Te volveré a encontrar

Tu recuerdo

No sabía en qué momento se había desmayado por el dolor en el interrogatorio.

Siempre lo mismo, ¿dónde estaba su grupo? ¿Quiénes lo formaban? ¿Cuál era la identidad del guardián? ¿Quién era woman Steel?

Lena tras su silencio volvía a su celda con más heridas que antes, inconsciente.

Al despertar bruscamente como siempre, alterada, una vez más recordó su voz, cantando le aquella canción, susurrando aquel quédate. Aquel que se repetía en su cabeza como una tortura, ojalá se hubiese quedado, vivía muriendo por aquel último beso que no disfrutó.

-¿Lena?

A Lena le costaba respirar, le dolía todo el cuerpo, esta vez habían sido más duros que nunca, suponía que también influía que habían reducido las raciones de comida. Veía borroso. Sentía como se desvanecia por instantes.

-¡Lena! - Sonaba tan lejana esa voz

- Tranquila Nia, estoy bien - jamás le había costado pronunciar tanto una frase. Le dolía hasta el hablar.

- Ha llegado alguien nuevo, la tortura esta siendo brutal... - Detectó cómo se sorbía la nariz.

Lena intentaba concentrarse en su respiración. En aislar el dolor. Un grito desgarrador inundó todos sus sentidos. Mareandola, ese tono de voz... ¿porque lo había sentido como si fuese su propio grito?

Lena tosió con dolor, le costaba respirar.

- Nia, creo que esta va ha ser mi última noche aquí... - Dijo con un hilo de voz, apretando su mano con sangre por la tos.

- Vendrán a por nosotras, no vas a morir - Lena no sabía si Nia estaba tratando de autoconvencerse o trataba de consolar a Lena. Quien vio cómo Nia asomaba su mano, Lena con todo el dolor del mundo sintiendo como cada gesto le dolia hasta el alma, le agarró la mano.

- Tú saldras - Sentía como le dolía cada vez más el hablar, su vista se tornaba borrosa - Yo, es otra historia, no les ha dado ninguna información, y he dedicado mi vida a intentar destruir a Lex. - Divagaba ya... Nia no contestó, la escuchaba lagrimear.

A Lena le daba tanta pena toda esa situación. Sabía que estaba mintiendo cuando decía que Nia no sufriría, que alguien la salvaria, eso era tan probable como que ella viviese hasta ver un nuevo amanecer.

Odiaba lo que estaban haciendo con todos los alienigenas, y con sus defensores. Lex se habia trastornado, quería una tierra vacía de alienigenas. Su locura había llegado a tal punto de reunir un ejército, imponiendo una ley marcial dirigida por él. Habia doblegado a todos los gobiernos, quien no le temia le admiraba.

Su reinado del terror parecia no tener fin.

Parecia que a veces estaban cerca de derrotarlo, pero nunca llegaban hasta él.

Sus pensamientos fueron interrumpidos de nuevo por los gritos, y el seguido gemido de Nia.

- Le van a matar - A Lena le acongojaba saber que seguramente Nia sería la siguiente. - ¿Lena? - Lena intentó contestar, pero no podia casi - No me dejes sola, por favor.

Esa frase le evocó el rostro de Kara, su voz suplicandole que se quedara. Aquel último, "quedate". Eso fue lo último que le dijo Kara, y cada letra de esas siete letras sonaban a "Te amo"

- Una vez... me pidió... la última vez... que le vi... me dijo... que me quedara... ojala... me hubiese quedado.- Sentia como le costaba mantener los ojos abiertos. - Me pidió... con ojos llorosos... que me quedase... y me fui... yo... yo... le supliqué... que volviese... nunca volvió.

- Aguanta por favor - Suplicaba Nia.

Cada vez escuchaba todo más lejano, cada vez que intentaba hablar, la voz no le salía, los dolores se convertian en un eco lejano, sentia su cuerpo ajeno.

Ya no escuchaba nada, un ruido vacio, abria los ojos a duras penas, veia tan borroso.

Algo la impulsó a sonreír, vio esos ojos, los que tanto añoraba, por lo que luchaba cada día, tanto tenía presente a Kara que hasta en el último instante de su vida era ella lo ultimo que queria ver, y su deseo era tan fuerte que su voluntad le regalo ese último regalo, sus ojos, su cara, intentó alcanzar su rostro, pero no podia mover sus extremidades.

- Kara - Fue lo último que dijo antes de cerrar los ojos.