-Podríamos fingir que estamos juntos-Dijo el más alto con una sonrisa.
-Eso es estúpido.
-No, no lo es, fingiremos un épico romance, lleno clichés, como en los mangas, entonces nos dejaran en paz ¿trato?
-Trato.
Historia chicoxchico, si no disfruta...
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Las personas suelen evadir detalles. Grandes o pequeños, pero suelen evadirlos. Cosa que a veces lastima a los que están a su alrededor. Diciendo que es lo correcto. Que ocultar cosas evitara un dolor mas grande, tratando de engañarte para no sentirte como el malo de la historia.
Los padres de Shoto evadieron demasiados detalles en su matrimonio. No diciendo que pensaban o odiaban del otro. Por que nunca fueron sinceros, solo se usaron mutuamente para salir de la vida miserable en la que estaban. Creyendo que podían amarse. Siendo los primeros en romper el corazón de sus hijos.
Fuyumi sabía evadir temas. Como el hecho de que ahora tenía novia. Una novia que ninguno conocía. Por que ella sabía evadir detalles. Y no quería hablar de una relación reciente o pasada en la que había estado envuelta desde hace dos años. Sabían que era su compañera de piso, pero no tenían idea de que estaban juntas.
Dos largos años en los que su hermana tuvo un romance y jamás dijo nada. No se molesto en hacerlo.
O Natsuo. Que se iba a mudar de manera definitiva a Francia. Dijo que ese lugar era mágico y que no quería dejarlo. Y era una decisión que había tomado casi desde que llegó al país. Hace 4 años.
Y como olvidar a Touya, que se había envuelto sin querer con el hijo de uno de los socios de su padre. El modelo y celebridad, Hawks. Que había empezado a trabajar como actor un par de años antes. Razón por la cual el odio de Enji había aumentado.
Pero Enji no tenía razón para estar enojado. Si no se hubiera metido con dicho rubio que ahora estaba en su sala, a lado de su hijo, siendo cariñoso y atento con él.
Al parecer los Todoroki eran expertos en ocultar cosas. Como Shoto y su Trastorno de alimentación selectiva que no había ido a tratar con un nutriólogo y un psicólogo hasta hace un par de semanas.
Eso para los dos personajes externos a ese embrollo era demasiado.
Rumi Usagiyama y Sero Hanta. Dos personas que apenas, al menos el pelinegro, habían entrado a la familia.
—¡Amor!
Esa era Fuyumi. En la cocina intentando descifrar donde había dejado sus anteojos.
—¿Qué paso princesa?
—Puaj.
Ese era Touya. El amor le desagradaba. ¿Tenía a un lindo rubio sentado en su regazo? Si. Pero a la mierda la cursilería. A veces no entendía a su hermana menor. Siempre estaba con mujeres demasiado cursis para su gusto. Aunque si era consiente las novias de Fuyumi siempre eran muy altas y de aura dominante. Normalmente deportistas. Era gracioso por que Fuyumi era muy delicada, bajita, curvilínea y adorable. A parte de que era maestra de preescolar.