CAPÍTULO 9: "Me declaro patético"

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NICHOLAS

¿Puedo ser más imbécil? ¡¿O patético?! Acabo de literalmente rogarle por sexo cuando lo primero en mi lista de cosas que demostrarle es que lo nuestro no fue "solo sexo" porque no sé qué mierda esperaba que me respondiera con esa mierda que solté "mañana considera el acabar con mi tortura" soy un tarado y estoy desesperado también, lo sé, pero me gustó sentirla tan cerca. Sin embargo la mejor parte fue cuando llegué a su apartamento a recogerla y ella regresó para besarme ¡me extrañó! Y tengo que hacer una maldita celebración porque si eso no es una buena señal entonces estoy completamente a ciegas. Al menos le gustaron los pendientes y se dio cuenta del significado, hasta me llamó "Jack Dawson" y sé completamente quien es ese pobre diablo, oh sí que lo sé porque esa puta cursi película está en mi reproductor siempre, la compré para intentar comprender su cabecita hermosa..., pero como soy un cretino solo conseguía soñar que estaba allí en ese sofá recostada con toda su belleza desnuda para que solo yo la apreciara, la adorara y acabara teniendo erecciones matutinas luego de muchas fantasías nocturnas.

La quiero, la quiero conmigo todo el tiempo, ojalá pudiera pegarme a ella para no estar preocupado todo el día de si estará pensando en mí o si hay alguien más en su cabeza como el payaso de "Tommy", ya sé todo sobre ese hijito de papá, no trabaja, vive de la fortuna y estupidez de su papito, parasito. Tendría que nacer otra vez para INTENTAR saber cómo tratar a mi Dani

Estoy oficialmente jodido como dice Vincent, cada vez que nos reunimos y se me pasa la mano, se me suelta la boca y acabo hablando de Danielle y mis planes para cuando consiga ganármela de vuelta. De hecho ahora mismo me dirijo a casa donde me esperan para una partida de póker. Así que esta noche quedo con los bolsillos vacíos porque mi cabeza no está sobre mis hombros, se quedó entre las piernas de Danielle, y pretende nunca salir de su escondite.

La mañana siguiente llega demasiado rápido y la resaca es tan inoportuna. No recuerdo muy bien en qué quedó mi juego con los chicos aun sostengo un vaso en mi mano, la siento rígida, intento abrir los ojos para descubrir que sí, está sobre mí ya usual erección matutina. Hoy está húmeda y no, no es porque mi fantasía erótica con el amor de mi vida estuvo ardiente, todo el líquido al interior de mi vaso está siendo absorbido por mi puto pantalón. Patético. Esa es mi palabra del día. Intento moverme y mi cuello cruje, mierda eso dolió y me quejo como una niñita, debo haberme quejado fuerte porque Patricia, aparece de inmediato en la sala y yo suelto el vaso para cubrirme, me niego a que una empleada me vea así, menos ella, me conoce desde niño, y con "así" me refiero a caliente como un puberto 

-Señor Allen ¿se encuentra bien?
-Sí, sí ¿algo que informar?
-Han llamado del hotel, su secretaria está algo nerviosa porque el teléfono no deja de sonar es sobre la exhibición de una película
-¿Qué hora es? –mierda tengo que trabajar
-Son las 10 de la mañana ¿hablo con el chofer?
-¡Maldición! No me dejes dormir tanto, menos si estoy en el maldito sofá –suelto levantándome para buscar mi celular en algún lugar en el suelo-. Que el auto esté listo en media hora, sube mi desayuno a la habitación voy a tomar una ducha rápida
-Enseguida señor

En cuanto la señora Wilson, se dio la vuelta y me deja solo me agacho para encontrar mi celular bajo el maldito sofá, está muerto, grandioso. Corro escaleras arriba para conectarlo al cargador, lo dejé cargándose mientras me meto a la ducha, no voy a masturbarme, así que el agua fría hace su trabajo. Cuando salgo de la ducha el desayuno ya está sobre mi cama, agarro una toalla y camino dejando agua a mi paso, esa taza de cappuccino me llama, lo necesito, bebo un par de sorbos antes de mascar mi tostada, la regreso al plato para anudarme la toalla a la cintura y revisar el maldito celular. En cuanto lo desbloqueo con el reconocimiento facial la pantalla se inunda en notificaciones, voy a los mensajes y le escribo a mi nerviosa secretaria, le informo que ya voy en camino y le ordeno que dejen los mensajes. Odio los puntitos rojos con putos números que te dicen cuántas mierdas pendientes por ver tiene tu celular.

Sí SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora