Capitulo 2

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Capítulo 2
Una familia rota 

Rotos, la familia Todoroki estaba llena de personas rotas, incompletas, una familia rota. Desde antes que Shoto fuese internado en el hospital, desde antes de Nueva York, desde antes de que Fuyumi saliera del closet o se fuera de la casa, desde hace tanto que era difícil recordarlo. Quizá todo empezó con esas dos personas rotas que se conocieron en un teatro. Un joven obligado a ascender y una bailarina que bailaba sin pasión. Dos personas que estaban desesperados por amor, por cariño, por calidez, desesperados por sentir, por tener una razón de vivir, tener una razón de ser, un motivo para quedarse, un salvavidas al cual aferrarse en ese mar tormentoso que es la vida. Buscaron erróneamente refugio en otra persona que se sentía vacía. Se casaron y tuvieron hijos que pronto se dieron cuenta de que estaban vacíos, que eran desdichados, que estaban incompletos, niños que no sintieron calidez , no sintieron amor ,crecieron oyendo gritos y lesionándose de gravedad. Crecieron sin una madre que les diera consejo y con un padre que no podía pensar en nadie mas que en si mismo. 

Shoto especialmente, siendo criado por otros niños. Una pequeña de doce años que se levantaba a las 6 de la mañana para hacer el desayuno y un hermano mayor que le ayudaba con las tareas mientras hacia las tareas de la casa. Dos personas que tuvieron que madurar demasiado pronto. Dos personas que desde que su madre murió dejaron de tener una vida para dedicársela a el y a Natsuo. Y estaba agradecido. El al menos tenia apoyo. Pero ese apoyo un día se canso y huyo. No los culpaba, solo que hubiese deseado que lo llevaran con ellos. Que le dieran una casa, un techo , una familia feliz. 

Lo primero que vio al despertar fue una luz deslumbrante, por unos segundos pensó que estaba muerto, que el típico mito de que al morir ibas al cielo se estaba cumpliendo, el pecho empezó a dolerle, pero el olor a medicamentos pronto inundo sus fosas nasales. Hospital, estaba en un hospital. Reconocía perfectamente ese olor, había estado ahí varias veces a lo largo de su vida. Después de procesar todo escucho los gritos de alguien llamándolo. Midoriya, dios era tan ruidoso y la cabeza le dolía. Sintió un peso extra antes de lo que pensaba, Bakugo se veía preocupado y con ganas de golpearlo a la vez. También vio a su hermana ahí, pobre, debió haberse estado muriendo de miedo. No paso mucho antes de que otra pequeña luz se pusiera frente a sus ojos, moviéndose de lado a lado, sus ojos instintivamente siguieron esa lucecita.

—¿Puedes escucharme?

Doctor, ese era un doctor, su garganta se sentía muy seca. Eso lo notaron las personas en la habitación y pronto le dieron algo de agua. Agradecía eso infinitamente. Tomo tranquilo el liquido transparente y respiro profundamente, necesitaba aire. Una vez que se sintió un poco mejor levanto la vista y miro al medico con esa típica expresión seria y calmada que tanto lo caracterizaba.

—Si, puedo escucharlo. Antes de que hagan preguntas, se quien soy, Shoto Todoroki, 17 años, nacido el 11 de enero de 2001, 1.76 metros de altura, peso de 72 kg. Seguramente preguntaron por las heridas de mis pies, soy un bailarín amateur de ballet. Ahora, yo tengo una pregunta ¿me iré mañana o en dos días?

Todos se quedaron callados, Fuyumi quería llorar de la impotencia, sabía perfectamente que la razón por la que su hermanito se sabía el protocolo era porque había estado ahí numerosas veces. Dolía la verdad, saber que no hiciste nada para impedir que eso sucediera. Bakugo sin duda parecía que quería matar a nadie. Y Touya sólo estaba al fondo de la habitación con los brazos cruzados. Callado, sin moverse, si no supiera que era su hermano lo confundiría con un asesino serial.

—Podrá salir mañana en la tarde jovencito. 

—Gracias. —El doctor miró a los hermanos de Shoto, ellos asintieron con la cabeza y el médico dejó la habitación prontamente. De cierta forma le daban lastima, se veían demasiado jóvenes los tres para estar pasando por eso. —Kats, Izuku ¿podrían dejarme solo con mis hermanos?

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