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Adela G.
Cuando termine de contarle todo a Miranda, sus ojos habían pasado de estar cristalizados, a mostrar como sus lágrimas bajaban sin control por sus mejillas, ella me veía anonadaba y sorprendía.
Le conté una parte de mi infancia de la que solo cuatro personas en el mundo tienen conocimiento, aún así, aunque parezca esa no es la historia cruel, esa solo fue el inicio de el camino al dolor capaz de destruir a una persona desde adentro.
Nunca he querido que me visualicen como una victima, porque hace rato entendí que soy una sobreviviente que aun intenta unir los escombros de los que esta hecha y como sobreviviente avanzo y no me quedo estancada en el dolor.
Aunque Abby y yo somos gemelas, la única diferencia que existe entre ambas son nuestros ojos, los míos son verdes pero los de ella son color miel, eso es lo único que hace que puedan diferenciarnos, porque de lo contrario seríamos el reflejo de espejo de la otra.
—Adela..—intenta hablar mientras limpia las lágrimas de sus ojos
—No.—digo—No quiero que me des el discurso, de que soy fuerte, de que sobreviví o de que lo sientes.
—No iba a decirte nada de eso.—me interrumpe, pero se que miente.—Iba a preguntarte ¿por donde empezamos a buscar a tu hermana?
Se que aprovechara la primera oportunidad que tenga para tocar el tema.
Porque he notado que cuando eres victima de algún abuso, muchas personas te dicen que el tiempo te curará y que estarás bien, pero no es así, hay cosas que el tiempo no cura, las heridas físicas son notables y traen con ella justicia, pero las heridas emocionales solo tú eres capaz de sentirlas, de verlas, solo tú entiendes tu dolor y aunque existan personas que estén o estuvieran pasado tu misma situación, cada dolor y cada superación es totalmente diferente.
No quiero escuchar alguien decir que estaré bien o que sanare, hay cosas que simplemente solo tú entenderás, solo tú puedes tomar la decisión de avanzar y dejar el dolor atrás.
Yo estoy marcada, estoy marcada de por vida, pero he entendido que ya nadie mas puede romperme, porque no queda nada, soy pedazos de piezas de un pasado doloroso, un pasado abusivo y de personas que con sus actos y palabras contribuyeron a crear lo que soy.
¿Quién soy? Soy Adela, soy la luz al final del túnel, soy el rostro de la destrucción que se acerca, soy lo letal, lo indescriptible, lo mortal y lo inefable.
Soy la perdición de todo el que crea que tiene agallas para enfrentarme, tal vez no sea indestructible pero si soy invencible.
Suprimo todos mis pensamientos porque ya el tiempo de lamentarse y llorar ha pasado.
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E X P U G N O ©
Teen FictionAdela fue entrenada para causar caos y destrucción a su paso, no tiene límites. Ella quiso pertenecer a una de las fuerzas especiales más importantes de los Estados Unidos la UFMA (Unidad de fuerzas mundiales anónimas). Con tan solo 22 años se ha c...