Cita y el regreso al Instituto.
—¡Más rápido Misael! ¡Pedalea con ganas! —ríe con sus pequeños brazos en mis hombros, casi como un niño pequeño. Me detengo cuando llegamos a la plaza y baja con una sonrisa —. Debiste acelerar. Pero si me invitas algo te perdono.
—¿Quién dice que quiero que me perdones? —infla sus mejillas —. Bien. ¿Qué quieres?
—¡Si! —celebra levantando el brazo con una sonrisa y finge pensar para luego mirarme —. Quiero una malteada.
Camina abriéndose paso. Las personas la ignoran y algunas chicas la miran y se ríen, pero no lo entiendo. No se ve mal, es decir, usa una bermuda a cuadros. Una camisa azul y una gorra hacia atrás. Parece un niño. Uno pálido y debilucho, ¿es que come lo suficiente? Es una cabeza más baja que yo. Acelero el paso con la bicicleta a mi lado.
—¡Dan! ¡Espérame!
—¡Pues camina!
Se vuelve hacia mí y camina de espaldas con una sonrisa marcando su rostro. Ruedo los ojos y me detengo en un local para dejar la bicicleta encargada. Es un lugar que conozco por Simón. Uno de mis amigos que cada vez que venimos trae su bicicleta y la encarga aquí, como conozco al encargado salgo rápidamente. Avery me espera y avanzamos. Mira todo con un brillo en los ojos y río.
—¿Es que no sales mucho o qué?
—Soy bastante asocial. No es mi culpa.
Me codea y le regreso el golpe con un empujón ligero, pero se desequilibra y la tomo del brazo.
—Oye, ¿estás bien?
—Parece que comes brócoli. Bien por ti, yo lo odio.
—¿Eso qué tiene que ver?
—¿Has visto Popeye? Es obvio que obtiene su poder de esa cosa verde.
—Primero, esa "cosa verde" es espinaca. Y segundo, es algo de niños. Sin embargo parece que en serio no comes nada. ¿Que nunca sales al sol? Eres tan pálida.
—Oye, tú y yo tenemos la misma tonalidad.
—Pero mi cara se ve bien. Tú pareces un fantasma.
—Vuelve a decirlo y te pateo.
—Vale. Qué genio.
—No es mi culpa no poder ser más sana.
—¿Eh?
—Allí hay un puesto de malteadas, vamos.
Se adelanta y frunzo el ceño. ¿Qué quiso decir con que no es su culpa no ser más sana? Llego a su lado y ya ha ordenado, pido una de melón para mí y pago. Salimos del local y Avery lo toma sin ánimos.
—¿Qué? ¿Está malo?
Niega rápidamente. Sigue acelerando el paso y pasamos por varios locales mirando gorras, manillas, incluso calcetas. Me percato entonces de que está totalmente roja y agitada. Le tomo la mano y busco con la mirada un asiento bajo la sombra, cuando diviso uno avanzo hacia él aún tomando la mano de Avery.
—¿Misael?
—Te ves cansada. Sentémonos.
—Pero...
—Sentada —la pongo sobre la silla y me percato de que su malteada está a la mitad —. ¿De verdad estaba mala?
—No. Es sólo que... Me llené. ¿La quieres?
—¿De qué es?
—Mora.
Me acerco y tomo un poco pero me alejo con una mueca.
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Mi hermana y yo |MHYY2|
Teen FictionMisael Ortega tiene la vida arreglada. Vive con su tío Joshua, al cual considera como su propio padre. Su tío lo cría junto a su esposa Madeleine, con la cual tiene una pequeña llamada Hillary. No conoció a sus padres, y el tío Joshua no le habla nu...