¿Enamorado de Avery? Imposible.
Sus labios estaban a escasos centímetros, casi podía sentir su suavidad en los míos, deseaba más que nada que nuestros labios se tocaran. Quería conocer la textura de los suyos y perderme en su lengua, estaba seguro de que su sabor era impresionante. No hacía falta acercarme más, nuestros labios casi estaban juntos pero mis ojos fueron a los suyos, entonces me detuve, me alejé de golpe y levantándome de la cama salí rápidamente de la habitación. Entré en la mía y cerré la puerta rápidamente.
—Ella estaba... Ella estaba llorando.
Caí al suelo soltando una maldición, estaba dejándome llevar. ¡Cómo pude atreverme a tocarla así! Se supone que el buen hermano soy yo, no debí hacerle eso, era obvio que iba a reaccionar así. Me negué a salir de la habitación, no podía enfrentarla. Avery me miraría dolida, o peor aún, no volvería a mirarme siquiera. Me arrepentía. Oh, claro que lo hacía.
Me arrepentí, y aquella noche no pude dormir.
—Buenos días cielo, ¿pancakes o tostadas?
—Café, gracias.
Me senté en la mesa y sentí un dolor de cabeza inmenso, no había podido pegar ojo y, si era totalmente sincero, tampoco quería que la mañana llegara. No quería enfrentarme a Avery. Sabía que ella me odiaría por lo de la tarde anterior, incluso cuando mis padres llegaron noté que la puerta de su cuarto estaba cerrada, y no había ruido alguno. Estaba tentado a llamar y disculparme, pero no lo hice.
—¡Oh! ¿Ya te vas? ¿No deseas desayunar?
—No, gracias. Tengo que llegar temprano hoy.
Me tensé al oír su voz y de nuevo no me atreví a verla, sólo pude relajarme cuando la puerta principal fue abierta y cerrada con rapidez. ¿Es que había sido siempre un cobarde? No. No era eso, simplemente quería alargar mi angustia un poco más y retrasar el golpe final.
—¿Misael?
Mishell se sentó junto a mí en las gradas del campo de fútbol. Ambos veníamos a ver la práctica del hermano de Mishell, pero mis ojos recorrían el campus en busca de una pequeña chica de cabellos negros con hipnotizantes ojos verdes. ¿Cómo le hacía para tenerme siempre al pendiente? ¿Era la culpa? ¿Porqué demonios había dejado que mis impulsos me controlaran? No solía ser así, papá me había enseñado a poner por delante el bienestar de los demás, porque no había que ser egoístas. Y siempre lo hice así, para que papá supiera que deseaba un futuro como el suyo, su esposa lo amaba y la pequeña Hillary era la mejor niña del mundo. Si eso era lo que significaba dejar de lado el egoísmo, era seguro que era un terreno que no deseaba atravesar. Deseaba más que nada una vida tranquila, ayudando a mis seres más cercanos. ¿Pero eso ya estaba cambiando? ¿Porqué había alejado mis ideales por intentar besar los labios de Avery?
—¡Oye!
Me volví hacia Mishell, la cual me miraba ya harta. Aclaré mi garganta para poner mi atención total sobre ella.
—Lo siento, ¿decías?
—¡Estoy harta de esto! Alan y tú andan en lo mismo ignorándome. ¿Es que es un nuevo deporte o qué?
—No te estaba...
—"No te estaba ignorando". Ve a decirle eso a alguien que te crea, cuando dejes de actuar como estúpido me haces el favor y me buscas, ¿okey? No tengo ánimos de aguantarlos. Ni a ti, ni al imbécil de mi hermano.
Se puso de pie colocando el bolso sobre su hombro y alejándose de mí, debería haberla seguido pero no lo hice, ¿porqué? Desearía saber la respuesta también.
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Mi hermana y yo |MHYY2|
Teen FictionMisael Ortega tiene la vida arreglada. Vive con su tío Joshua, al cual considera como su propio padre. Su tío lo cría junto a su esposa Madeleine, con la cual tiene una pequeña llamada Hillary. No conoció a sus padres, y el tío Joshua no le habla nu...