Capítulo 29

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Cada uno de los momentos previos al reencuentro con Avery están en mi cabeza, lo solitario de los momentos en casa, el tío Joshua diciendo que no podía ser mi padre, Madeleine alentándome sin poder ayudarme, porque quería aceptación, una que perdí a la llegada de Hillary, era solitario, y cada día forzaba una sonrisa que se volvió natural, era natural para mí fingir, y estaba bien, había planeado ser un hijo prodigio, hacer las cosas bien, y luego... Luego poder llamar papá al tío Joshua con orgullo.

Pero algo no se sentía bien en ese plan, había planeado que eso sea la cúspide de mi existencia, porque tendría que haber un sentido, yo tenía un sentido de estar, de ser, yo también merecía ser amado y tener atención para mí, ¿verdad?

Yo debía... Yo debía tener atención para mí, porque yo estaba siendo un buen hijo, porque yo también sería un buen hermano.

Pero yo no tenía nada de eso hasta que llegó Avery, yo no pude avanzar nunca, siempre estaba bajo el agua, con los ojos cerrados y con los oídos pitándome, alto fuerte, casi hasta ensordecerme.

Vamos, sonríe, vamos, avanza, vamos, no seas una molestia, vamos, sé fuerte, vamos, sé independiente, vamos, tú puedes, vamos, tú debes.

—El abusó de tu mamá.

—...tega.

—Él se parece a ti.

—...rtega.

—Si deseas a tu hermana, deberías acabar con tu vida.

—¡Ortega! —levanto mi mirada, el maestro me mira con el ceño fruncido y la cara roja, Avery se vuelve hacia mí y parpadeo al sentir la mano de Molly en mi hombro —, ¿tendrá la decencia de responder la pregunta?

—Yo...

—Me supongo que la respuesta es dos —suelta Molly, luego mira a Avery —, ¿no lo crees así Dan?

—¿Quién es usted? —suelta el profesor, parpadeo nuevamente, ¿qué está pasando? —. ¿Siquiera estudia aquí?

—Oh, no. No tengo el placer, soy Molly Simons, soy prima de Misael —toma mi brazo y la miro nuevamente, pero por alguna razón, no puedo verla realmente —, y estoy aquí de paso nada más, pero según su clase eso debería dar dos, ¿no?

—De hecho creo que es un menos dos —suelta Avery, esta vez sin volverse —. Creo.

—No, sí es dos, pero... —miro de nuevo al maestro y resopla cuando suena el timbre —. Olvidenlo, realicen la página 100 de su cuaderno, y la investigación que manda ahí, que sea de dos páginas.

Sale y Avery se vuelve —. Misael, ¿qué pasa?

—¿Estás bien? ¿Es por tu ojo? La hinchazón se ha ido casi por completo, ¿pero estás mareado? —ella acerca su mano a mi rostro y Avery agarra su mano, ella parece entender y la aleja, sin dejar de mirarme —. Debería buscar medicina.

—La enfermería está al final de este pasillo, ¿puedes ir? —suelta Avery.

—Sí.

Molly se va sin decir nada, se ha sentado en mi mesa, con una silla de más, ¿de dónde la ha sacado?

—Misael, ¿puedes mirarme? —levanto la mirada, los ojos de Avery son claros para mí y pronto me centro en ellos —. ¿Cómo estás? Desde ayer algo no está bien, ¿quieres hablarme de ello?

—Estoy bien —digo.

—No parece, ¿por qué tus ojos están...? —acerca su mano a mi cara pero tomo su muñeca a medio camino, con el corazón en mi garganta —, ¿Misael?

Mi hermana y yo |MHYY2| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora