-Podríamos fingir que estamos juntos-Dijo el más alto con una sonrisa.
-Eso es estúpido.
-No, no lo es, fingiremos un épico romance, lleno clichés, como en los mangas, entonces nos dejaran en paz ¿trato?
-Trato.
Historia chicoxchico, si no disfruta...
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Ir a citas, algo que las parejas hacen, o simplemente a las que se va cuando te sientes menos solo y miserable y te dan ganas de conocer gente. O tienes mas de 30 años y no quieres que te vean como un solterón amargado. La idea es. Las personas van a citas. No todas salen bien, no todas son un fiasco. Y ya que Shoto tenia un novio falso y una reputación que mantener debía ir a una cita con Sero. Aunque realmente solo quería acostarse y ver películas en pijama en su noche de sábado después de un arduo entrenamiento.
Pero así era la vida. Bakugo dijo que Sero era un idiota si no lo había llevado a una primera cita antes de iniciar su relación, dijo que era un inútil y algunas cosas más, y pues, se supone que debía defender a su novio, así que dijo que no era cierto. Que Sero lo había invitado a una cita ese mismo sábado.
Cabe aclarar que Sero llevó bastante bien la situación una vez que Katsuki lo mencionó. Y lo único que se le ocurrió responder cuando el preguntó a dónde irían fue. Teatro.
Shoto adoraba ir al teatro, pero estaba cansado de ellos por ahora. La academia presentaría el cascanueces en diciembre y debían ensayar. El sería el cascanueces cosa que a muchos molesto, demasiados de hecho. Y tenía su presentación de Romeo y Julieta una semana antes de la obra navideña.
A parte de que debías ir elegante a los teatros. Sero detestaba usar trajes. Shoto había dejado sus trajes formales en casa. Y bueno, el traje que Midoriya le regalo no era de demasiada ayuda ya que se usaba con un corsé, ese se lo había dado Katsuki.
Al final, después de unas cuantas amenazas al joven Hanta y varios intentos de Izuku por enseñarle a usar el corsé, decidieron ir.
Shoto estaría cansado ese día, pero bueno, ir a ver una obra jamás era aburrido. Menos cuando era su obra favorita. Giselle. Una historia de romance trágico. Que perfecto.
Alistarse era un fastidio. No quería verse muy femenino, pero no iría con cualquier cosa. Era el teatro, debía relucir. Y no se hizo esas perforaciones en las orejas por nada cuando fue a Nueva York. Arreglarse el pelo no estaba en sus planes. Era muy sensible y no quería terminar arruinado todo.
Aunque al final tenía dos días para pensarlo. Y sería mejor que lo pensara en otro momento y no en su clase de matemáticas. Pero para ser justos, la clase era demasiado aburrida y ya había visto eso el año anterior.
Sin darse cuenta empezó a dibujar cosas en su cuaderno, no tenían sentido y eran más que nada garabatos en sus apuntes, cosa que lamentará luego, pero era mejor que nada.
Mientras tanto en otro lugar Sero intentaba concentrarse en su práctica, afilado sus cuchillos una y otra vez, con Bakugo a lado viéndolo raro.
