Capitulo 4

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El día que Ben y Rey esperaban había llegado. Estaban emocionados, porque era la primera vez en años que tendrían dos días enteros con sus padres, sin negocios de por medio, ni reuniones aburridas con los estirados hijos de los inversionistas como Regina los llamaba. Ben, estaba más que agradecido con la divinidad que al fin podría cumplir su sueño y el de Rey.

—Han viejo amigo, me alegra que al fin le des un día a tu hijo, ese chico es tu alegría y ahora que está entrando en la adolescencia es cuando más te necesita. —sugirió Lando a su querido amigo Han, dándole una palmada en el hombro.

—Fue Ben, el que insistió con esto Lando y me di cuenta que mi pequeño rufián, pidió tu ayuda —le dijo divertido, mirando en dirección hacia donde todos estaban en la camioneta terminando de guardar las maletas.

—Sí, que te puedo decir, el chico quería desde hace mucho tiempo tener ese momento con sus padres, la linda Rey y los padres de esta. No me pude resistir en ayudarlo con ese pequeño ardid —observó al chico como se comportaba gentilmente con la joven dama.

—Gracias amigo —respondió Han, mirando a su hijo que se estaba convirtiendo en un hombre. Su pequeño orgullo.

—Está enamorado Han, creo que ya te diste cuenta amigo —se lo decía, mientras miraba al chico y a Rey con miradas cómplices y la sonrisa bobalicona de los adolescentes, cuando empiezan a experimentar ese primer amor.

—Lo sé Lando, creo que Ben se enamoró de Rey desde el día que la conoció siendo tan pequeño.

Lando le dio una palmada en el hombro.

—Pues por esa razón, debes aprovechar que tú hijo todavía quiere cerca a sus padres, sabes que cuando entran en la adolescencia solamente tienen ojos para su tecnología y su novia —bufó.

—La verdad, no encuentro falla a tu lógica —dijo ahogando una carcajada— recuerdo cuando Leía y yo nos conocimos en la universidad —miró a Leía soñador, por unos segundos— solo tenía ojos para ella y eso que recién había salido de la adolescencia —recordó.

—Y el motivo, por el cual dejaste las parrandas —se echó a reír Lando.

—Ehhh... solo fue un lapsus... que bueno... —se rascó la cabeza— la verdad fui un poco rebelde debo admitir...

—Sí, claro —suspiró Lando con una mirada cínica, encogiéndose de hombros.

Han se señaló a sí mismo y Lando se volvió a reír.

—Dejémoslo así amigo, pero si te diré algo: aprovecha cada momento con tu hijo, yo descuidé por mucho tiempo a Jannah después de la muerte de su madre, al querer superar mi pena, por su perdida, no me di cuenta que mi niña estaba creciendo y me necesitaba. Cuando menos acordé ya se iba a la universidad y bueno; ya sabes, se volvió independiente, dentro de unos dos años se graduará en relaciones internacionales y piensa mudarse a la India, para trabajar en un proyecto que la universidad le ha recomendado por ser una de las mejores de su clase, como le dije a Leía solamente quiero que mi hija se feliz —Han asintió. Lando después de decirle esas cosas se giró en dirección a la camioneta— mira nos están llamando ya está todo listo vamos. —Señaló.

Estaban terminando de guardar unos implementos que llevaban Han y Greg para ir a pescar, cerca de un río que había por el bosque donde pensaban acampar. Los chicos estaban eufóricos se daban la mano y daban brinquitos de alegría, mientras sus padres los miraban llenos de  amor.

 Los chicos estaban eufóricos se daban la mano y daban brinquitos de alegría, mientras sus padres los miraban llenos de  amor

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Aeternun ( El recuerdo de tu amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora