Sebastien había llegado a la empresa 15 minutos después de dejar a Yoshimi en el café, cuando llegó fue recibido por uno de sus asesorados quien al verlo su rostro palideció se acercó de inmediato antes de que Sebastien entrara, el joven se detuvo a unos cuantos centímetros delante de él e inclinó ligeramente el cuerpo hacia el frente a modo de disculpa, Sebastien arqueó una ceja, su rostro mostraba confusión, estaba a punto de hablar cuando el joven se adelantó.
—Jefe, ¡lo sentimos mucho, fue un accidente...! — Sebastien levantó la mirada dándose cuenta que algo no estaba bien, no dijo nada solo caminó hacia donde al parecer había un gran borlote de voces, estaban reunidos fuera de una sala mirando por la ventana entre cuchicheos y algunas risas, sin ser notado aún Sebastien se puso detrás de ellos, pero aun no podía ver que estaba pasando dentro de la sala.
— Pobre chica, es una novata, después de esto lo más probable es que el jefe la corra— Murmuró una chica a otra soltando una risita, la otra que estaba escuchando le dio un codazo.
—No digas eso, es nueva aún tiene que aprender, el jefe debe comprender eso— Regaño en voz baja, pero Sebastien logro escucharlo, por lo que una sonrisa desdeñosa se dibujó en su rostro.
— ¿Específicamente qué es lo que debo comprender? — Preguntó con cierta frialdad en su tono de voz, cruzó los brazos, al escuchar esa gélida e intimidante voz causó que a todos se les pusiera la piel de gallina, un escalofrío recorrió sus cuerpos, sorprendiéndolos pero sobre todo asustándolos haciendo que giraran de manera rápida, como si hubieran escuchado la voz del mismo demonio, se dispersaran dejando una brecha entre él y la puerta así él podía pasar fácilmente, Sebastien bajó entonces los brazos y guardó sus manos en los bolcillos de su pantalón, les dirigió una mirada a todos y resopló.
— ¿Qué está sucediendo? — Preguntó intimidante, los chicos no respondieron uno de ellos miró hacia la puerta de la sala esto fue suficiente para que Sebastien se acercara y abriera la puerta, al entrar cientos de hojas de papel volaban en el aire, una impresora fuera de control lanzándolas, una chica tratando de atraparlas, ninguno de los chicos se atrevía a entrar solo se dedicaron a observar, Sayuri al darse cuenta de que Sebastien había llegado su cuerpo se congeló y agachó la mirada, en los brazos sostenía unos cuantos papeles, de inmediato Sebastien se dirigió hacia la impresora y presionó un botón esta se detuvo espontáneamente, al girarse dirigió su mirada hacia ella, y luego hacia los chicos, estos entendieron lo que esa mirada significaba, "retirada", se alejaron de inmediato, Sebastien cruzó los brazos y resopló como esperando una explicación mientras se acercaba a ella lentamente, Sayuri no se atrevía a mirarlo a la cara, lo único que quería era huir del lugar.
—Señor yo...— La voz que emitió era apenas audible por lo que Sebastien la interrumpió, su tono de voz era arisca. — ¿No te había dicho que cuando estoy presente me mires a los ojos?... ¿Qué sucedió? — Ella levantó ligeramente la mirada para verlo y al encontrarse con esa mirada intimidante, fría como un bloque de hielo, bajo de nuevo la mirada y apretó los papeles contra su pecho.
—Lo siento mucho, soy una incompetente en el manejo de las tecnologías, solo quería sacar algunas copias pero de la nada comenzaron a salir muchas hojas... yo, yo... no supe cómo detenerlas, ¡lo siento mucho!— Dijo apenada y temerosa mientras inclinaba su cuerpo ligeramente hacia el frente a modo de disculpa, pero lo hizo tan rápido que no se dio cuenta de la corta distancia entre ella y Sebastien que acabó golpeando su cabeza contra su pecho, al darse cuenta quiso retroceder pero su cabello se había atorando en un botón del saco de él con esto estaba muy segura que en ese momento su lugar en la empresa estaba perdido, trató de zafarse pero no podía.
—¡Lo siento, lo siento, lo siento! — Decía mientras trataba de separarse, mientras que el enojo de Sebastien crecía más.
—No puedo creer lo torpe que es, vamos aléjate de mí— Pero ella no podía hacerlo, finalmente él se desesperó y resopló. —Déjame hacerlo yo mismo, no te muevas— Sayuri alejo sus manos, Sebastien desenredó el cabello con facilidad, finalmente ella levanto la cabeza, pero estaba todo desordenado, él se alejó unos pasos de ella mientras arreglaba su traje.
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ENTRE EL COLOR GRIS Y UN VASTO ARCO IRIS
RomanceCada uno decide la manera en como ve al mundo, aun si no somos esclavos del destino tampoco debemos serlo de nuestros secretos, es así como se desarrolla la historia de Daisei y Yoshimi quienes a pesar de su historia lucharan juntos contra todas l...