Capítulo 15

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Complicaciones.



Gruño mientras corro mirando a mi compañero, me detengo frente a la canasta y jadeo.

—Oye, ¿vas a estar bien? Esa mano...

—Si. Ignóralo.

Vuelvo a pasar la pelota de mis manos a Natan y este encesta rápidamente, el entrenador tiene la mirada sobre mí. Miro mi mano vendada y trago molesto.

Había estado cegado antes, ¿por qué mi cuerpo reaccionó de esa forma? El entrenador se había molestado conmigo y si no fuera por que la ayudante del club me vendó la mano y aseguré estar bien, él no me habría dejado jugar.

—¡Medio tiempo!

Todos caminamos hasta el entrenador y varios del equipo opuesto me miran con molestia, supongo que como estoy lastimado pensaban que les iría mejor, sorpresa sorpresa, sigo siendo mejor que ellos.

—¿Tu mano está bien? Pasaste el anterior partido y no me preocupé antes. Pero tienes que decirnos si tu mano... —miro hacia las gradas, Avery no está por ningún lado. Y empiezo a preocuparme más, no la he visto desde nuestro pequeño jaleo en el baño y desearía no haberla asustado de esa forma —, ¿comprendes?

—Si, señor.

Vuelvo a mirarlo. Mis compañeros me miran y la asistente se posa a mi lado —. Deja que te acomode la venda.

—Gracias.

—¿Estás seguro de que puedes continuar? —cuestiona mientras vuelve a envolver mi mano con fuerza después de desinfectarla y colocar un par de gazas, niego cuando sus ojos y los míos se encuentran —, es una herida fea. ¿Acaso...?

—Estoy bien —le sonrío y baja la mirada con las mejillas rojas y eso me irrita —, sólo tuve un pequeño problema. Gracias por preocuparte, Ayleen.

Me levanto cuando me suelta y camino hasta los demás dentro de la cancha. Vuelvo a mirar las gradas, Mishell me saluda con una sonrisa junto a sus amigas y le sonrío mientras busco a Avery con la mirada.

—Dan no vino —suelta Agustín a mi lado y luego se posa junto a mí con Natan, mira las gradas y luego a mí con expresión cansada —, ¿pelearon? Es por eso que tus nudillos...

—Cállate ya. Quiero ganar.

El silbato sonó y me apresuré a tomar el balón, estaba enojado y eso me mantenía con las energías elevadas. Intentaron quitarme el balón pero encesté en varias ocasiones, Natan y Agustín me seguían el paso y cuando terminó el encuentro los habíamos dejado atrás con más de cuarenta puntos. Nos felicitaron todos pero no me quedé el tiempo suficiente para que me hablaran pues salí.

—¡Oye! ¿A dónde vas? —se me acercó Agustín tomándome del brazo —. Ganamos viejo, nos van a dar unas medallas y la fotografía por los juegos...

—Es Dan, tengo que buscarlo —digo soltándome de su agarre y caminando a la salida. Me sigue de cerca.

—Entonces sí pelearon.

—Son cosas nuestras, ¿okey? Dile al entrenador una excusa de mi parte y...

—Oye, no puedes librarte de esta. Finalmente estás retomando las cosas, Dan me agrada pero de él no dependen las cosas que haces, ¿comprendes?

—Lo sé, pero necesito encontrarla —lo miro y aclaro mi garganta —. Mishell y yo también tenemos que hablar.

—No me digas que también te peleaste con ella.

—Cúbreme. En serio tengo que...

—Mejor vé a tomarte esa fotografía —miro frente a mí, se ve pequeña y sostiene mi mochila entre sus delgadas manos. Avery mira a Agustín y le sonríe, luego sus ojos se posan en mí —. Ganaste, lo mereces.

Mi hermana y yo |MHYY2| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora