EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL PORTADOR CONTEMPORÁNEO VOLÚMEN I

Cap 40 Mi verdadero origen

Hanabira y yo habíamos llegado al castillo de los pinos, yo saliendo del castillo de la emperadora sin ser tan obvia, me fui acatando las órdenes de mi protector. Algo me decía que debía de tener cuidado con lo que hablo, no quisiera tener problemas a la larga y no poder ser capaz de arreglar lo que cause.
Tsukino nos permitió pasar al castillo y dejar nuestras zetas cómodamente, diciéndome que me sintiera como en casa. Dejé mis Zetas al igual que Hanabira en la entrada del castillo y pase sin tener que hacer esperar a Tsukino.

Al entrar, Tsukino me miró unos segundos de arriba hacia abajo, llevando su mano hacia su mentón y diciéndome "¡Te ves natural con este kimono, Sayuri. Mucho más linda que la anterior ocasión!" Yo solo dije que estaba de acuerdo con ella y pase sonriendo y saludando, diciendo buenas tardes a las sirvientas que estaban cerca de nosotros y las que estaban bajando las escaleras con ropa doblada en sus manos. Ya no me miraban con sorpresa, veían que llevaba moño como las mujeres usan con su kimono y el obi muy bien atado y a la altura. Tsukino me dijo que la ayudará servir y ella pondría la mesa.

- ¡Hay muchos trastes por los que lavar! ¡Esta mañana supe que una montaña de platos y palillos estaban en la cocina sin ser lavados! ¡¿Cómo podremos comer agusto si sabemos que más niños comerán este día?!

Tsukino estando arreglada con su kimono rosa, limpiando la mesa de las morusas que unos "niños" de este castillo habían dejado en la mesa.  Yo solo escuchando sus cuestiones en tono rápido y aguantando la risa que estaba cerca de salir de mi boca. Solo seguí pasando mi mano con un trapo, acomode mi kimono y mire que estaba demaciado arrugado, pase mi mano y aun así no entendía el por aue lo estaba. Me preguntaba si se arrugó mientras estaba sentada en el tatami japonés de la emperadora. Es un misterio para mí

- ¡Todos bajen a comer que la comida ya está servida! —— Tsukino sacudiendo la campana mediana de la cocina para llamar a todos los que vivian en el castillo.
- ¡A tiempo, según mi reloj solo estamos un minuto antes que los demás días! ¡Una vez al año no pasa nada!

Las personas que vivían en el castillo pronto y cada uno de ellos, llegaba al comedor a tomar su silla reservada. Me senté y a los pocos segundos escuché la voz de Rizu, la chica a la que no le agrado por alguna razón que no conozco, me miró y se sorprendió viéndome con cara de desprecio, solo baje la mirada y con repudio grito

- ¡¿Qué es lo que hace aquí esta chica?! ¡¿Tsukino, puedes explicarme por qué está sentada cerca de mi lugar?!
- ¡Ya deja de llamar la atención, Rizu! ¡Sayuri tomo prestada tu silla por esta ocasión por qué no encontró la suya!
- ¡¿Y por qué tiene que ser en la mía?!
- ¡Solo siéntate, y come! —— Rizu enojada se sienta a tres sillas a mi izquierda, del lado más largo de la mesa, tomando posición para comer, recoje un poco sus mangas de su kimono, empieza a separar los palillos y antes de comer un bocado, Tsukino la interrumpe que haga las costumbres que deben de hacerse antes de comer. "Dar las gracias" —— Rizu no tiene de otra que hacerlo de mala gana y es cuando come a montón. Yo apenas separando los palillos al tomarlos de la mesa, Rizu salpicó comida hacia a mí de una manera indiscreta siendo obvia para mí, solo me limpie y seguí comiendo como si no hubiera hecho nada.
- ¿Qué te parece esta comida, Sayuri? Es una receta especial que mi abuela hacia en días de otoño —— Había probado un bocado de la comida que había preparado Tsukino. Al masticar, era tan blanda la carne que el calor que se guardaba en la carne hacia que me agradará tanto el sabor que por la quemada que se dió mi lengua, sonreí tapando el rose de mis mejillas sonriendo y alegrarme de la comida que estaba probando junto con los acompañantes del castillo. Rizu solo me miraba desagradablemente mientras comía y sonreía al comer los platillos hechos por Tsukino. Solo sonreía y se ruborizaba por lo que había hecho para todos nosotros. Ella menciono que también la ayudaron a cocinar, solo ella haciendo la mayoría de cosas para que el sabor y el giso de la comida quedará "excelente" para ella misma. Seguimos comiendo y Tsukino me preguntó algo que me dejó pensando la mitad de tiempo que una persona piensa con frecuencia