor al menos sonrie de lo que no hacía hace años -- Acompañe a Shin hasta la puerta de la casa despidiéndonos para poder descansar del duro día que tuvo Shin hasta lo hice por mi. Shin cerro la puerta apenas detrás suyo y el momento de cerrar la puerta la señora Fuyuka se me acercó y me dijo que la ayudara a preparar la cena. Y es ahi, cuando presenti que al decirme algo la señora Fuyuka, me miraría enojada pero era todo lo contrario, sus ojos no eran los que se centran en su presa, como un tigre cazando a su presa, solamente al dejar la taza de café en la mesa siendo cuidadosa, se sento tranquilamente tratando hacer que la conversación fluya de forma pacífica.

La señora Fuyuka me veía triste pero intentaba ocultar sus emociones para que no me preocupara por ella. Solo quería que la conversación no lleve a malas penas, como las discusiones normales.

- Sayuri, dime qué te pasa... Por qué te has sentido diferente estos días. Siento que esto no es para dejarlo pasar -- Me dijo preocupada.
- Señora Fuyuka, mire, he tenido cambios estos últimos meses de los que yo no había tenido en mi adolescencia. Siendo sincera, me siento diferente por ser parte de un mundo diferente, de otra familia.
- Sientes que no encajas en un grupo donde ya te sientes acostumbrada -- Me pregunto.
- No del todo señora Fuyuka, como se lo explicó de la mejor manera posible
-- Pensé y dije con honestidad lo que pensaba -- Hay algo que no me deja centrarme en lo que necesito, para que entienda, me gustaría entender la perspectiva de las demás personas que quieren que las entiendan. Un mundo donde puedes saber que es lo que necesitan por que quieren ayuda.
No quiero decir con esto que pueda meterme en la vida personal de los demás, si no que, pueda ayudarlos siendo cercana a su vida.
- Sayuri, tu empatía te hace ser la mejor persona, para mi ya lo eres. Desde que llegaste a Japón, ví que sufrías por dentro, querías ayuda de la que no tuviste en tu país.
- Solo de mi abuela y mi padre -- Conteste bajando mi cabeza rozando la hiema de mi dedo índice en círculos en el contorno de la taza.
- Si Fuyumi te la dió debió ser una persona empatíca con fuerte carácter.
- Por cierto, no me ha contado como se conocieron mi abuela y usted... ¿No le ha mandado algún recado?
-- Pregunté siendo curiosa. Hace tiempo que no veo a mi abuela, me preguntó por qué no me dejaron verla el día que me fui a Japón.
- No, te había comentado que ya no he tenido contacto con ella desde la última vez que nos vimos Fuyumi y yo.
- ¡Disculpe mi descuido señora Fuyuka! -- Dije disculpándome -- Sabe ya quiero volverla a ver, me gustaría contarle lo que he vivido.
- Se como te sientes, mi abuela que en paz descanse, hace años tuvo que emigrar de Kyoto hacia un estado de Japón muy lejos de aquí para poder juntar dinero y verme. Siendo sincera la extrañe mucho...
- Dígame ¿Cómo era su abuela? Si no es molestia...
- Mi abuela era una señora joven y sana, ella quería lo mejor para sus nietos como para su hija. Aveces moría de hambre por verme crecer. Pero, una vez me dijo que si ella ya no está que siga de pie aunque me caiga, por qué al principio nadie me ayudara.
- ¡Señora Fuyuka, yo estoy para usted y para los que necesiten ayuda!
-- Exclamé
- Apenas eres una jovencita, por mayor que seas aún te falta mucho por que mejorar. Y te diré algo si te sientes vacía por dentro, ven a decírmelo y desahógate sin importar que pueda pagar, por qué al final sufrirás las consecuencias de lo que no cambiaste. Y cuando yo me sienta derrotada veré por mi cuenta como volver a sonreír.
- Señora Fuyuka, usted me hace ver los errores que he cometido. Además de no tener cerca a los que amo, he hecho tonterías y he herido a los que me ayudan. Me siento inútil cuando me brindan apoyo cuando yo no lo hice desde el principio por mi tonta inseguridad. Me gustaría que me dé consejos para poder mejorar. Quiero ser una mejor persona y vivir un mundo donde nadie se preocupe por mí.
¿Usted cree que soy una buena hija...?

"Siguiente capítulo"
"¿Que debo de hacer? - 2"

Hecha por:
Abigailruzz
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