Pasaron los días y Haru seguía sin asistir a la escuela, hasta después de una semana, cuando al fin asistió fue recibido por los niños, y más por sus amigos. Aunque lo cierto era de que aquella mañana su mamá se opuso a que fuera, pues aun no se encontraba bien, de hecho le dijo que quizás Haru no debía regresar, aun así ni con todos los regaños por parte de su mamá Haru no cambió de opinión solo le sonrió.
—Ya estoy bien mamá, no quiero quedarme solo aquí, es feo quedarse tanto tiempo en una habitación, quiero ir— Al oír esto su mamá solo derramó unas cuantas lagrimas y asintió, frente a todo Haru era muy valiente, aun continuaba sonriendo, eso hizo que su mamá se avergonzara de sí misma, si Haru era valiente porque ella no, así que se limpio las lágrimas y se acercó a su pequeño hijo. —Está bien, pero si sientes el mínimo dolor le dirás rápidamente a tu maestra, ¿entendido?— Haru asintió con una sonrisa.
Haru estaba más que feliz por regresar a la escuela, no quería seguir encerrado, mientras iba al sanitario sintió un inesperado dolor, así que se llevó una mano al pecho y apoyo la otra en la pared, y respiró profundamente.
—Haru vas a estar bien, vas a estar bien, solo es un pequeño dolor nada más— Se dijo a si mismo buscando tranquilizarse mientras seguía respirando de manera lenta y profundamente y repetidas veces, Kiel pasaba por ahí y logró verlo por lo que se acercó de inmediato tomándolo del brazo.
— ¿Haru estás bien? — Preguntó preocupado, Haru volteo de golpe y asintió con una sonrisa apartando rápidamente se mano del pecho. —Sí, es que me asustó una araña, pero estoy bien— Mintió mientras apartaba la mano de Kiel de su brazo y se alejaba, aun así Kiel sospechaba algo mientras lo seguía con la mirada. Era la clase de Educación física y jugaban a los quemados, Haru quería quemar a Hikari, ella corría y él la perseguía entre risas.
— ¡Vamos príncipe feo atrápame si puedes! — Dijo en tono burlón, Haru no se daría por vencido sin embargo al levantar la pelota para lanzársela mientras corría sintió un fuerte dolor en el pecho sin poder evitarlo se desplomó en el suelo llevándose ambas manos al pecho, Hikari al percatarse de ello se preocupo y se acercó junto a la maestra, Haru se quejaba del dolor, así que tuvieron que llevarlo al hospital de emergencia. En la tarde los 3 lo visitaron. Y le preguntaron a la doctora que es lo que tenía, pero ella solo dijo que pronto se encontraría mejor que solo necesitaba descansar un poco más.
Cuando Yoshimi y Kiel se fueron Hikari se acercó a Haru no quería dejarlo solo mientras la mamá de Haru se ocupaba de todo el papeleo del hospital, frente a los niños se esforzaba en sonreír y estar lo más relajada posible, era lo que Haru siempre le pedía para no preocupar a los demás, se dice que los niños se dan cuenta de muchas cosas y Hikari no dejó pasar el extraño comportamiento de la madre de Haru, algo definitivamente no andaba bien y se encargaría de investigar a fondo.
—Vaya la princesa quiere quedarse con su príncipe—Bromeo pero al ver la cara de seriedad de Hikari este también dejó de sonreír.
—Dime lo que en verdad tienes, no es un simple dolor de estomago como dice tu mamá, puedes mentirle a Yoshimi y a Kiel pero a mí no... Cuando le pregunté a tu mamá se mostraba muy nerviosa, por favor dime que es lo que tienes— Al ver los ojos de aquella niña tan brillantes y grandes Haru sonrió un poco triste y se llevó una mano al pecho apretujándolo ligeramente.
—Mi corazón... tengo un corazón muy débil, hay veces que me duele mucho— Reveló esforzándose para que la voz no se cortara. Hikari dirigió su mirada hacia el pecho de Haru, estaba preocupada.
—Pero... ¿Te pondrás bien, no? — Haru le sonrió brillantemente.
—Claro, que sería de ti sin mí, la princesa siempre necesita de su príncipe— Bromeó dejando salir una risita traviesa, haciendo sonreír a Hikari quien lo golpeo suavemente en el brazo aun así ella sentía que ahora era ella a quien le comenzaba a doler el pecho.
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ENTRE EL COLOR GRIS Y UN VASTO ARCO IRIS
RomanceCada uno decide la manera en como ve al mundo, aun si no somos esclavos del destino tampoco debemos serlo de nuestros secretos, es así como se desarrolla la historia de Daisei y Yoshimi quienes a pesar de su historia lucharan juntos contra todas l...