CAPÍTULO 4 YOSHIMI

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Un fin de semana Yoshimi  despertó muy temprano, vivía sola en una pequeña casa, tradicional de Japón, la había comprado hace 5 años con ayuda de sus ahorros, detrás de la casa había un hermoso jardín llena de hermosas flores, las cuales cada mañana Yoshimi regaba. Al acabar con sus tareas mañaneras tomó una gran bolsa azul y se la llevó. Llegó a una gran casa, un orfanato. El orfanato Izumi, al verla llegar muchos niños salieron emocionados a su encuentro, y la abrazaron.  —¡Hermana Yoshi, hermana Yoshi!— Gritaban al unísono los niños, ella muy alegre los abrazó. 

—Buenos días pequeños, hoy amanecieron muy temprano— Les dijo con una gran sonrisa. 

—Sí, cuando nos enteramos que vendrías nos levantamos muy tempranito a esperarte— Dijo un pequeño niño de 6 años. —Que considerados... oh es cierto, les traje regalos— Los niños gritaron de la emoción. Enseguida salieron algunas monjas del orfanato las cuales abrazaron con cariño a Yoshimi. 

—Que alegría tenerte de nuevo aquí, a los niños les alegra mucho que estés con nosotros- Dijo la Madre Superiora Mei, hace tan solo 7 años que dejaste el orfanato y te extrañamos mucho- Dijo a la vez que la abrazaba de nuevo. Uno de los niños se acercó a Yoshimi.—Por cierto, ¿Dai no vendrá hoy a jugar?— Yoshimi se puso a la altura del niño y sonriéndole le dijo.

 —No, hoy está muy ocupado en su trabajo. —Pero si hoy es sábado, los adultos no trabajan los sábados— Dijo una pequeña niña de 4 años comiendo una paleta que había en la bolsa. —Si eso es verdad pero Dai se esfuerza mucho, pero les aseguro que pronto vendrá a verlos—Los niños se pusieron muy contentos al escuchar esto y se fueron a jugar con los juguetes que les había traído Yoshimi. 

—Los niños aprecian mucho a Daisei— Dijo la Hermana Susuki una monja más joven que las demás mirando a los niños como se divertían. 

—Si, tan solo de recordar cuando llegó aquí... pobre muchacho había sufrido mucho, pero con ayuda de Yoshimi y los niños, aquel chico frío volvió a sonreír— Agregó la madre superiora, Yoshimi miró hacia el cielo y recordó la sonrisa de Daisei en ese momento.


Hace 25 años en las puertas del orfanato Izumi, era un día nublado, se celebraba el cumpleaños de una niña, cuando de la nada escucharon un llanto que provenía de afuera una de las hermanas se percato de ello y salió en la puerta se hallaba una canasta de color café, la hermana se acerco poca a poco y descubrió que en su interior se encontraba con un bebé, la cual estaba cubierta con una manta color blanco mojada por la lluvia el bebé seguía llorando pero al ver a la hermana sonrió y levanto sus manitas hacia ella, la hermana la cogió entre sus brazos y la llevo dentro del orfanato.

Los niños al ver a la bebé corrieron hacia ella y la miraron con curiosidad, era tan pequeña sus mejillas rosadas y sus ojos cafés brillantes reflejaban la pureza de su alma,   transmitía cierta tranquilidad y ternura. La hermana que la había encontrada miró a través de la ventana y vio a alguien en detrás de la cerca, no se podía ver bien su rostro puesto que tenía una capucha, por la silueta se trataba de un hombre alto, pronto se dio media vuelta y desapareció entre la lluvia. La hermana volvió con los demás, la Madre Superiora decidió llamar al bebé, Yoshimi.

Los años pasaron Yoshimi creció llenaba la el orfanato de alegría, era una niña amable bondadosa, pero también increíblemente traviesa, cada que unos niños externos al orfanato  molestaban a sus hermanos, si, todos en el orfanato se consideraban hermanos, en total habían 30 niños en el orfanato, ella golpeaba a los niños que molestaban a sus hermanos al decirles que no tenían mamá ni papá, por lo cual siempre se metía en problemas.

ENTRE EL COLOR GRIS Y UN VASTO ARCO IRISWhere stories live. Discover now