CAPÍTULO 43: Bienvenido a casa

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Han pasado 2 días desde que Nicholas, tuvo que sacar a Danielle, de prisión y desde entonces y tras pasar por la sala de urgencias ella se la ha pasado durmiendo los últimos días, despertando solo a comer. Por lo que ahora estaba enojada porque se perdió la mañana de navidad junto a él y lo corrió de la habitación prohibiéndole entrar hasta la noche

— ¿Qué haces con eso en el rostro? —preguntó Nic, desde la puerta
— Es tu cena niño rico —gruñe mirando el techo
— Bueno, estoy muy dispuesto a comer lo que sea que haya estado sobre ti —intentó no reír—. Que vas a prepararme ¿filete?
— ¿Qué quieres? Deja de pasearte por la casa y vuelve al trabajo
— Alguien sigue de malas
— Me perdí la navidad por tu culpa
— Estabas agotada, ya no gruñas —ordenó calmado—. Con Wes, iremos a buscar a Robbie, así que saca ese filete de tu rostro y date una ducha, no queremos asustar a nuestro amiguito
— Pero..., yo quiero ir contigo —hizo pucheros sentándose de golpe
— No, no hagas eso, te quedas y punto, ya le pedí a Patricia, que preparara un pastel y una cena especial para darle la bienvenida
— ¿Llevas ropa para que se ponga?
— Si, Wes, consiguió algunas cosas del apartamento, no había nadie así que metió todo a tu apartamento
— Que alivio ¿y una chaqueta?
— También
— ¿Puedo ir? —insistió frunciendo los labios en un puchero
— No, no voy a dejar que salgas de esta casa, te lo dije cariño, vas a descansar aunque tenga que amarrarte a esa cama
— ¿Al menos vas a llevarme a la ducha?
— Dani, tú y yo sabemos lo que sucedería si hago eso —le recuerda acercándose a la cama—. Tienes que descansar y si eso significa nada de sexo, entonces será nada de sexo
— Algún día vas a arrepentirte de haber dicho eso —sonríe burlona
— Lo sé, pero tú te encargarás de recordármelo y yo haré todo lo posible para compensarlo

Con una sonrisa en el rostro Nic, sostuvo el trozo de carne en el ojo de Danielle, mientras la besaba en los labios con suavidad, procurando no hacerle daño.

— Ve por mi Robbie, ya quiero ver a ese angelito
— No creas que vas a salir de la cama solo por Robbie, ambos deben descansar y me voy a asegurar de eso
— Sí señor
— Y no voy a permitir que sigas corriéndome de la habitación
— Eso lo veremos, no te tardes
— Si señora
— Lárgate ya

Sonriendo se echó para atrás volviendo a su posición anterior, con la mirada fija en el techo y el trozo de carne cruda sobre el ojo para que bajara la hinchazón, Mika, le insistió en que así lo hacían sus primos cuando se metían en alguna pelea.

En el hospital Nicholas, se reunió con Wes, en la entrada para hacer el papeleo del alta, esa mañana había firmado los documentos que lo nombraban a él y Danielle, como sus guardianes, era oficial, legalmente esa mujer no podía acercarse a Robbie.

— ¿Quieres que entre contigo?
— No, quiero hablar con él, a solas un momento, me gustaría explicarle la situación, no quiero hacer nada que no quiera
— De acuerdo, Lee, anda por aquí, veré si ya acabó, quiere visitar a Dani, para chequearla
— Por supuesto, te veo en el auto
— Suerte
— Gracias

Nicholas, aguardó a que Wes, se marchara para entrar, se sentía nervioso, quería ayudar a Robbie, cuidarlo y darle un lugar seguro. Pero no sabía lo que el niño pensaba de todo lo que ocurría o qué quería, así que tomando aire tocó a la puerta y entró. El niño estaba mirando la televisión con mirada ausente, su rostro amoratado e inflamado por los golpes congelaron a Nic, momentáneamente, le dislocaron la mandíbula y perdió un par de dientes de leche así que el impacto de su imagen fue intenso, lucía mucho peor que hace dos días.

— Robbie, que bueno verte despierto

Saludó acercándose con el bolso con sus cosas.

Sí SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora