Capítulo 10 🥀

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Antonella

Después de esa genial charla en la que me quisieron decir que en la dichosa presentación quedare prácticamente condenada decido dormirme en el auto.

Minutos más tarde siento que empiezan a levantarme de donde estoy.

—Puedo caminar, ¿sabes? — Arman me saca cargada como princesa ignorando mi comentario.

Observo que nos dirigimos a un enorme edificio. Entramos a un ascensor y es allí que Arman me baja.

— ¿Aquí viven? — Inquiero, curiosa.

—Es una de nuestras propiedades pero aquí es donde permanecemos la mayoría de tiempo—, me quedo boquiabierta cuando observo todo. Es un penthouse, a simple vista se ve extremadamente lujoso todo.

Empiezo a caminar lentamente detallando todo lo más que puedo.

—Señores Kiselev, bienvenidos—. Sale una chica de no sé dónde. Es alta, mucho más que yo, (bueno, la mayoría de personas son más altas que yo, mido 1.55). Tiene el cabello color castaño claro y corto, un poco más por arriba de los hombros.

—Antonella, ella es Lila, la empleada de servicio, Lila ella es Antonella—. Reparo más a Lila; sus ojos son oscuros. Trae puesto un short color rojo y una blusa de tiras blanca.

No parece una empleada de servicio, además, me da mala espina.

— ¿Desean que les prepare el desayuno? — Lila ignora el comentario de Arseni. Me está ignorando completamente.

—Lila, ella es Antonella, nuestra futura esposa—, aclara Akim.

— ¿Su futura qué? — Dice ella sorprendida, pero luego disimula—. Digo, lo siento. Todo un placer conocerla—, me tiende la mano pero yo no paso por desapercibido esa falsa sonrisita que tiene en el rostro.

Devuelvo el saludo, tratando de no actuar tan descortés.

—Tengo sueño—, digo para los hermanos Kiselev.

—Por el momento no puedes dormir—, levanto la ceja esperando que más tiene que decir Alexander—. Esta noche es la presentación como ya te habíamos dicho, por lo que lo mejor es que vayas de compras y busques algo bonito.

—Entiendo—, bueno, al menos no es mi dinero.

Damien recibe una llamada y se retira un poco para atenderla. Lila me está mirando mucho y eso no me agrada demasiado.

—Tenemos que irnos—, Damien corta la llamada y le dice a sus hermanos.

— ¿Qué sucede? — Interroga Nikolai.

—Son los Ivanov—, no sé quiénes son los Ivanov ni que putas pasa con ellos pero la cara de los hermanos Kiselev no es una buena señal.

Nikolai se retira y hace una llamada que no demora más de dos minutos.

—Bien pequeña, tenemos que irnos por algo urgente. No intentes escapar, tendrás a más de 20 hombres vigilándote. Ve al centro comercial y cómprate lo que quieras—. Me entregan una tarjeta dorada.

¿Me secuestran y ni siquiera son capaces de estar conmigo?

— ¿Cuál es el límite de lo que puedo gastar? — Lila no se ha ido, sigue pendiente de toda la conversación.

—No hay límites muñeca. Cómprate lo que creas necesario, lo que desees.

—Lila, tu iras con ella.

—Como ordene—, Lila sonríe ante lo que le ha dicho Arseni.

—Bien, abajo estará esperándote un chofer. Y recuerda; no intentes escapar, no lo lograras—. Todos se despiden de mí y se van—. Estupendo, ahora estoy en un país que ni conozco, prácticamente sola.

Conjuro de obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora