Epílogo 🥀

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Antonella

Si hace 5 o 4 años atrás me hubieran dicho que en un futuro seria esposa de 6 mafiosos, probablemente me les hubiera reído en la cara, soltando alguno de mis comentarios un poco peculiares.

Si me hubieran dicho también que sería parte de aquella mafia tampoco lo hubiera creído. Pero ahora es lo más real; estoy casada con las personas que quiero pasar el resto de mis días.

Tengo unos maravillosos hijos de 4 años actualmente.

Estamos en la maldita cima.

Todo ha valido la pena. Absolutamente todo. Ellos me aman al igual que yo. Tenemos a nuestra hermosa familia.

-Mami, mami-, Leonid entra caminando, buscándome.

- ¿Si, cielo? - Lo cargo y lo siento encima de mi tocador. Ya que se me es difícil agacharme.

-Mira lo que te hice-, me tiende una hoja con un dibujito.

-Es hermosa mi vida-, le doy un beso en la frente a lo que mi hijo se ríe.

- ¿Si te gusta?

-Claro que me gusta. Hasta Bimba sale en el dibujo-. Asiente frenéticamente.

Damien entra a los pocos segundos.

- ¿Cómo se supone que subiste allí arriba, jovencito? - Leonid se ríe mientras se esconde, usándome como escudo-. Ya todos están allí abajo-. Avisa y toma a nuestro hijo en brazos.

-Estupendo, ya estoy lista-, me empino para darle un corto beso en los labios.

- ¿Cuántas veces te tenemos que decir que no hagas esfuerzos? - Comenta el mayor de mis esposos cuando salimos de la habitación.

-No estoy paralitica o algo por el estilo-, me encojo de hombros. Damien solo gruñe en desaprobación.

- ¡Mami, mami! - Alina corre, escondiéndose detrás de mí una vez estoy abajo. Está jugando con su hermana; Ania.

-Niñas, cuidado con mamá, no la vayan a hacer caer-, interviene Alexander a lo que las pequeñas asienten.

-Todo está muy hermoso-, comento cuando nos reunimos todos; Irina, Artyom, Aliona, Viktor, Vitaly, Laika, Akira, mis hijos y mis esposos.

- ¡Pero papá Noel aún no ha llegado! - Farfulla Ania, cruzándose de brazos.

-Papá Noel llegara a media noche corazón. Todavía es 24 de diciembre, tenemos que esperar hasta el 25-, le explica Nikolai.

- ¿Por qué no vamos poniendo la mesa? Así el tiempo pasa más rápido-, propongo la verdad es que muero de hambre.

-Apoyo eso-, me sigue Laika.

Los trillizos juegan en el jardín mientras todos nosotros preparamos la cena. Una vez estamos sentados comiendo las risas no faltan.

- ¡Quiero mas postre! - Pide Alina.

-Ya has comido mucho-, le digo pero mira a sus padres, poniendo esos ojos de cachorro regañado-, por fiss.

-Es navidad-, dice Damien-. Un postre de más no le hará daño-, revoloteo mis ojos.

Definitivamente esas niñas son su debilidad total.

- ¿Saben que le pedí a papá Noel? - Habla Alina mientras se mete una cucharada de helado a la boca.

-Si, como 15 regalos-, contesta su abuela.

- ¿Cómo sabes?

-Soy una ayudante de papá Noel.

-Ohhh-, dicen todos emocionados.

-Pero no solo pedí eso.

- ¿No? - Pregunta Viktor.

- ¡No! - Niega con su cabeza-. Le pedí que mi hermanita nazca rápido.

-Para eso no falta mucho-, le recuerdo.

-Ya sé, pero quiero que nazca para que pasemos esta navidad juntos todos.

Me rio ante sus ocurrencias. Seguimos charle y charle todos. Hasta que Laika y Akira piden nuestra atención.

-Bueno, como ya todos saben, Akira y yo tenemos fecha para nuestra boda-, todos prestamos atención atentamente-. Pero... queremos comentarles una cosita más-, mira algo nerviosa a su prometida.

-Me están poniendo nervioso-, admite Alexander.

-Lo que Laika y yo queremos decirles es que después de intentarlo muchísimas veces... ¡tendremos un bebé!

- ¡Oh por Dios, felicidades! - Soy la primera en levantarme y rodear la mesa para darles un abrazo, seguido de mí todos los presentes lo hacen-. ¿Cuándo se enteraron?

-No hace mucho, bonita.

-Me alegro muchísimo por ustedes dos-, admite Damien.

- ¡Ay! - Me encorvo cuando siento un fuerte dolor.

- ¿Estas bien, querida?

- ¡Maldición, no! - Contracciones mucho más fuertes que cualquier otra toman control sobre mí.

-Te hiciste pis, mami-, comenta Leonid.

-A-Aun falta-, el más asustado parece ser Alexander.

- ¿¡Que esperan!? ¡Llamen a la doctora! - Ordena Aliona y sus hijos obedecen inmediatamente.

-Duele demasiado.

-Llevare a los niños arriba para que terminen de envolver los regalos que les hicieron- comenta una de nuestras empleadas.

-Respira, vamos, tú puedes-. Con ayuda de Irina y Aliona vamos hasta donde teníamos planeado que sería el parto. No hoy, claro.

Entre todos decidimos que el nacimiento de Athena seria en casa.

La doctora no tarda demasiado en llegar. Después de unos cuantos chequeos y algunas cosas más me dice que ya es hora, que Athena está impaciente por salir ya.

Todos mis esposos se ubican en la habitación. Están pálidos. Irina me acompaña también.

- ¿Estas lista, Antonella? - Pregunta la doctora.

-No.

-Bien. A la cuenta de tres quiero que pujes, ¿Entendido? - Asiento como puedo, Akim sostiene mi mano fuertemente mientras me susurra palabras que en estos momentos me valen un pepinillo.

- ¡Por Jesucristo! - Grito del dolor cuando pujo como me indica la doctora.

Respiro profundamente pero esta acción es casi imposible.

- ¡Carajo, yo no vuelvo a parir un niño en mi vida!

- ¡Vamos, ya estoy viendo su cabeza!

- ¿En qué momento permití que metieran su aparto reproductor en mí? ¡Ustedes deberían estar pariendo! - Estoy sudando a no dar más.

Siento que en cualquier momento me voy a morir.

-Vamos, uno más y ya está señorita Kiselev.

Tomo aire y después de una visita a san pedro, en la habitación se oye el llanto de Athena.

Eso y que también se oye el tremendo golpe que se da Alexander contra el piso cuando se desmaya.

La doctora me muestra al bebé. Es como todos mis hijos; hermosa. Respiro pesadamente, todo esto es agotador.

Sonriendo observo a la nueva integrante de la familia. Una pequeña rubia. Su llanto cesa cuando me la ponen en el pecho.

Después de todo, el deseo de mi otra hija si se cumplió.

FIN.

Nota de la autora:

¡Buenas buenas!

¿Como estan? Espero que muy bien.

Yo estoy demasiado emocionada, no solo por haber terminado CDO, si no por la pequeñita sorpresa que les tengo...

Sigan bajando. Besos.

Conjuro de obsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora