-Podríamos fingir que estamos juntos-Dijo el más alto con una sonrisa.
-Eso es estúpido.
-No, no lo es, fingiremos un épico romance, lleno clichés, como en los mangas, entonces nos dejaran en paz ¿trato?
-Trato.
Historia chicoxchico, si no disfruta...
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Shoto había cometido varias equivocaciones ese día. Primero que nada le grito a Touya cuando intentaba ser amable, luego se le callo uno de sus trofeos encima de la cabeza mientras intentaba ordenar, no se abrocho bien los zapatos antes de salir, causando que se callera bajando las escaleras y se porto grosero con un chico que a penas conocía.
¡Oh claro! Invito a ese mismo chico a dormir a su casa, ese chico que le dijo príncipe en forma de burla y ese chico que lo miraba como si fuese inferior.
También le había prestado su ropa y lo había dejado entrar a su habitación. Y ahora estaban ahí, los dos solos. Porque su hermano y sus mejores amigos fueron a comprar la cena.
¿A caso era idiota? ¿Se le había metido agua al cerebro? Si que era un maldito idiota, no, no un idiota, era un reverendo estúpido.
—Así que... —Lo que menos quería era conversar, pero ya se había portado descortés, podía superarlo. —Lo siento, por ser grosero antes principito.
Y de nuevo ese apodo. Pero esta vez sonó diferente, como cuando su hermana mayor le decía de niño 'flamitas', quizá no era tan malo, quizá no era un idiota. Quizá sólo estaba muy nervioso y por eso le grito, quizá sólo no quería que un chiquillo le pisara el orgullo.
Ambos estaban acostados en la cama mirando al techo, así que se puso de lado para verlo, sus facciones no eran finas, pero tenía un lindo perfil, y sus ojos eran algo más grandes que el promedio, su piel estaba un poquito tostada y podía notar como tenía varios lunares en el cuello y hombros, su ropa le quedaba algo pequeña ahora que se daba cuenta, juraba que si se estiraba un poco se le vería el abdomen, a parte de que sus pantalones le quedaban más arriba de donde deberían.
—Estas perdonado, plebeyo.
Dijo con un ligero tono de burla que los hizo reír a ambos. Ahora el mayor fue el que se volteo, para verlo a la cara. Tenía una gran sonrisa, de esas que hacen que se te cierren los ojos cuando sonríes, 'que adorable', pensó. No se veía como un mal tipo.
—Tu habitación está muy desordenada ¿te ayudo ?
Pregunto bajo, como si hubiese mas personas en la habitación y no quisiera interrumpir su paz. Como si Bakugo e Izuku siguieran ahí y estuvieran dormidos, así se sentía.
—Me acabo de mudar aquí, hace literalmente 12 horas, así que tengo derecho a que sea un desastre.
El pelinegro se levantó de golpe, quedando sentado en la cama, viéndolo con incredulidad. Si repasaba sus palabras en su cabeza si se oía algo imposible. A parte de que había desempacado casi todo en la tarde, solo parecía ser un chico perezoso con la limpieza, que detestaba ordenar su alcoba.