CAPÍTULO 15 MI PEQUEÑA LUZ.... HIKARI

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Durante la secundaria inferior habían luchado juntas estudiando para ingresar a la misma, lográndolo, pues lo cierto era de que ambas eran muy buenas en el estudio, y estudiar juntas en las tardes les beneficio aun más, ahí conocieron a Himeko, en ese entonces era muy tímida, y asustadiza, debido a que tenía una gran belleza física, resaltándolo aun más con un maquillaje sutil, cabello largo castaño un rostro de muñeca de porcelana, su esbelta figura, atraía a muchos chicos, parecía una idol y eso la intimidaba, y cada vez que un chico se le acercaba Hikari los golpeaba, desde ese momento nadie se volvió a acercar a ella, y ella no se separaba de ninguna de las dos, Himeko era muy cariñosa, adorable, dulce y muy simpática que podía enamorar a cualquiera, muchos de los chicos e incluso chicas la consideraban un ángel totalmente perfecta quitando lo impuntual que solía ser, un poco ingenua y tímida. Al verlas juntas muchos se sorprendían un poco ya que las 3 eran muy diferentes pero eso era lo más divertido y hacia que los días de Hikari y Yoshimi fueran los más brillantes posibles.

Durante los primero días se hacia un festival para recibir a los de primer año e invitarlos a los clubes que la institución proporcionaba, habían algunos eventos de competencias y juegos, comida y más. Las chicas estaban muy emocionadas, querían entrar al mismo club, pero sus intereses eran muy diferentes, a Himeko le interesaba la literatura, a Hikari las artes y el Aikido y a Yoshimi la música, por eso mejor optaron por seguir lo que más les gustaba, en cada club les hacían pruebas a los nuevos chicos dependiendo del número de estos, ya que en un club solo aceptaban un mínimo de aspirantes. Yoshimi se había quedado en el club de música al saber tocar el violín, en el club de Aikido probaban sus reflejos y fuerza física, era el turno de Hikari, lo hizo bastante bien, y a partir de ese día todos le temieron. Mientras que Himeko logró entrar con facilidad al club de literatura que no solo constataba en compartir lecturas y opiniones sino de interpretar papales, Himeko tenía aire de actriz, realmente entraba en el papel, ganándose el reconocimiento de todos los presentes.

El día había acabado en un abrir y cerrar los ojos, fue un día emocionante y cansado, Himeko acompañó a Hikari para que se cambiara el uniforme del club, un hakama de color oscuro. Himeko decidió esperar afuera de los vestidores mientras esperaba le dio un poco de hambre y decidió ir por una botana, cerca de ahí se hallaba una máquina, mientras colocaba el billete en la entrada de la máquina un chico se acercó a preguntarle su nombre en plan de coqueteo pero ella tuvo miedo, al salir Hikari no vió a Himeko comenzando a caminar, cuando notó a lo lejos que el chico había acorralado a Himeko se dirigió hacia ellos muy enojada, el chico al verla se asustó y se alejó debido a que la reconoció del club de Aikido, él formaba parte de este, Hikari no permitiría que se escapara así que le lanzó su zapato, este pasó por encima de la cabeza del chico rozándolo solo un poco y fue a estamparse en la cabeza de otro chico haciendo que este cayera al suelo por el impacto, Himeko se cubrió los ojos, y Hikari se apenó mucho acercándose al chico herido mientras que el otro se escapó.

—Lo siento, no te vi, lo siento, pero tú tienes la culpa por ser un imán de zapatos— El chico al ponerse de pie mientras se masajeaba la cabeza la miró.

—Siempre tenemos que conocernos de esta manera, Chisai— Al escuchar aquel nombre Hikari casi se le sale el corazón, frente a ella tenía a aquel pequeño niño de hace años, a su primer amor, no podía creerlo, ¿esto era a caso un sueño?, ese pequeño príncipe feo de hace años había cambiado a uno muy apuesto y alto, pero su sonrisa no, era igual de brillante.

—Ha pasado tanto tiempo, y no has cambiado en nada— Dijo Haru en tono burlón. Por la emoción Hikari no encontraba las palabras adecuadas, Haru arqueó una ceja al no obtener ninguna respuesta.

— ¿Eh?, cuando te conocí hablabas mucho, te comió la lengua un dragón— Dijo en forma de broma, Hikari no pudo evitar derramar unas cuantas lágrimas.

ENTRE EL COLOR GRIS Y UN VASTO ARCO IRISWhere stories live. Discover now