CAPÍTULO 12: "No seas tan serio niño rico"

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La mañana siguiente Nicholas, llegó al apartamento de Danielle, a las 8 de la mañana, y lucía impresionante como de costumbre, aun traía el cabello húmedo y su combinación de traje azul marino con camisa y corbata negra le daba ese aspecto elegante a pesar de la barba que mantenía. Los 6 pisos que subió ni se notaron cuando tocó a la puerta y apareció Danielle ya levantada

-Buenos días ¿olvidé que venías? –saludó extrañada
-Ve acostumbrándote, no siempre voy a avisarte
-Eres el hombre más ocupado del mundo Allen -niega suavemente-. Adelante, puedes pasar
-¿Qué tal si me das los buenos días primero?

Sin esperar a que lo hiciera tomó su rostro besándola apasionadamente hasta dejarla sin aliento.

-Cavernícola –intentó ocultar su sonrisa mientras cubría sus labios con su mano
-Aún no desayuno

Se encogió de hombros mientras entraba al apartamento solo para descubrir el mismo desastre de la noche anterior. Lo ignoró y solo se dedicó a observarla cerrar la puerta y cruzarse de brazos a la espera de una explicación

-Me gusta cuando haces eso
-Nicholas ¿qué haces aquí?
-Tengo tus documentos y resulta que he hablado en un par de ocasiones con el decano con quien tienes entrevista hoy en unas horas –le informó orgulloso
-¿Cómo es eso que tienes mis documentos?
-Bueno aun no físicamente, pero ya envié por ellos y hablé con el decano, tu cita es hasta las 11 de la mañana así que me gustaría que me acompañaras a desayunar
-Vaya, me invitas no exiges –sonrió burlona peor en realidad estaba sorprendida
-Por supuesto
-¿De verdad hiciste eso por mí?
-Me ofende que lo dudes –se llevó la mano al pecho fingiendo estar dolido
-No seas payaso, sabes muy bien que adoras dar órdenes
-Lo sé, me conoces bien así que debería recibir un premio por el esfuerzo ¿no crees? –insinuó moviendo sus cejas de modo sugerente 
-Concuerdo ¿qué clase de premio le gustaría al señor?
-Uno en el que estés desnuda por supuesto
-Sabes..., aun no tomo mis píldoras así que no me arriesgaría, tal vez acabe arrancando tu lindo pene y nunca jamás puedas volver a usarlo –dijo divertida
-¡Señorita Ross! Usted no puede jugar así con los sueños de un hombre -estaba jugando con ella, le encantaba la sonrisa en su rostro-. ¿Ya nos vamos?
-5 minutos
-De acuerdo, te espero y luego quiero escuchar más acerca de mi lindo pene
-Calma Thor, que tu martillito se puede entusiasmar y ya no saldremos de aquí

Excitado y con la boca abierta Nicholas, la vio desaparecer en dirección a su habitación ya le daba igual que llamara martillito a su orgullosa herramienta de la pasión, sabía perfectamente que no era así. Estaba muy satisfecho y distraído con el hecho de verla sonreír después de todo lo que carga emocionalmente.

Cinco minutos exactos transcurrieron y Danielle, apareció lista para marcharse, luciendo fresca y radiante Nicholas, la llevó a desayunar manteniéndola distraída todo el tiempo, la interrogó acerca de lo que deseaba conseguir en la universidad. En la entrada del imponente edificio un mensajero los esperaba con los documentos que necesitaba. Los revisaron para asegurarse que estuviese todo caminaron a la oficina, le deseó suerte orgulloso que estuviera dando este importante paso.

La reunión duró una hora completa. La sonrisa de satisfacción en el rostro de Danielle, le hizo saber a Nicholas, que todo resultó como ella esperaba

-Me esperaste... -susurró sorprendida
-Por supuesto, quiero saberlo todo, tu plan por supuesto y quiero confirmar nuestra siguiente cita de inmediato
-Tuvimos una anoche
-Sí, pero alguien estaba de malhumor por su periodo y se la pasó intentando colmar mi paciencia. Quiero otra
-Tú quieres sexo
-Un hombre puede soñar... -le echó un vistazo a la secretaria que los miraba muy atentamente-. Creo que deberíamos continuar esta conversación en otro lugar
-¿No tienes que regresar al trabajo?
-Todo el tiempo tengo que regresar -se encoge de hombros-. Quiero estar contigo justo ahora
-Vamos a caminar un poco, el aire acondicionado en este lugar es exagerado

Sí SeñorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora