Capítulo 16

1.1K 144 81
                                    

Capítulo 16
Dia de muertos.

Normalmente despertaba temprano los jueves

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Normalmente despertaba temprano los jueves. No era algo nuevo. Pero el día siguiente no tenía clases, los profesores debían ir a una especie de conferencia aburrida para profesores de la que no tenía idea, no es que quisiera saber tampoco.

Pero ya que era día de descanso esperaba siquiera dormir un poquito. Un poquito más de lo normal. Lo que no fue posible por que a las 6 de la mañana la estruendosa música hizo presencia.

Su novio aún seguía en la cama con el. Abrazandolo, aunque estaba más que dormido. Se veía bonito inclusive en las mañanas, pero Hanta no debía saberlo, por que no quería que se le subiera el ego.

Se levantó de la cama, tallandose el ojo. Alcanzando alguna chamarra de su novio, disfrutando del aroma que la prenda desprendía, llendo a la cocina.

Se encontró con la señora Ximena cocinando junto con la señora Matilde. Parecían concentradas en lo suyo hasta que Shoto llegó. Recibió un abrazo y un apretón de mejillas por parte de belita, que dio algunas vueltas con el. Justo como Hanta hacia las mañanas de los domingos al hacer el desayuno.

En esa casa todo era tan cálido y agradable, tan hermoso.

—Buenos días muchacho. Anda, ve a levantar a Hanta, el desayuno ya casi está.

—¿Te gusta el café?

—Mi... Mi doctor dijo que no tomará café por ahora.

Ximena le vio confundida. Esa mujer tenía la misma expresión que Hanta cuando no entendía algo que le contaba.

—Yo... Yo estudio ballet. —Un buen comienzo ¿como decirlo sin ser brusco? —Y mi padre siempre me impulso a entrenar demasiado. —Sigue así, todo va bien. —Así que con los años me acostumbre a entrenar mucho. Pero eso me ocasionó problemas...

—La idea aquí es —¿En qué momento Hanta lo tomo de la cintura? —qué este bello principito debe subir de peso. Al menos lo suficiente para no marearse en su obra de invierno.

Ahora las dos mujeres sonreían. Dos bellos jóvenes "enamorados" era un genial escenario para iniciar la mañana.

—Amaría poder ir a verla. Tu dinos cuanto cuestan los boletos y estaremos ahí.

—Pero- ¿y si solo soy el del fondo? No tendría caso que fueran.

Al menos eso era lo que su padre decía. Si no tenías un papel principal no tenía demasiado caso si quiera presentarse. Crecer y ver como todos los demás tenían a sus padres ahí, con un ramo de flores y una sonrisa le enseñó que el no era normal. Que él era una clase de fenómeno que no merecía felicidad a menos que se la ganara. Si no se esforzaba lo suficiente para tener un papel importante entonces no merecía que su familia se molestara en asistir.

ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora