CAPÍTULO 42: "Sala de urgencias"

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  Como un tornado arrasando con todo a su paso Nicholas, llegó hasta la estación de policías aun vistiendo su esmoquin y seguido por sus abogados, no estaba de humor para tratar con nadie y el que se atreviera a pedirle que se calmara sufriría la primera decapitación de la noche.

— ¿QUIÉN ESTA A CARGO? —bramó en cuanto cruzó las puertas
— Baje la voz y podemos hablar señor —advirtió el oficial de recepción
— QUIERO HABLAR CON TU SUPERIOR ¡Y NO VOY A BAJAR LA MALDITA VOZ!
— Tome asiento, en cuanto se desocupe podrá verlo
— No ¿estás sordo, tienes sueño o eres disléxico? ¡AHORA!
— Si vienes a mi trabajo a insultarme acabarás mal, controla tu malhumor y sigue las reglas o acabarás el resto de la noche encerrado
— ¡Tú, sigue las putas reglas! Tienes a mi prometida en una maldita celda cuando debería estar en urgencias, son todos unos negligentes de mierda
— Ah viene por el altercado doméstico —le resta importancia
— ¿Doméstico? ¿TRABAJAS AQUÍ O SOLO VIENES A MIRAR TUS PUTAS REDES SOCIALES?
— Si no controla lo que dice tendré que detenerlo a usted también, ya se lo advertí 
— ¡Atrévete! —lo fulminó con la mirada—. Saca a mi prometida AHORA, no requiere mucho esfuerzo —ordenó a punto de lanzarle fuego—. Una perra la empujó por las escaleras, está embarazada y te aseguro que si algo le pasa a mi hijo todos ustedes perderán su puto trabajo así que SÁCALA AHORA

Intimidado por la penetrante mirada negra de Nicholas, el oficial se levantó de su asiento y se dirigió a la oficina de su jefe, le comentó brevemente lo que sucedía y este al enterarse fue de inmediato y con ellos iba Paul Ulrich, el antiguo abogado y compañero de universidad de Nic.

— Señor Allen, si no se calma no llegaremos a nada, la señorita Ross, se encuentra en una sala siendo interrogada por uno de nuestros mejores oficiales
— Me importa una mierda, me la llevo ahora al hospital, donde USTEDES debieron llevarla de inmediato en vez de encerrarla aquí
— Nos dijo que está bien —insistió el oficial a cargo
— ¿Les dijo que está embarazada? ¿Sabe lo que una pelea como la que tuvo puede provocar? ¿Sabe sumar? —intentó mantener la calma—. Quiero verla ahora y yo mismo me la llevo a urgencias
— Calma Nicholas, ella podrá irse en 5 minutos

Intervino Paul, al ver cómo Nicholas, apretaba los puños listo y dispuesto a volver a usarlos, ya que saltaba a la vista que acababa de golpear a alguien.

— ¿Se puede saber qué demonios haces aquí y porqué debería calmarme?
— Llame a una ambulancia ahora para trasladar a la señorita Ross y le prometo no demandar —exigió Paul, con tranquilidad
— No estaría tan seguro de eso
— Señor Xander, permita que el señor Allen, vea a su prometida —presionó Paul, al jefe de la estación
— Bien

Le hizo señas a otro oficial para que lo llevara y pese a que aún no sabía qué demonios hacía Paul, metido allí Nic, siguió al oficial con impaciencia y fastidio porque el hombre caminara con tanta calma. Estaba más allá de impaciente. Primero Danielle, luego se encargaba de Paul, se repitió hasta llegar a la sala donde la tenían.

— Puede quedarse con ella aquí hasta que llegue la ambulancia
— Ya debería estar aquí

Gruñó Nic, entrando a la habitación, el oficial que hablaba con ella, tomó su libreta de notas y los dejó solos. Danielle, estaba de espaldas y pese a que no quería mirarlo tampoco podía girar la cabeza, estaba adolorida.

— Oh Dani ¿qué hiciste?

Gimió aterrado al ver su rostro, con un gran parche en la frente, su ojo en tinta y rasguños en su mejilla. Se sostuvo la cabeza sorprendido por su aspecto y lo doloroso que lucía

— Deberías ver cómo quedó la hija de puta esa —farfulló en tono neutro
— No puedes hacer estás cosas Dani, te pudo haber pasado algo y yo..., no puedo perderte

Sí SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora