Capítulo 9

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Los abuelos.



—¿Están seguros?

—Por favor —pedí inclinando mi cabeza, la señora Valentine me miró con algo que no descifré pero continué —. Deje que Dan y yo pasemos juntos este año escolar. Nos la pasamos peleando la mayor parte del tiempo pero... Yo quiero valorar más a mi... melliza.

Estábamos sentados en la sala de la casa del padre de Avery. La tía Valentine se quedaba por ser tutora legal de mi hermana. Pasaron varios días antes de que le dieran de alta a Avery y yo, por supuesto, me quedé con ella todo el tiempo. No hacía falta pedir permiso, papá sabía lo mucho que Avery significaba para mí. Porque en el fondo ambos sabíamos que éramos nuestra única familia.

—Dan, esto que está aquí —señaló la casa entera con un ademán —. Todo esto es tuyo, el dinero del banco. Incluso yo estaré contigo siempre. Dime si quieres tomar tu último año de Instituto con tu hermano o si quieres volver a tomar las clases en casa, como siempre lo hemos hecho. Querida. Todo será como lo pidas —Avery asintió bajo la intensa mirada de la señora frente a nosotros. Le sonrió y esta última suspiró —. Te estaremos esperando.

Me recuesto en la cama. Y cierro mis ojos con calma por primera vez en varios días. Cuidar a Avery ha sido mi prioridad, y enterarme de todos sus cuidados ha sido algo doloroso y muy poco fácil de digerir. Sin embargo, me he propuesto permanecer a su lado, no sólo por el lazo sanguíneo que nos une sino por el inmenso amor que le tengo.

La había besado en el hospital apenas una vez ya que la señora Valentine estuvo sobre nosotros todo el tiempo, pero me permití tomar su mano y admirar cada detalle de su rostro mientras dormía. Había perdido tantas cosas por estar lejos de ella. Quería recuperar cada día perdido.

Papá nos había recibido y no trató de hablarme sobre lo malo que fue mi temperamento al separarme de Avery; parecía algo shockeado por su regreso, pero parecía más contento. Hillary y Madeleine no se quedaron atrás. Prepararon una cena cuando volvimos felicitando a Avery por pasar la cirugía. Todo parecía estar funcionando mejor ahora. Todo menos yo.

¿Porqué? Simple. Deseaba a mi hermana. La amaba. No como un hombre ama a su hermana, sino como un hombre que desea despertar cada día a su lado. Un hombre que desea conocer sus más oscuros secretos y compartirlos. Besarla. Abrazarla. Poseerla. Eran pensamientos que estaban ahogándome. Y sabía que debía reprimirlos. Había estado leyendo sobre lo que significaba amar a un hermano. Esta "enfermedad" era llamada incesto. Un término utilizado para personas que mantienen relaciones amorosas con personas de su misma línea familiar. Padres e hijos. Tíos y sobrinos. Hermanos con hermanos. Algo que la gente repudiaba.

Significaba que papá, Madeleine y Hillary nos odiarían. Nos tendrían asco. Y sabía el peso que llevaba de culpa por eso. Avery ha estado sola siempre, pero yo sé lo que son otras mujeres, no es como si fuera la primera mujer que haya deseado. Pero yo podría ser su primer hombre, ella podría estar confundida y dejarme después. Pero qué haría yo. Yo no tenía excusa. La amaba. Estaba perdido.

—Misael —tocan la puerta un par de veces y luego esta se abre, Avery entra, vestida con un calentador y una camisa enorme. Su cabello negro aún está húmedo y se pega a su blanca piel, trago aún recostado en mi cama —. ¿Puedo pasar?

—Cierra la puerta —ella lo hace y me siento, mis manos pican por tocarla pero ella no se mueve mientras está arrimada en la pared, me mira con cautela. Como si esperara algo de mí. Trago mientras noto una gota rodar por su fino cuello —. ¿Pasa algo?

—No... Es sólo que... No hemos hablado mucho por la tía Valentine y... No lo sé.

Negó bajando la mirada, sus ojos verdes brillaban y sus labios temblaban, me levanté y caminé a paso lento hasta quedar frente a ella. Dios, era tan pequeña. Del tamaño perfecto para mí. Tomé su mano y ella me miró rápidamente cuando la llevé a mis labios. Sus ojos no dejaron los míos.

Mi hermana y yo |MHYY2| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora