Capítulo 32 🥀

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Antonella

Sin dejar de mirar por la ventana poso mis manos en mi vientre plano. ¿Sera verdad lo que me dijo Laika? Aun es difícil de creer eso para mí.

Suspiro. Ya veo porque Laika me dijo que era decisión mía si les quería contar después de que hablaran conmigo. Y a la mierda que les voy a contar, si ellos decidieron sacarme de mi vida yo puedo decidir no decirles nada.

—Señorita, ¿desea algo de tomar o de comer? — Una azafata hace presencia, pido una bebida y empiezo a acariciar a Bimba, quien ha estado muy tranquila.

Los hermanos Kiselev fueron tan amables, me consiguieron un apartamento. Me ahorraron el trabajo de encontrar uno, <sarcasmo>.

Cuando el avión aterriza todo me tiembla, me cuesta tomar a Bimba en manos para bajar las escaleras ya que me da miedo tirarlo por tanto temblor en mis manos.

Tomo una gran bocanada de aire, lo primero que haré antes de llegar a mi nuevo apartamento será ir a comprar una prueba de embarazo.

No suelto a mi mascota en todo el trayecto, en estos momentos es mi única compañía y no pienso soltarla.

Entro a la primera farmacia que veo, tomo en total 9 pruebas de embarazo. Hago fila detrás de una mujer y una vez pago salgo del lugar.

Estoy a punto de tomar un taxi cuando una mujer choca contra mí, logrando que todas las pruebas se salgan de la bolsa y rueden por todas partes.

— ¡Cielos! Lo lamento, no me fije—, se arrodilla apresuradamente y las recoge todas en menos de un segundo—. ¿Estás bien?

—Sí, estoy bien. Gracias—, recibo nuevamente la bolsa. Detallo a la mujer; es muy bonita, no sé cómo lucen los griegos pero ella parece del extranjero.

—Eeh, Amara, un gusto—, me tiende su mano la cual no dudo en tomar.

—Ant—, me muerdo la lengua al recordar que se supone que ese ya no es mi nombre—. Anna.

—Un gusto Ant Anna—, bromea—. No eres de aquí, ¿cierto?

—No, vengo de Alemania. ¿Y tú? No tienes pinta de ser de aquí.

— ¿Ah no? ¿De qué tengo pinta?

—Así como una modelo de estados unidos tal vez. O una motociclista sexy, tus tatuajes ayudan bastante.

—Bueno, soy de los ángeles y me gustan las motos.

—Interesante.

— ¿Son para ti? — Me señala las pruebas y asiento.

—Para rectificar.

—En ese caso, ¿quieres que te pida un taxi? Por la hora es difícil que pase uno desocupado.

──── •◦ ◦• ────

Bueno, llámenme loca si quieren, pero en estos momentos me encuentro en el apartamento de Amara. Y, antes de que digan algo, es que literalmente vivimos al lado. Su apartamento es el 206 y el mío el 205. Además, una amiga no me haría daño.

— ¿Quieres jugo? Esas son bastantes pruebas.

—Vale—, me tiende un vaso—. Y, ¿con quién dijiste que vivías?

—En estos momentos con mis hermanos.

—Oh, ¿tienes hermanos?

—Sí, uno de mi edad y una hermanita menor. ¿Y tú? ¿Tienes hermanos?

—Tengo a mi perrihija—, señalo a Bimba que en estos momentos está jugando con un peluche que Amara le dio.

—Tienes una muy linda perrihija.

—Se debe parecer a mí—, se ríe y me tomo otro vaso de jugo, aun sin ganas de hacer pis.

— ¿Qué harás? Digo, si la prueba sale positiva.

—En mis planes no estaba tener hijos aun, pero lo tendría. La verdad lo considere todo el viaje y la idea de tener un mini confidente no suena mal.

— ¿Puedo preguntar por su padre?

—No quiero tocar ese tema la verdad.

—Entiendo. Sin problemas.

—No es por ser metiche pero, ¿Tú sabes quienes son esos guaruras que estaban en la entrada del edificio?

—Digamos que me están "protegiendo" —, se acomoda su no tan largo cabello negro detrás de las orejas—. Es una larga historia si te soy sincera.

—Comprendo—. Hago una pausa—. Me están entrando ganas de hacer pis.

—Pues no tengo nada mejor que hacer que acompañar a una desconocida no tan desconocida a que se realice una prueba de embarazo, así que ven, por aquí es mi baño.

Después de hacerme todas las pruebas esperamos juntas unos minutos mientras hablamos. Me cuenta un poco de su vida, al parecer sus planes eran venir a Grecia por un corto tiempo y resultó quedándose aquí por otras circunstancias.

Pasa el tiempo y Amara toma la primera prueba ya con el resultado.

—Positiva—, me dice.

Respirando miro otro resultado yo; positivo.

Chequeamos las nueve pruebas y en todas arrojó positivo. Una cosa es que Laika me lo haya dicho y otra cosa es que yo lo vea con mis propios ojos.

—Creo que puedo hacerte cita con un buen obstetra.

—Agradecería eso.

──── •◦ ◦• ────

Y si, efectivamente aquí estoy con Amara a que me revisen. Con prácticamente una desconocida, cuando se supone que aquí deberían estar mis...

Los Kiselev.

En parte es cosa mía, me fui sin decirles la noticia, pero todo hubiera sido diferente si no me hubieran abandonado.

— ¿Y bien, doctora? — Pregunto, ella sigue observando por el monitor.

—Aquí esta—, habla y miro la pequeña pantalla. Lo que puedo observar es algo diminuto, parece un frijolito—. Aunque...

— ¿Aunque qué? — Pregunto impaciente.

—Aquí hay otro.

— ¿Otro? ¿Cómo que hay otro? — Me alarmo cuando dice esto.

—Miento—, el alma se me regresa—, son trillizos—, se me va el alma del cuerpo de nuevo.

Conjuro de obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora