Capítulo 12

1.3K 172 23
                                        

Capítulo 12
Fingir que las mariposas no existen.

Después del teatro Sero creyó que sólo regresarían a casa, probablemente irían a su departamento

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Después del teatro Sero creyó que sólo regresarían a casa, probablemente irían a su departamento. Y luego Shoto lo invitó a cenar. Cosa que no esperaba pero que hizo a su corazón revolotear. Sintiéndose emocionado por pasar más tiempo a lado del lindo chico que era su falso novio.

Lo malo es que no todo era falso. No todo era mentira. Por que el no podía fingir que Shoto no le parecía lindo. Ni fingir que su risa no lo volvía loco. No podía fingir que no se sentía feliz y cálido al estar con él. Ni evitar emocionarse cuando le decía que su comida había quedado deliciosa. O estar a nada de morir de ternura al verlo adormilado, queriendo atención.
Pero debía hacerlo. Por que el trato estaba en solo ser amigos que se ayudaban entre sí.

Aunque había una parte favorita de él. Su arrogancia. Lo cual suena estúpido e ilógico. Ya que todos odian a las personas arrogantes. Pero con Shoto era diferente. El era arrogante por que sabía que era grandioso. Rara vez lo veía equivocarse acerca de algo. Sabía que era listo y usaba eso a su favor.

Manejo de manera tranquila hasta un centro comercial. Eran las 10 de la noche así que solo podían encontrar algunos locales de comida abiertos. Entre ellos un McDonald's, que cerraba hasta las 12 de la noche.

Shoto parecía ansioso y emocionado. Como un niño en una juguetería por primera vez. Y no sabía si eso lo mataba de ternura o lo llenaba de dolor. Luego se la paso leyendo las cosas en el menú para saber si podía o no comerlo. Sero lo notaba. Notaba cómo contaba sus calorías.

Podía ver su cuerpo delgado, no esquelético pero lo suficiente para que su clavícula sobresaliera, al igual que sus costillas. Su cintura demasiado delgada para ser real, intuía que sus muslos eran más gorditos de lo que ahora eran. Sus brazos temblaban al igual que sus piernas al estar de pie mucho tiempo. Lo sabía, como iba al baño después de comer, a vomitar todo lo que había cenado. Lo sabía. Como miraba con deseo los pasteles cada que paraban en una pastelería de regreso a casa. Era observador.

Así que solo quito a Todoroki del camino y ordenó por los dos. Dos hamburguesas con queso; malteadas de fresa y vainilla; una orden extra de papas, para el, y un refresco. Al final ni siquiera dejó que su amigo pagará por la cena. Pidiéndole que fuese a sentarse mientras el tomaba la comida.

Fue hasta la mesa, viendo como Shoto jugaba con una servilleta entre sus manos, retorciendola y suspirando "aliviado" una vez que estaba ahí.

—¿Sabes cuántas calorías tiene-

Y cómo ya era costumbre, y no por ser descortés, si fuese por el lo oiria hablar todo el dia; lo interrumpió. No le gustaba que de sus bonitos labios salieran cosas hirientes y estúpidas.

ClichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora