Capítulo 25

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Capítulo 25
Necesidad

Capítulo 25Necesidad

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Se sentía solo. Desde que se peleó con Shoto se sentía demasiado solo. Sabía que todo siempre fue un engaño, que sólo debían aparentar por un tiempo. Pero entonces, aquel sentimiento, que antes creía pequeño, empezó a expandirse, llenando lentamente todo su corazón y mente, logrando que lo único en su cabeza fuese Shoto Todoroki.

El muchacho callado y serio que reía con el cuando nadie estaba alrededor. El chico que se sentía satisfecho con solo comer soba, que reía escandalosamente al ver películas que le causaban gracia. El joven bailarín que se movía con elegancia. El único que lo volvía loco, que arqueaba su espalda y se perdía en placer de una manera tan excitante que creía que jamás podría volver a acostarse con nadie. Ese era Shoto Todoroki.

El chico que quería, el chico del cual se enamoro, sin poder poner freno a sus sentimientos, y al darse cuenta ya era tan tarde. Ya estaba tan hundido por el, soñando con el cada noche, fantaseando con besar sus labios, suplicando silenciosamente que el tema del noviazgo falso abandonará la mente del heterocromatico para que pudieran seguir con su relación como si nada.

Y lo arruinó. Sero arruinó todo con sus estúpidos comentarios, había mandado todo al carajo con sólo pocas palabras. Y estaba más que arrepentido. Pero el arrepentimiento no servía de nada. Pedir perdón no importaba por qué el daño ya estaba hecho.

El le había hecho daño, el sabia que decir para dañarlo, y no se inmutó en usar todo lo que menor le había confiado en su contra. Eos lo hacía una mierda de persona, una escoria, un ser que no merecía existir o vivir siquiera, por que había hecho lo único que prometió no hacer.

Y Hanta sabía que ahogar sus penas con alcohol no era el camino, no era lo correcto, no era la manera, el lo sabía. Sin embargo fue a un bar a emborracharse con sus amigos. Al final del día era año nuevo así que podía usar eso como excusa. Quería embriagarse hasta que no pudiese recordar nada creyendo que así olvidara a su príncipe arrogante. Que vil mentira le estaba jugando su mente.

Por qué no podía olvidarlo. No podía dejar de pensar en sus labios, en sus ojos, en su risa, su voz, sus gestos, sus palabras. No podía dejar de pensar en él y se sentía miserable por ese hecho.

Estaba tan borracho ya, que sólo se le ocurrió ir al departamento de su aun falso novio, por que aún no habían terminado . Sabiendo más que bien que Touya no estaba en casa por que se había ido a Nueva York por un trabajo. Tocó la puerta, todo desalineado y lloroso. Sonriendo al ver a su amado en la puerta. Entrando sin si quiera pedir permiso.

La casa estaba extrañamente hecha un desastre. Eso no era muy normal, ya que Shoto siempre quería mantener todo limpio, hasta el más mínimo rincón, y ahora había cobijas en el suelo, envases de sopa instantánea, tazas, su computadora y algunas almohadas. Era como si estuviera anidando en la sala. A parte de que llevaba puesta una de las sudaderas que dejó en su casa.

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