Antonella
Decir que estoy nerviosa es poco, falta 1 día para mi boda. Y eso es muy, muy pronto.
Desde el día que me quedé dormida con Damien todo ha estado normal. Solo que todos ya tenemos más confianza para eso de los besos. No ha sucedido nada más que eso.
Estoy pensando en si hacer algo en la luna de miel. Admito que me asusta un poco el hecho de que sean 6, pero si lo pienso por el lado positivo; no son feos y parecen tener bastante experiencia en lo sexual.
Y, el sexo sin compromiso no está mal, ¿no? Quiero decir, que me acueste con ellos no tiene por qué significarse nada, ¿verdad?
Por alguna razón creo que mis hormonas se empiezan a alborotar y tener cerca a esos 6 Adonis solo empeora todo.
—Buenos días linda—, me siento en la cama, viendo como Alexander tiene una bandeja de desayuno.
Abro los ojos como platos. No creo poder soportar otro desayuno como el anterior.
—No te preocupes, este lo hizo Lila—, peor, que tal y tenga veneno—. Lila es buena cocinera, pero si no te gusta puedo pedir algo.
—No, así está bien. Gracias—. Me da un beso en la frente y se sienta a mis pies.
— ¿Cómo dormiste linda? ¿Nerviosa?
—Bien y, la verdad si tengo un poco de nervios, lo normal supongo. ¿Y los demás?
—Mis hermanos están terminando unas cosas, encontraron a Kozlov por fin y ya lo otro te lo imaginarás.
— ¿No fuiste con ellos? — Bebo un poco del jugo que hay mientras lo miro.
—No, preferí quedarme contigo antes de que te vayas a casa de mamá.
—Oh, vale—, admito que hay... hay ciertas acciones por parte de los hermanos que hacen que cada vez les tome más... no sé, no sé cómo describir toda esta descabellada situación.
Empecemos por admitir que ya casi no piensas en huir de aquí.
—Voy al baño, no demoro—, me levanto de la cama cuando caigo en cuenta de que estoy toda despeinada y debo parecer un zombi ya que no pude dormir demasiado anoche.
Entro, me miro al espejo y efectivamente mi cabello parece un nido de pájaros. Me hago una trenza sencilla, lavo mi cara y cepillo mis dientes.
—Vamos Antonella, tu puedes, no serás la primera mujer en el mundo que se case—, murmuro mirándome nuevamente en el espejo después de haber hecho mis necesidades.
Salgo del baño y me encuentro a Alexander sosteniendo una pequeña cajita con un listón rojo.
—Es un pequeño obsequio—, me acerco y lo veo abrir la cajita; adentro hay un hermoso collar—, date la vuelta—. Obedezco y lentamente me pone este.
—Es hermoso, gracias—, me giro nuevamente.
—Es un collar de oro blanco con diamantes. Me gustó el pequeño dije de corazón que tiene, cuando lo vi supe que tú tenías que ser quien lo luciera.
¡Diablos! Eso debe costar más de lo que ganábamos de sueldo.
Nos quedamos unos segundos más así; mirándonos. Y, dicha acción no resulta incómoda. Al contrario, entre más segundos pasan empiezo a sentir un tipo de calor, sumándole a eso que mi corazón empieza a ir un poco más rápido de que costumbre.
Me acerco lo más que puedo, levantando mi cabeza para detallarlo mejor. Un pequeño escalofrío me recorre cuando las yemas de sus dedos tocan suavemente mi mejilla.
—Eres jodidamente hermosa Antonella, no tienes idea de cuanto lo eres—, susurra y como si no tuviera control de mi cuerpo; me inclino lo más que puedo y lo atraigo hacia mí, fundiéndonos en un ardiente beso.
El beso no para. Alexander pone sus manos en mi cintura y esa simple acción logra que sienta muchas cosas.
Sin saber mucho lo que quiero en estos momentos, lo guio suavemente a la cama. Cuando sus piernas chocan con esta caemos allí.
—Linda...
—Cállate y bésame de nuevo—, lo corto y me acomodo de forma que yo quedo más cómoda.
—Tenemos que esperar...— vuelve y habla, esta vez me percato de que tiene la respiración bastante acelerada.
Un pequeño jadeo se escapa de mis labios cuando siento su erección.
—Mierda, me estas volviendo loco Antonella Rossi—, sus manos empiezan a recorrer mis pechos lentamente, tomando confianza.
¿Desde cuando tienes tanta iniciativa? ¡No lo sé pero me fascina eso!
— ¿Te vuelvo loco? — Susurro contra sus labios, me desvío; repartiendo pequeños besos por su cuello. Es como si una fuerza extraña haya tomado control sobre mí.
No, ¿A quién engaño? Simplemente nunca he tenido sexo, tengo curiosidad y si estos hombres están dispuestos a darme eso creo que si lo aceptaré.
Se sienta, aun así quedo yo arriba.
—Esta mierda debería suceder con todos presentes la primera vez—, musita—. Pero un par de besos no le hacen daño a nadie—, sonrío cuando concluye y mientras damos inicio a otro beso empieza a tocar mi cuerpo con algo de desespero.
—Dios, juro que nunca me había sentido así—, confieso cuando nos quedamos sin aire.
— ¿Me dejarías tocarte aquí, Antonella? — Maldigo cuando siento sus dedos presionar un poco allí.
—Solo hazlo—, Alexander no necesita que les diga nada más. Hace a un lado mi ropa interior y sus dedos empiezan a acariciarme de una manera que me vuelve loca.
Gimo cuando toca suavemente algo en especial, miro a Alexander y este sonríe levemente.
—Antonella llegue un poco temprano, lo sé, pero...
Me separo de golpe cuando la voz de Aliona se hace presente en la habitación.
— ¡Mamá! ¡Toca la puerta!
Me acomodo de nuevo, organizando algunos mechones de mí cabello que se habían salido.
—Aliona, hola—, carraspeo levantándome de la cama—. Am... ¿Cómo estás?
Ella parpadea unos segundos.
—Bien, bien—, responde—. Te venía a decir que llegue un poco más temprano porque Irina esta como loca, ya sabes, por la boda.
—Oh si, por supuesto. Dame unos minutos y estaré lista—, voy al baño casi que corriendo, huyendo de esa vergonzosa situación.
—No te adelantes a la luna de miel, jovencito—, logro oír como Aliona le dice a su hijo.
Nota de autora:
¡Buenas buenas!
¿Como estan gente bonita? Espero que muy bien.
No me convence del todo la escena, sin embargo espero que les haya gustado el cap de hoy.
Y por cierto, tarde, pero, ¡Feliz navidad!
Picos en la axila.
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Conjuro de obsesión
Romance¿Cómo podríamos describir la vida de Antonella Rossi? Bueno, créeme que la palabra "fácil" no cabe allí. Antonella ha tenido que soportar maltratos psicológicos por parte de su familia. Toda la vida de Antonella da un giro drástico cuando a su vid...