Capítulo 23

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Capítulo 23.
Rotos.

Sero Hanta no era una persona grosera o descortés, no era impulsivo, no mostraba enojado, pero esa noche lo hizo

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Sero Hanta no era una persona grosera o descortés, no era impulsivo, no mostraba enojado, pero esa noche lo hizo. Esa noche grito más de lo que lo había hecho en meses, había arruinado todo en tan sólo unos minutos. Había jodido todo en solo un par de segundos. Cegado por el dolor y la venganza. Porque aun que no quisiera admitirlo el quería hacer sentir a Shoto tan miserable como el lo hizo sentir.

Shoto se había metido en su corazón demasiado y en poco tiempo. Con sus gestos y sus palabras, sus acciones, sus expresiones. Shoto eran por mucho el chico que mejor lo había tratado.

Ellas habían acordado en un principio que harían publicaciones del otro, que harían menciones en historias de Instagram, para mantener la mentira. La primera publicación fue una foto de Shoto bailando, por que le gustaba verlo bailar, y luego un más. Shoto hizo una publicación de los panqueques de osito que hizo para el la primera mañana.

Algo que había notado del Instagram de su novio falso era que hacía publicaciones acerca de cualquier cosa que veía que le pareciera interesante o bonita. Su desayuno, sus amigos, las películas de super héroes que veía, como iba a la tienda con el. Siempre llenándolo de dulces y comida, por que le gustaba verlo sonreír al comer algo que le gustaba, cosa que casi no hacía.

Y luego no pudo evitar ver un par de aretes de regreso a su casa, quería comprarlos para Shoto y no dudo en publicarla. Ni el bicolor dudo en publicar la vez que hizo tiramisú para el. Se veía tan feliz comiendo que no puedo evitar hacerlo cada que podía para el. Ni la vez que volvieron a ver Giselle. Esta vez entendía la trama así que no era difícil.

Eran pequeños detalles, casi insignificantes detalles los que lo hacían enamorarse de él.

Su risa, como movía sus manos, sus ojos, sus labios, su manía por morder la goma de los lápices, su enamoramiento secreto con Tony Stark y Spiderman. O como es que cada que veía una película de romance rodaba los ojos cuando los personajes hacían algo obvio.

Cómo gritaba al ver Gilmore girls quejándose de qué ambas protagonistas eran tontas por repetir siempre los mismos patrones. Que la verdad el no sabía de qué hablaba ya que cada que se acostaban a verlo el se concentraba en los mimos que él menor le daba. Como acariciar su cabello o rascar debajo de su cuello, como si fuese un perrito.

Le gustaba verlo despertar, se veía tan angelical y hermoso que a veces juraba que era su imaginación. En especial la mañana después de su primera vez.

Recuerda perfectamente cómo sus largas pestañas eran diferentes. Nunca lo había notado ya que solía pintar sus pestañas de color negro. Pero esa vez podía apreciar como las pestañas de un ojo eran pelirrojas y las del otro eran albinas. Sus labios estaban rojos ya que él no había parado de morderlos la noche anterior. Su nariz estaba algo roja ya que hacía frío y tenía todo su pecho descubierto, su cabello alborotado y su ligera sonrisa al dormir.

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