★ CAPÍTULO 08

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Adela G.

Nos trasladamos a el lugar donde se realizaría la fiesta, Bennett iba conduciendo la camioneta con Miranda en el asiento del copiloto, mientras Mark y yo íbamos en el asiento de atrás terminando de instalarnos los intercomunicadores en el oído.

El transcurso fue de casi de una hora, la fiesta se realizaría en la ciudad de Rusia, Moscú, en un residencial donde solo viven las personas más adineradas e influyentes del país, desde lejos no se podría decir que estábamos a punto de rodearnos de criminarles, porque ellos no parecieran eso, parecían personas la alta clase. Sin duda alguna sabían aparentar.

Bennett detuvo la camioneta, dos calles antes de el lugar donde se realizaría la fiesta, bajo del vehículo para que Mark pudiera tomar el control de la camioneta, sabíamos que era la hora de separarnos.

—Estaremos muy cerca, si necesitan refuerzos avísenos. —dice Miranda, alejándose junto con Bennett.

Mark toma el asiento de conductor, mientras yo me posiciono en el de copiloto. Dirigiendo la camioneta hacia a un gran portón que se encontraba al final de la calle con las iniciales AK en oro.

Althol Kozlov presumido de mierda.

El lugar estaba rodeado de muchos hombres, tantos que se podría decir que era como estuvieran preparados por si surgía una guerra, mientras avanzábamos hacia el lugar mi mirada se detuvo en el cuello de uno de los hombres, donde resaltaba el tatuaje de un águila, junto a un lobo.

Son los hombres de Althol.

El águila representa el padre de Althol, Sergey ya que el animal se considera un símbolo de la majestuosidad y valentía. Mientras que el lobo representa a Althol, el animal es conocido por su inteligencia, astucia, poder e intuición. Y es con ese tatuaje que marcan a los integrantes de Ferrum Hominum, los Vor v zakone.

Cuando nos íbamos acercando cada vez más al gran portón, pudimos percatarnos de la fila de vehículos de ultimo modelos, que iniciaban a atravesar el lugar.

—Hora de ponernos el antifaz. —dice Mark

Imito su acción y juntos nos adentramos a la gran fila de vehículos, que va avanzando hacia el portón. Esperábamos durante unos minutos, cuando por fin llego nuestro turno uno de los hombres armados se acercó y nos hizo señas para que bajáramos la ventanilla de la camioneta.

—Nombres e invitaciones. —dice el sujeto

—Señor y señora Miller de parte de la mafia italiana. —replica Mark mientras le pasa las invitaciones

El hombre nos observa por un instante, mientras revisa una lista que tiene en sus manos y por un segundo sus ojos dejaron de fijarse en ella para fijarse en mí.

E X P U G N O ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora