Amarte de Nuevo (Saga Destino #1)

Capítulo 20🌻

Al llegar la comida, pasamos a su comedor, al no ver puertas se nos hace fácil trasladarnos de un lugar al otro teniendo las manos ocupadas, y pues porque la mesa está a unos pasos del salón, literalmente, aparte de este pequeña mesa y sillas, se encuentra otra afuera donde se encuentra la piscina para reunirse y pasarla bien,está justo al lado de las escaleras.

Ambos dejamos las bolsas de comida en la mesa, comenzando yo a sacar las bandejas mientras Bruno busca unos platos y cubiertos, que sinceramente dudo mucho que use, osea..... !Vamos! Es cómoda chatarra, trae palillos chinos una bandeja que soporta el peso de los rollitos, para nada necesito un plato y cubiertos. Pero obvio tampoco se lo voy a decir me da un poco de pena por él se nota que se está esmerando para que todo esté bien entre nosotros.

Al llegar coloca los platos sobre la mesa suavemente, esperando que coloque los rollos en ellos pero siendo sincera no pude aguantar la risa que salió de mi al ver todo lo que busco; platos, cubiertos, cuchillos, servilletas por montón, las copas donde estábamos tomando el vino, incluso los cositos esos, ¿como es que se llaman?, Lo que le colocan a las ollas por debajo para que no quemen el mesón y eso, Es un Exagerado de primera y se que con mi risa me he delatado por qué me mira cruzado de brazos y haciendose el serio pero se que no está molesto para nada.

-No crees que es como mucho - Decido ser sincera, señalando todo lo que a puesto en la mesa - digo no, vamos a comer sushi nada más, en tu casa no en un restaurant súper elegante y así - hago mi cabello un moño mal hecho.

-Como arruinar un momento romántico Señorita Evangeline - Dice irónico.

-Vaya señor Sokolov, no sabía que esto -Señalo el espacio que nos rodea - era un momento romántico, mis disculpa señor -Hago un reverencia graciosa, que lo hace sonreír.

-Tonta -deshace mi moño mal hecho- venga a comer, Doña arruina momentos -me hago la ofendida, y riendo me siento en la silla que está junto a él.

No creo que nada de esto sea romántico, digo no me malentiendan si no que luego de el pequeño momento que tuvimos en su salón... (Que eso sí era un momento romántico). Nos sentamos en las sillas uno al frente del otro con las bandejas en el medio y comenzamos a tomar unos cuantos rollos y colocarlos en los platos, no lo haré recoger todo de nuevo, muero de hambre para tener que esperar más.

Charlamos entre risas, anécdotas y recordando viejos tiempos hasta de cuando nos conocimos.

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Al terminar de comer levantamos todo de la mesa, y lo llevamos al fregador.

—Dejalo, ya lo limpiará la chica de servicio mañana — lo miro incrédula, no es que sea mocha o algo.

—No te preocupes, puedo hacerlo yo —Le miro de reojo. — Venga, ayúdame yo los lavo y tú los secas —le tiro un trapo que no lo ve venir y pega en su cara, por lo que río divertida.

—Venga, que sea rápido no quiero que mis dedos se arruguen como pasas — enarco una ceja, sin decir nada comienzo mi tarea.

Comienzo a lavar cada uno de los platos, y miro a Bruno secarlos con un extremó cuidado y concentración que me saca una sonrisa, se nota que nunca lo ha hecho por si mismo, tomándolo desprevenido le tiró un poco de agua mojando su camisa....... Grave error, está comienza a pegarse a su torso dejando ver su pecho y abdomen muy marcado, trato de no mirarlo mucho pero creo que fracaso en el intento ya que parece notarlo y sus labios se curvan en una suave sonrisa que desaparece de inmediato.

Toma un poco de agua también en sus manos, y ya se ha que va eso; me preparo para huir, pero creo que lo pensé tarde cuando ya tenía el agua sobre mi cara, escucho su risa profundidad y eso hace que los vellos de mis brazos se ericen totalmente. Sin pensarlo mucho comienzo una guerra dónde ambos terminamos empapados de agua completamente, nuestras ropas se pegan a nuestros cuerpos.

—Bonitas tetas — me señala con su dedo el área de mis pechos, y sin evitarlo me sonrojo con intensidad.

— Oye —Golpeo su mano — un caballero no le dice eso a una dama ¿sabes?. — lo cuestionó.

— Y.... Quien te dijo a ti que yo soy un caballero — susurra acercándose a mí.

Me acorrala entre el lavado y él, colocando sus manos a cada lado de mi cintura. Coloco una mano en su pecho cuando veo que intenta acercarse más.

—Que haces — Río nerviosa — alejate Bruno si no quieres quedarte sin hijos —me mira sorprendido pero aún así no se aleja, todo lo contrario se coloca más cerca de mi.

Mi brazo que anteriormente estaba estirado ahora solo quedo flexionado a unos centímetros de mí y con mi mano aún puesta en su pecho.

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No diré nada solo que uff 🔥🔥, este hombre le tiene unas ganas a Eva que bueno pues no pierde el tiempo

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