Capítulo 1

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Capítulo 1
El hijo pródigo.

Sus piernas estaban agotadas, no podía ni siquiera levantarse del suelo, sus pies estaban hinchados de tanto bailar, sus brazos ya no podían recargarse adecuadamente. Su mente divagaba, juraba que estaba a nada de desmayarse, el agotamiento físico lo estaba golpeando.

Aquellas brillantes luces del estudio estaban quemando su piel, solo quería agua, quería dormir, no, necesitaba dormir, eso necesitaba, había estado ensayando por días sin descanso, era evidente que su cuerpo le reclamaría por ser tan descuidado. Sin embargo el no era descuidado, no lo era, si no Enji Todoroki.

Todo empezó cuando Enji Todoroki y Rei se conocieron. Ella era una hermosa bailarina de ballet, el un aprendiz de director, visitando el teatro para tomar las medidas de las bailarinas y empezar a confeccionar los vestuarios. Su madre había fundado aquella compañía de textiles antes de que él naciera, ahora tenían una nueva sección de costura, debían empezar con proyectos grandes para hacerse conocer en el mundo del espectáculo.

Fue amor a primera vista, o eso parecía de parte de él joven de 25 años. No pasó demasiado antes de que iniciarán una relación y se casaran. Lo malo de las relaciones apresuradas es que no terminas de conocer a tu pareja. Y como resultado de eso era que Rei no era feliz, no con la enferma obsesión de su marido de hacer exitosos a sus hijos.

Primero fue Touya, un intento de gimnasta que al lesionarse la rodilla no pudo competir nunca de nuevo, solo tenía 7 años. Fuyumi, la única hija, ella estaba destinada a ser bailarina pero su complexión y la presión constante no le permitió seguir, Natsuo era demasiado pequeño todavía, así que el no estaba incluido en la lista. Enji creía que todo estaba perdido, pero entonces nació Shoto, que a los 3 años vio con adoración las zapatillas de su madre.

Esa era la señal que empezaría todo. Mientras sus hermanos estudiaban y jugaban, Shoto entrenaba, era un niño al iniciar así que aparte de la exigencia de su padre no había nada anormal para el. Pero pronto los golpes llegaron cada que se equivocaba, cada que daba mal un giro, cada que su aterrizaje no era el ideal, el niño había empezado a temerle a su padre.

Todo cambió el día que sucedió el incendio, ese donde Rei murió, aquel que ella inició. Había dejado la estufa encendida, esperando que la habitación se llenará de gas. Encerró al menor de sus hijos con ella para que el fuego los consumiera a ambos en la cocina de la casa, quería que Shoto se fuese con ella, sin embargo Fuyumi se dio cuenta y logro rescatar a su hermanito de 5 años. Touya también ayudó a rescatarlo, era el más grande de todos y por consecuencia el más fuerte. No podía permitir que algo le pasara a Shoto, no en su guardia.

Cuando el líder de la familia Todoroki llegó a casa su esposa ya estaba muerta y su hijo menor tenía quemaduras de tercer grado en su ojo derecho. Fuyumi por un momento pensó que la muerte de su madre haría que su padre dejase de ser tan malo con el menor de sus hermanos, que se ablandará. Vaya equivocación. Shoto era el único recuerdo viviente de Reí, y Enji no estaba dispuesto a dejarlo descansar, al contrario, la exigencia creció más y más cada día, sin que su hija pudiese hacer nada para evitar el destino que su hermano llevaba en la sangre.

Los años pasaron, el bicolor era el mejor en su clase, eficiente, elegante, delicado, todo lo que se podía esperar de él hijo de Rei Todoroki. Y por más que disfrutase y amase bailar le dolía, enserio le dolía. Le dolía quedarse hasta tarde ensayando, le dolía no tener amigos, aunque si era realista nadie en esa academia tenía amigos, todo era una constante competencia de poder, donde el más débil moría en la agonía de saber que no debutó como bailarín. Todos peleaban por un solo como si su vida dependiera de ello. Aunque Shoto no se esforzaba, el solo bailaba hasta que las piernas le temblaran para lograr la tan anhelada perfección que su padre le exigía.

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