Capítulo 19

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Capítulo 19
Explosión

Estaban algo ebrios ¿y como no estarlo? Habían estado bailando y tomando casi toda la noche

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Estaban algo ebrios ¿y como no estarlo? Habían estado bailando y tomando casi toda la noche. Al menos hasta que Shoto hizo su pequeña jugada. Después solo podían estar disfrutándose, amándose aunque no lo externaran, un sentimiento mutuo que jamás sería compartido.

Ambos fueron al departamento de Sero. Intentando no comerse la boca en el auto, aunque las manos traviesas del universitario seguían viajando por el muslo del menor, tanteando la erección del bicolor sobre la tela, recibiendo gemidos entre cortados de su parte.

Llegaron entre risas y tropezones por los besos que no paraban de darse. Los labios curiosos del más alto viajando sin cesar por el blanco cuello de Shoto. Dejando algunas cuantas marcas que al día siguiente seguro desaparecerían.

Lo primero que pasó al llegar fue que Hanta acorralo a Todoroki en la pared de la entrada, aún marcándolo y reclamándolo como suyo. Y el más joven no podía dejar de jadear. Impulsándose para enredar sus piernas en la cadera de su novio. Agradecía tomar clases de ballet desde tan joven le habían enseñado a saltar alto y mantenerse firme, aunque no se lo enseñaron para ese uso en especial.

El pelinegro hizo que se movieran, cruzando por la cocina. Teniendo una sesión apasionada de besos en la encimera, mientras comenzaban a desvestirse. El tacto quemaba. Un ardor placentero y único que los hacía rogar por más cada vez. Llegando hasta el cuarto con algunas dificultades. Una vez ahí Sero recostó a Shoto sobre la cama. Admirando la vista por unos cuantos segundos.

Labios hinchados y rojos; un ligero rubor adornando sus mejillas; sus ojos brillantes y llenos de deseo, con su camisa desabotonada y el cabello alborotado. Era perfecto. Demasiado perfecto para solo existir. Y estaba ahí, en su cama, a su merced. Lo amaba.

Sonrió de lado y bajo hasta su rostro solo que esta vez no se dirigió a sus labios, como antes lo había hecho, esta vez los posó sobre la quemadura que abarcaba casi la mitad de su lado izquierdo. Sabía que Shoto odiaba esa cicatriz, conocía la historia detrás de ella y aún así no dejaba de hacerlo ver hermoso. Cada parte, cada trozo de piel en el era bello hasta morir.

Y a pesar de aquel romántico momento, el frenético deseo se apoderó de ellos una vez más. Dejándolos hundirse en un placer inconfundible mientras se desnudaban. Ambos insistiendo en su interior que para el otro solo era sexo, pero no podían evitar sentir que era más. Que estaban quemándose en el ferviente amor que guardaban. Que estaban haciendo el amor. Que no sólo eran jóvenes adultos demasiado calientes para controlarse.

En algún momento de su apasionada sesión de besos Shoto se coloco encima del mayor. Paseando su mano por su torso, delineando cada musculo con devoción. Disfrutando de la vista del chico que más quería, ahí, desnudo, para el y por el.

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