Cliché

Extra

Todo se fue al carajo, pero al menos estamos juntos.

Cuando tienes casi un año de relación con alguien eres feliz. Sabes que superaste todos los obstáculos, que pueden con lo que hay y con lo que vendrá, que funciona, que se aman, que no pueden vivir sin el otro y se sienten tan enamorados como el primer día. Al menos así era para Shoto.

Hubo muchas peleas, más de la que le gustaría admitir, pero lo resolvieron juntos. La mayoría eran por estupidez así que se disculpaban y comían después. O bailaban. O veían películas con Robert Downey junior por enésima vez, por que Sero lo amaba.

Ellos era felices, en su maravilloso 2019, donde todo parecía ir de maravilla, estaban en diciembre ya y eran felices. Por que celebrarian su segunda navidad juntos, y cumplirían su primer aniversario de novios. Un año que sin dudas lo cambió todo.

Por qué Natsuo, su hermano mayor, se caso ese año.

Es imposible el negar lo sorprendente que fue saber eso. Pará todos, inclusive para Sero, que no tenía mucho que ver en el asunto.

¿Como pasó? ¿Natsuo había tenido una novia secreta todo este tiempo? ¿Se los había ocultado? ¿Porque?

Había respuestas a todas esas preguntas. Quizá no las mejores o las más lógicas, pero las había.
Y aunque fuese difícil procesarlo al principio, te acostumbrabas una vez que habías oido la historia un par de veces.

Todo paso cuando Natsuo se mudo a Marsella, ya que se había graduado y debía hacer su internado. Marsella era un lugar hermoso según lo que él albino decía, un lugar tranquilo y cómodo. Y ahí conoció a una joven francesa, bonita y amable, agradable y dulce.

Ella tenía una familia cariñosa y atenta. No pudo evitar enamorarse a penas la conoció. Y sabía que esa historia ya existía en su familia, el casarse muy rápido, el casarse por impulso, eso quizá estaba en la sangre de todos los hijos Todoroki, el enamorarse tan rápido como las estaciones pasaban. Y sin dudarlo ese otoño se casaron.

Una boda sencilla, que tanto la familia Todoroki como la familia Phillips pagó.

Natsuo Todoroki y Mary Phillips se casaron una tarde soleada, con sonrisas llenando sus rostros y lágrimas inundando sus ojos. Parecían felices. Eran felices, por que estaban juntos.

Quizá las almas gemelas no existían, era un término demasiado ambiguo, demasiado simple, demasiado fantasioso. Y si, tal vez sólo era un invento para no sentirse tan sólo en las noches frías. Pero ellos parecían un argumento muy convincente a favor de esa idea. Ellos sólo tuvieron que verse unos segundos y hablar unos minutos para saber que su destino era estar juntos.

Shoto era feliz por eso. Por qué su hermano era feliz, por qué su cuñada era amable. Todo iba bien para ellos y eso era genial. Natsuo jamás fue el más sobresaliente de todos, quizá no estaba siempre, quizá no había sufrido directamente todo lo que sus hermanos vivieron, pero los apoyo, en cada paso del camino y el más que nada merecía tener una vida feliz.

Mientras tanto el y Hanta seguían la rutina, felices, calmados, emocionados. Por qué el enamoramiento no había bajado. Por qué no importaba, su amor parecía sentirse igual.

Hanta seguía igual de perdido por su maravilloso novio que hace un año. E inclusive volvería a hacer todo de nuevo, las lágrimas, las risas, los bailes, los celos, la aventura. Todo, todo con Shoto.