Antonella
Estas semanas que he convivido con los Kiselev no han sido tan malas. Cree unos planos mejor diseñados y la casa ya está en proceso, también he tenido más entrenamientos por parte de mis esposos y no es por alardear pero ya me defiendo mucho mejor. Por otro lado voy bien en la organización ya que me he introducido aún más; voy con ellos a reuniones, hago algunas estrategias y he ayudado al cierre de algunas alianzas un poco importantes.
En cuestiones "amorosas" (si es que se puede llamar así), no me va tan mal, cada vez siento que los hermanos Kiselev se adentran más y más en mi ser.
— ¡Hola bonita! — Aparto la vista de unos expedientes cuando escucho de repente la voz de Laika.
—Hey—, me levanto y la saludo—. ¿Cómo estás? No sabía que vendrías.
—Fue algo repentino. Vengo por unos documentos importantes, los malditos italianos se robaron una carga muy importante y también vengo por otra cosita pero eso ya te lo digo al rato.
— ¿Los italianos? Pensé que estaban calmados desde lo ocurrido la semana pasada.
—Pensamos lo mismo pero no, están furiosos. Son unos imbéciles. El maldito Lucca parece un escurridizo ratón.
—Lucca es el jefe de la mafia italiana, ¿no? — Pregunto.
—Correcto bonita, lastimosamente lo es. En estos momentos estará en cualquier parte del mundo huyendo, tal vez esperando que las cosas se calmen. Oí que también tuvo problemas con la yakusa.
—Mis esposos no deben tardar, vamos a la oficina por los documentos que necesitas.
Abro la puerta de la oficina, busco en unas carpetas lo que necesita Laika, tomo unas copias y se las doy.
—Gracias.
—No es nada. ¿Qué era lo otro que tenías que decirme?
—Sí, sobre eso... ¿No te gustaría ir a una fiesta? — Me susurra.
— ¿Una fiesta?
—Sí, algo fuera de la organización, es hoy. Últimamente has estado muy ocupada con todo esto, ¿no crees que te vendría bien algo de distracción?
—Me gustaría, ¿los hermanos saben?
—No, y creo que si se enteran no te dejaran ir.
—Creo lo mismo, pero si lo decimos de una manera no taan, mmm, ¿fiestas con chicos hormonales? Tal vez sí. Bueno, no sé, yo miro que les digo, la verdad un poquito de baile y algunas copas no me sentarían mal.
La puerta de la oficina se abre a los segundos de yo haber dicho esto, entran todos.
— ¡Bimba! — Cojo a mi perrita en brazos—. ¿Cómo les fue?
—Esa cosa arañó al veterinario cuando intentaba cortarle las uñas.
—No la llames cosa, Damien, es Bimba.
—Como sea. ¿Ya tienes los documentos? — Laika asiente y los muestra.
—Permítanme contesto la llamada—, Laika se retira.
—Bueno, les quería decir algo—, Bimba ladra para que la baje y así lo hago.
— ¿Qué cosa, muñeca?
—Quiero salir con Laika hoy, algo así como una noche de chicas.
— ¿Noche de chicas? — Farfulla Arman.
—Sí, noche de chicas. Saldremos por la ciudad, nos tomaremos una malteada o algo así y escucharemos música mientras Laika conduce.
— ¿Y a donde quieren ir exactamente?
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Conjuro de obsesión
Romance¿Cómo podríamos describir la vida de Antonella Rossi? Bueno, créeme que la palabra "fácil" no cabe allí. Antonella ha tenido que soportar maltratos psicológicos por parte de su familia. Toda la vida de Antonella da un giro drástico cuando a su vid...