CAPÍTULO 18 ANTE LA TORMENTA

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Existen palabras que no puedes utilizar al azar... amigo, es una de ellas, palabra corta pero muy poderosa, teniendo  mucho cuidado al momento de utilizarla, así como poderosa también es muy frágil que si se enuncia a la azar puede ser borrada con una simple brisa del viento....

—¡No podrás atraparme principito! — Las risas inundaban el amplio jardín de la Villa Blackesley, 2 pequeños corriendo uno detrás de otro, quien iba enfrente era un poco más alto con el pelo desordenado y la cara manchada de tierra, una gran y brillante sonrisa se dibujaba en su rostro dejando ver esos brillantes dientes blancos, mientras que el pequeño niño que corría detrás de él batallando con ese ostentoso pero sobre todo estorboso trajecito que no lo dejaba correr más rápido eso sin contar que ya le faltaba el aire, por más que corría no podía alcanzar al niño de enfrente, hasta que por fin pudo agarrar su suéter, feliz de poder hacerlo sonrió, inesperadamente cuando lo hizo el niño desapareció dejando solo en su lugar fragmentos de cristal que el mismo viento dispersó, el pequeño sin comprender lo que había pasado miró hacia las palmas de sus manos dándose cuenta de que tenía algunas cortadas y la sangre comenzaba a brotar, era como si se hubiese cortado con esos cristales, algunas gotas de sangre cayeron al suelo manchando el pasto, la escena en ese momento comenzaba a mostrarse en cámara lenta y el terror en el rostro del pequeño se hizo evidente soltando un grito.

Daisei despertó de golpe con un dolor en la cabeza al llevarse la mano hacia esta se dio cuenta de que estaba vendado, y al lado estaban Sitri y William, el primero mirando hacia la ventana y es segundo sentado en el sofá, este último al verlo despertar de acercó.

—¡Por fin has despertado!—Exclamó William alegrándose, Sitri quien estaba sumido en sus pensamientos hasta ahora se giró hacia Daisei con gesto serio.

— ¿Recuerdas lo que pasó? —Preguntó en tono serio, Daisei asintió bajando la mirada, el rostro alegre de William se transformó en una preocupada, el silencio se apoderó del lugar hasta que Sitri habló.

—Esto se está complicando, aparece tu padre y el Jefe de los Crows te está asechando... Hace un rato llamó Yoshimi, le dije que te habías ido a Suiza para la firma de un acuerdo de la Corporación Hideki, y llegaras hasta dentro de 2 días, y a la Corporación Hideki le dije que estás enfermo— La expresión en ese momento de Daisei era indescifrable.

— ¡¿Por qué hiciste eso?!— Preguntó intrigado, Sitri se acercó a él y colocó una mano en el hombro de Daisei buscando calmarlo.

— Estamos en una situación crítica no queremos que ambos bandos te vean con Yoshimi, tienes que protegerla, no saldrás de aquí por dos días, mientras todo esto se calme y encontremos una solución.

— ¿Y piensas que esconderme mejorara las cosas? ¿Te has preguntado qué pasaría si el señor Hideki llama a Yoshimi preguntando cómo me encuentro o Yoshimi llamando al señor Hideki y preguntar porque de la nada salió un viaje a Suiza? — Preguntó Daisei de manera frio más que eso enfadado. — ¡Daisei!...— Llamó Sitri serio a modo de advertencia.

—Sé que lo que hice no estuvo bien, fue muy rápido pero fue necesario... Ahora te pregunto ¿qué pasaría si te vuelven a atacar estando con Yoshimi? También se qué aunque transcurran 2 días no cambiaran las cosas, pero nos dará tiempo de pensar bien las cosas y saber que hacer a continuación, sé que no tardará mucho para que uno u otro sepan lo de Yoshimi por esto te pido este tiempo para poder pensar y sé también que algún día enfrentarás a ambos— Trató de explicar las cosas lo más calmado posible pero solo lograba que Daisei entrara en desesperación.

— ¿Por qué esta pasando todo esto ahora?, no pienso esconderme pero tampoco quiero arriesgar a Yoshimi... no se qué hacer— Se lleva la mano a la cabeza desesperado.

ENTRE EL COLOR GRIS Y UN VASTO ARCO IRISWhere stories live. Discover now