CAPÍTULO 50: "La familia crece"

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Nicholas, se pasó los siguientes tres días en casa, no habló mucho y no atendió asuntos del trabajo, no sabía cómo decirle a Danielle, que tal vez no podrían adoptar a Robbie..., solo pensar en que se lo llevarían lo descomponía, no estaba listo para dejarlo ir, tampoco quería pero si ese hombre lo reclamaba no tenían oportunidad de ganar...

Entonces el cuarto día llegó la llamada que no deseaba responder, su abogada le informó que el padre de Robbie, un tal Charles Finn, trataba de contactarlo para hablar del niño, por supuesto que la primera orden de Nic, fue que lo investigara antes de escucharlo, porque si era de la misma calaña que la mujer que se hacía llamar su madre entonces lo quería a diez kilómetros de distancia del pequeño. Hasta no saberlo no le diría nada a su esposa.

Por otra parte Wes, decidió tomar cartas en el asunto y agilizar el caso de Theo, ya no quería seguir viéndolo triste y desarreglado, con barba y llevando camisas arrugadas. Extrañaba esa chispa que iba con él, pese a que le encantaba que se quedara con él, en la casa de invitados junto a Lee, con quien disfrutaban bebiendo un par de copa por las noches y hablar de sus días, quería verlo haciendo lo que más le gusta, es por eso que con ayuda de Leo, el publicista de Nicholas, y el de Theo, por supuesto, idearon este plan para limpiar su imagen, reunieron evidencia para el juicio y contraatacaron con una nueva demanda en contra de Vanessa, sí, una más a la lista. Pero esta vez no se trataba de encerrarla, se trataba de recuperar la vida del diseñador y desmentir todas las historias que se generaron alrededor de la mierda que tiró esa mujer a la prensa y redes sociales.

Así que la sorpresa que se llevó Theo, cuando Wes, se paró junto a él, en la conferencia de prensa que convocaron fue grande, el diseñador, se quedó en blanco, pocos segundos atrás leyó un resumen de la denuncia de esa mujer omitiendo los detalles sexuales y ahora él, con ayuda de una pantalla les demostró la falsedad de sus venenosas palabras, bueno luego de recuperar el habla.

— Además de las evidencias y gente que confirma que en mi casa nunca se efectuó tal fiesta debo aclarar que soy gay, no me avergüenza decirlo y no lo hice antes porque no es de su incumbencia, pero debido a las circunstancias he tenido que aclararlo y con esto acabamos, el día anterior y la noche de año nuevo lo pasé acompañado de mi novio —eso le sacó su primera sonrisa en semanas—. Que hoy me acompaña, el señor Wes Phillips, es todo.

La mañana siguiente fue el juicio de Theo, y por supuesto que Danielle, quiso apoyar a su amigo y claro Nicholas, no iba a dejarla ir sola, aunque estuviese con sus amigos. Fue terrible. Sus padres estaban en la corte apoyando a esa mujer, defendiéndola de la prensa y sus preguntas respecto a la conferencia que dio Theo, la mañana anterior. Claro que ganaron el juicio y la evidencia de las mentiras de esa mujer quedaron a la luz.

Pero Nicholas, no lo soportó, esa noche bebió de más intentando quitarse de la cabeza la imagen de sus padres protegiendo a esa loca, preferían a una extraña que a su propio hijo.

— Amor, vamos a la cama, ya ha sido suficiente —le susurró
— ¿Me pasé?
— No Nic, pero estás agotado y quiero ir a la cama contigo ¿me acompañas?
— Siempre

Danielle, se despidió de sus amigos, abrazó a Theo, una vez más, feliz por él, y les recordó que podían quedarse en la sala toda la noche si lo deseaban. Subió las escaleras abrazada o rodeada por Nicholas, que no dejaba de acariciarle el vientre provocándole cosquillas. En la habitación se encargó de quitarle la ropa y meterlo a la cama, luego se fue al vestidor a ponerse el pijama y luego al baño a hacer su rutina nocturna de desmaquillarse y su limpieza facial. Para cuando se metió en la cama creyó que Nic, ya estaría dormido, pero no fue así, en cuanto apagó las luces él, se giró metiendo las manos debajo de su camisón para tocar su vientre, se aferró a su panza mientras ella le acariciaba la espalda, Danielle, resistió una hora antes de quedarse dormida. No así Nicholas, que no pegó un ojo hasta pasadas las 6 de la mañana dándole vuelta a todo el comportamiento de sus padres a lo largo de los años.

Sí SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora