Capítulo 1O

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Capítulo 10
Insistencia.

Sero y Shoto tenían siendo novios tan solo 3 días

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Sero y Shoto tenían siendo novios tan solo 3 días. Después de lo que sucedió el domingo en la cocina no tocaron el tema de los apodos y Todoroki sólo se dedico a decirle por su nombre, a veces con un apodo cariñoso a pesar de que no eran lo suyo. Por que el jamás había crecido de una manera demasiado cariñosa como para el ser atento y cariñoso con las personas.

No que tuviera nada de malo. Es solo que no era lo suyo, no estaba cómodo teniendo tanto contacto con las personas inclusive si era su familia quien le daba esa clase de afecto.

Pero sin duda había aprendido cosas en su corta travesía del amor.

Shoto había aprendido cosas importantes durante esos tres días:

1. Sero hacía los mejores Bentos de todo el universo.

Hacia figuras con el arroz y empacaba algunos postres. Que el menor no quería comer por que salían de su dieta y eso lo hacía sentir mal. Pero valía la pena. Eran deliciosos, en especial esa cosa llamada buñuelo, no sabía dónde había estado en sus 17 años de vida ese magnífico manjar. Le gustaba, la verdad le gustaba, podría acostumbrarse rápido a eso. Era casi tan bueno como cuando Fuyumi le hacía panqueques de sol para su cumpleaños desde que tenía siete años.

Recordar esos días lo ponía demasiado nostálgico. Entonces poder comer postres de nuevo se sentía bien, como tener esos días felices de nuevo por un par de minutos. Por que a pesar de que detestaba como se veía su cuerpo cuando comía normalmente tenía una debelildad por los dulces.

2. Shoto se ponía nervioso en lugares concurridos.

Hanta por su parte había preparado con gusto esos tres bentos, esperando que en la tarde el heterocromático fuese a la universidad a recogerlo y decirle que cocinaba delicioso con esa cara sería de pocos amigos. Pero también noto que se sentía cohibido rodeado de tanta gente, más grande, más excéntrica, más risueña.

Podía ver como sus hombros caían y sus ojos vagaban para no cruzar mirada con ninguna persona. Por que eso le causaba ansiedad al grado de que jugaba con los pequeños pellejos que se formaban en sus dedos de tanto rascar y eso hacía que a veces tuviera heridas notables de color rojo o violeta.

Lo había notado desde la fiesta. Cuando el chico alto intentó coquetear con el, Shoto escondió sus manos en las mangas de su suéter, bajo los hombros, desvío la mirada; pero aún así se mantenía lo más serio posible.

Hoy era miércoles. A Hanta le tocaba ir a recoger a Shoto a las 7 por que tenía ensayos para su recital. El se moría por ir a verlo ensayar. Sabía cuánto se esforzaba, podía notarlo y quería verlo bailar tanto como fuese posible. Estaba maravillado así que no podía evitar emocionarse como niño pequeño por la idea de verlo en su elemento.

Regresó a su casa. Se sentó en el sillón. Se acostó, prendió la televisión y se movió para estar más cómodo. A penas eran las cuatro y para el parecía una eternidad, faltaba demasiado para ir a recoger a su lindo novio falso.

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