Capítulo 11 🥀

26.9K 1.9K 410
                                    

Antonella

—Mierda, te ves... espectacular nena—, el primero que habla es Arman, logrando que los nervios disminuyan un poco.

—Concuerdo con eso, definitivamente tendrás toda la atención hoy linda.

Todos los hermanos Kiselev me terminan de halagar. Me siento linda con todos esos comentarios.

Ellos ya vienen listos, <siempre parecen estarlo> así que empezamos a bajar para subirnos al auto. Me sorprendo un poco cuando veo que es una limusina.

Tengo al lado a Arseni y a Arman. En una curva mi cuerpo me gana y por poco me caigo, evito esto sosteniéndome de Arseni.

Este se tensa enseguida, no entiendo el por qué cuando observo donde tengo mi mano apoyada.

¿Será igual de grande como parece ser?

Retiro mi mano en silencio y me cruzo de piernas, quedando más cómoda.

Noto las miradas de los Kiselev en mí cuando el vestido se me levanta un poco, así que decido que me quedare así hasta llegar al evento.

Según Elisabeth nunca fui lo suficiente guapa, nunca cumpliré con sus estándares, pero si tengo a 6 mafiosos rusos que me quieren hacer su esposa debo tener mi encanto, ¿no?

¡A la mierda Elisabeth! Estoy cansada de toda esa mierda, al menos tendré mi mente ocupada en algo mas esta noche, o eso espero.

—Tenemos una regla para ti en esta noche Antonella—, musita Damien.

— ¿Cuál?

—Que no hables con otros hombres a menos que sea necesario—, también me atraen las mujeres bombón.

— ¿Por qué?

—Porque si lo haces le pegaremos un tiro en la sien a alguien al frente tuyo y al frente de todos en esa reunión y no creo que desees eso pequeña—, mierda.

—Y te recordamos que...

—Si intento escapar me van a encontrar, Akim. Gracias, creo que me voy a aprender eso de memoria—. Ruedo los ojos.

—Estupendo.

—Señores, llegamos—, avisan y al poco tiempo la puerta se abre.

Observo donde nos bajamos, hay una pequeña alfombra roja por la cual hay que caminar para entrar.

Me pongo rígida cuando una mano se posa en mi espalda baja, <Alexander>, aun no me acostumbro a estar rodeada de 6 hombres, me cuesta un poco creerlo.

— ¿Lista linda?

—No.

—Estupendo, entremos—. Demanda Damien y en cuestiones de segundos los tengo a todos atrás mío, situado cada uno en un lugar preciso.

Respirar, respirar, respirar, respirar.

Repitiendo estas palabras en mi cabeza vamos caminando hacia la entrada en la cual hay varios hombres custodiando esta misma. Nos abren e ingresamos.

Hay demasiadas personas aquí, demasiadas. Personas que se quedan observándome cuando entro.

Observo todo el lugar; sin duda es elegante. Las mesas están muy bien decoradas, hay hombres y mujeres repartiendo bebidas por todas partes. No logro distinguir que música es la que está sonando pero no me desagrada.

—Hijos—. Aliona sale de no sé dónde con sus dos maridos. Los abraza a todos a comparación de sus esposos que no lo hacen.

Aliona tiene esa aura intimidante como ya lo dije, pero parece que es bastante cariñosa con sus hijos.

Conjuro de obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora