En la mañana siguiente
Había salido el sol, brillando atravesando las ventanas circulares con un ritmo suave y delicado. El futón estaba un poco fresco. La mañana era cálida, no caliente. La luz del sol quería entrar en mis párpados. Veía que al despertar mis ojos estaban centrados hacia la luz. Estaba volteada hacia la dirección de la ventana. Me despertó lo blanca y templada que era la mañana del día. Escuchaba pisadas en el pasillo cerca de la puerta de la habitación. Era Tenzuru y Haku corriendo en el pasillo riéndose. La señora Beru les dijo que pararan mientras me toco la puerta de madera y hablo detrás de esa puerta a unos metros del futón y de mi: Señorita Sayuri, su baño ya esta listo. ¡Es hora de levantarse! Había descansado. No tenía sueño como en una ocasión tuve, y no pude dormir. Soñolienta pase mi día bostezando y bostezando sin parar, en secuencia de casi cinco minutos seguidos. Mi vista estaba borrosa. Muy borrosa. Pase mi mano en mi cuero cabelludo y sentí que estaba algo suave y liso. Sentía que era grasa. Como si pasaras una mano por tu cara y tengas grasa de la misma piel. Sentí estrés, no dándome asco decidí bañarme. Baje las escaleras saludando a las sirvientas que subían y bajaban por el castillo. Todas eran mayores de edad. Arriba de los cincuenta, sesenta hacia arriba. Me sonreían cargando una canasta de ropa limpia, lista para ser doblada y colgada en el armario. Tenia una sonrisa en el rostro, saludándome respetuosamente: "Buenos días, señorita Sayuri. Llevo su ropa para acomodarla en su armario" yo agradecí su ayuda. En la planta baja, había un mueble pequeño con cestos color chocolate de las orillas y paja del tejido que estaba hecho. Me gustaron tanto desde el primer día que los vi al bañarme con Tsukino por primera vez. Ahí había toallas y cosas de baño si se llegan a utilizar. Tsukino camina en el sentido que voy para el baño gigante. Su cabello se veía grasoso, pero no como el mio. Era hora de bañarse. La voz de Hanabira me llamo estando a mis espaldas. Su tono de voz era tranquilo, sereno y fue rápido el aviso. Al momento que me hablo me dio un susto sorpresa. Voltee y Hanabira poseía una cualidad de aparecerse en el momento inesperado. Donde siempre salto del susto, pero no lo expreso libremente. Se veía que era algo que lo mantiene curioso. Estaba serio, pero no me mostro una expresión. Como si fuera "quiero saber algo" solo sonreí. Después me respondió: "Estaré fuera del castillo a esperarte, tomate tu tiempo" sentí escalofríos al detenerme y escucharlo. Sentí que quería saber algo. Algo que no se que es. Me dirijo a bañarme, Tsukino me estaba esperando. Al parecer en la habitacion no había nadie solo vapor. Cerrando la puerta de Bambú, comencé a quitarme la ropa. Mi cabello estaba suelto y grasiento.. No olía mal, pero si era molesto tener que sentirlo en las hiemas de los dedos. Sentí vergüenza tener que enseñar mi cuerpo enfrente de una mujer mayor que yo. Tsukino no era una señora, no tiene hijos. Mire de arriba hacia abajo. Tenia ojeras, estaba cansada. Sus hombros eran bonitos. Su cintura no tenia tantas curvas, pero si tenia complexión de una mujer adulta. No quería compararme con ella. Por mas ojeras que tenga sigue viéndose bonita. Al verla me siento rara. Siento confianza a su lado. Que debería dejar de sentir vergüenza al dejar que me vea desnuda una mujer. Cualquier mujer del mundo. Tsukino me dijo haciendo una risita burlona: El vapor te cubrirá el cuerpo. Anda, el vapor del agua caliente te hará bien mientras te bañas. Acompáñame -- Me sonríe
Me quite el collar y lo oculte entre mi ropa y la toalla, ocultándolo estando desnuda de espaldas. Siempre al bañarnos platicábamos cosas de mujeres. Cosas que me hacían reír, pensar, hasta sentirme cómoda hablando del tema. Tsukino era como una concejera. Ella me decía que podía hacer. Como resolver ese problema. Si hablábamos de lo que nos gustaba yo me sonrojaba o me reía y ella me seguía. Si yo me sonrojaba ella se reía. Y si yo me reía del tema ella me seguía el paso. Pasábamos platicando la mayor parte del tiempo. Era relajante. Mas cuando sumergimos nuestros cuerpos desnudos en el agua caliente. Esta vez, Tsukino me cambio de tema hablando de algo que nunca espere. Quería evitar que hablara de eso. No me molestaba, solo que me ponía a pensar por que tal casualidad... Tsukino y yo después de bañarnos, me pregunto por aquel chico que me ha salvado mas de dos veces a la mitad del mes.
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EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL PORTADOR CONTEMPORÁNEO VOLÚMEN I
Historical Fiction¿Alguna vez has tenido un amuleto por el cual has ocultado toda tu vida y no has querido sacarlo a la luz por no querer que sepan la verdad? ¿Te gustan los mundos místicos? ¿Alguna vez te ha pasado que al dormir en tu cama de tu habitación al día si...