Cap 38 Cosas nuevas

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Regrese a aquel mundo inesperadamente, un portal estaba enfrente de la puerta del cuarto de Kirishima, dándome a entender que tenía que regresar por alguna razón. No pensé que volvería en una noche fría como aquella vez, después de haber visto de nuevo a Hanabira en la tarde después de clase.

Caí rendida en la cama y me quedé dormida por el cansancio que tuve esas horas, dónde tuve que tener una mala impresión en la casa de Budo, que Hana no debería haber estado en el comedor, y más ¿Dónde estaba él abuelo Shiyūna?
Hoy me habían invitado a estar acompañando a la emperadora Higuchi a algo "especial" que quería mostrar a sus acompañantes y a su nueva "compañera" que pienso que era yo, aunque yo no me consideraba parte de ellas tampoco me sentía segura con lo que estaba haciendo cada momento en la planta más alta del castillo de la emperadora y estando de nuevo en Takayama solo veía desde los más lejos el bosque de pinos en el que Hanabira me había llevado hasta ahí. Lo miraba lo más nostálgica que me sentía en ese momento, una de las acompañantes que ya eran profesionales para convertirse en verdaderas geishas, me observo que me preguntó "que es lo que sentía al ver mi alrededor" le contesté siendo sincera, pero no diciendo lo que pensaba verdaderamente, que sentía nostalgia al mirar todo de frente desde lo más alto, mirando el bosque de pinos. Ella me decía lo que pensaba de él, que en ese bosque van mucho a jugar niños y personas mayores a reuniones, dónde se sienten libres de hacer lo que quieran, aunque "no hay nada por ahí" yo confundida pregunté a qué se refería con "no hay nada" esa chica me contestó que solo había un montón de rocas gigantes y demasiados pinos por los que tapan los rayos del sol al principio de la mañana, y que solo "había más y más pinos" yo querría saber por qué solo se usa aquel bosque para reuniones si recuerdo que Hanabira me dijo que es muy peligroso estar en ese bosque si hay demaciado trampas.

- Oye, ¿Puedes decirme que hay más allá del bosque? —— pregunté sin ser tan obvia
- ¿Por qué tanto afán en aquel bosque?, Es lindo sí, extenso demaciado... ¡Lo que si puedo decirte es que hay rumores que en el centro del bosque hay un cazador que puede desgarrar todo a su paso y puede sacarle los ojos a cualquiera que se le ponga enfrente!
- ¡¿Qué dices?! —— la chica empieza a reírse y se disculpa
- Claro que no hay cazadores en ese bosque, por supuesto que no existen en bosque de pinos. ¡Sayuri, no te asustes! Ese bosque solo es para reuniones y juegos, nada más. Muchos niños mocosos se van a divertir entre y fin de semana, casi todos los días, hasta hay chimeneas hasta muy tarde terminando el siguiente día
- ¿Qué? ¡¿Y Las trampas, y las amenazas de desaparición a mitad de la noche?!
- ¿Qué has comido, Sayuri? ¿Te sientes bien? —— La chica amablemente me lleva al comedor y me da un té frío para tranquilizarme, me decía que habría soñado mal y que solo fue una pesadilla. No estaba entendiendo lo que me había dicho, que no pasaba nada después de la media noche y que no había trampas alrededor del bosque, eso me puso aún más loca de lo que he exagerado —— ¡Sayuri, hoy habrá una comida en el pueblo, dónde acompañaremos a muchos hombres elegantes y trajeados! Te hará bien relajarte un poco, como ya tienes edad suficiente, no habrá problema en que puedas servirles a los hombres ¿Vienes con nosotras?
- ¡¿Ahora?!
- ¡Sí, ahora! —— No negué la invitación de la emperadora ni de las chicas que también estaban emocionadas y bien vestidas para ir a visitar a "aquellos hombres" que nos estaban esperando. Yo estuve al lado de la emperadora, cuidándome, de ser la menor de las chicas de veintitrés años, siendo la más chica, sería acompañada por la emperadora quien sería la que me cuidaría en todo el largo recorrido hasta llegar a un lugar donde todos los hombres y todas las geishas iban bien presentables. Volví a ver los parques zen con okas otoñales, los árboles rojos y los techos color café que existían en esta época.  Me dió tanta nostalgia que ví en todo el camino el recorrido, sin quitarle los ojos de encima hasta que la emperadora Higuchi, me tomo la palabra

- ¿Te gustan los árboles rojos? —— contesté afirmando que me gustaban tanto que no los dejaría de visitar las veces que pudiera —— ¿Te imaginas tener todos esos para tí misma, que adornen todo el espacio de tu casa, y que la luz que refleje el sol en las hojas llegue a las paredes de tu cuarto? ¡Sería maravilloso, Sayuri!
- ¡No lo niego, emperadora!
- Dime algo, Sayuri ¿Tienes acompañante en tus horarios libres?
- ¡¿Acompañantes?! N-no... Para nada
- ¿Quisieras tener uno con quién decirle tus secretos más íntimos? ¿Qué te quisiera y se casará contigo, para hacer feliz a una mujer que se merece tanto amor que no pueda imaginarse? Puedo ayudarte, y no estés sola estas horas, mientras que las demás se divierten sirviendo a los hombres. ¡Solo pídemelo!
- Creo que, estará bien solo comer al lado de las demás y de usted
- ¡Me parece bien, Sayuri San!
- Hace mucho tiempo que no me llaman por "Sayuri San"
- ¿No te gusta que te llamen así?
- Solo me da nostalgia
- ¿Tus amigas te llamaban así?
- Una persona, un amigo de la infancia...
- ¿Te gusta ese muchacho? —— mirada pispireta —— ¡Te puedo dar unos buenos consejos para enamorarlo y que caiga a tus pies! Mi anterior acompañante no se escapó de mí, no es por presumir, pero ¡Debes de escuchar a la emperadora Higuchi!
- Creo que eso no lo haré por ahora
- ¡Mira, Sayuri! este es el pueblo en dónde Kuma te trajo hasta el castillo, es un pueblo muy amigable cuando vengo
- Bueno, cuando vine por primera vez a Takayama —— en ese mundo —— La cara de la gente era muy fría, como si quisieran matarme y crucificar a alguien
- ¡No hagas caso a esas expresiones! —— empieza a reírse a carcajadas —— ¡Es obvio que tienen que verte así, por qué es la primera vez que ven a una jovencita especial como tú!
- ¡Saludos emperadora, Higuchi! —— Saludos de la gente del pueblo, sonriendo al ver a la emperadora
- ¡Saludos a todos ustedes! —— de repente al paso que seguíamos, una mujer con su esposo, cargando a su hija, querían darle abrazar a la emperadora Higuchi, por lo que ella sorniendo no se negó a abrazarla y darle un beso en la frente diciendo
- Obedece a tus padres, sigue un buen camino y conviértete en lo que quieras ser ¿Bien?
- ¡Sí! —— la niña contestó
- Se ve hermosa como siempre emperadora
- ¡Mucha suerte para todos! —— estábamos a unos minutos de llegar a aquel punto de reunión, dónde todas y muchas más caras que iba a conocer me miraría con sorpresa o aburrimiento. No estaba lista para ir a lugares como esos, ni siquiera sabía cómo debía de actuar, por lo que la emperadora me dijo al oído —— No te preocupes, Sayuri yo te guiare como debes de actuar, te haré señas y actuaras si un hombre te toma la palabra
- ¡Se lo agradecería!

EL AMULETO CENTRAL DEL UNIVERSO - EL PORTADOR CONTEMPORÁNEO VOLÚMEN IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora