★ CAPÍTULO 09

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Revelaciones

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Miranda Walker.

*Antes del baile*

—Iré a terminar de guardar los equipos que nos llevaremos. —replique dejándola en la habitación junto con Mark.

Al salir, me dirigí directo a la habitación donde había dejado mis cosas cuando llegamos. Al entrar tomé mi mochila y saqué uno de los celulares inrastreable. Pase el seguro en la puerta de la habitación, para evitar cualquier tipo de interrupción, encendí otro de los irruptores de comunicación que tengo en mi habitación para sentir seguridad de que nadie escucharía.

Marque el número que Adela me había dado hace un tiempo, ambas nos los habíamos aprendido de memoria, ya que solo podríamos utilizarlo dos veces. Adela lo uso para dar la orden del atentado a su padre y ahora solo tendríamos una oportunidad para comunicarnos con él. Y luego de esta, solo nos podríamos a quedar a esperar, hasta que él se comunicara.

Al marcar tras el segundo tono fue cuando finalmente contesto.

—hace un rato que no sabía nada de ti. —dice la voz en el celular

—No soy Adela, pero ella fue la que me envió, quiere que sepas, que está en problemas y necesita tu ayuda con urgencia.

—Ella sabe que sus peticiones son la ley para mí, ¿Qué necesita?

—Necesita saber toda la información que oculta la UFMA, sobre el experimento EXPUGNO, además de que, Adela quiere saber porque su padre aún sigue con vida.

—Lo primero tardara un poco y lo segundo, yo mismo me comunicare con ella.

—De acuerdo.

La línea se cortó y con ella el inicio de algo que nadie se espera, pero que con certeza sucederá.

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Adela G.

Mark y yo corrimos hasta salir por completo de aquel lugar, al llegar al gran salón, con nuestro antifaz intacto y nuestras respiraciones un poco agitadas, él y yo seguíamos tomados de la mano, las que guio hasta llevarnos por las escaleras en dirección a la puerta de oro por la que habíamos entrado hace un rato.

Al salir por completo, Mark me soltó la mano para dirigirse hacia el valet parking y describirle como era su vehículo para que este pudiera traerlo de inmediato. Al pasar algunos minutos el vehículo llego y Mark abrió la puerta para mí y me ayudo a subir, luego rodeo el vehículo para adentrarse en él.

Cuando tomo el volante, para desaparecer por el camino lleno de flor que habíamos recorrido hace unas horas.

—Estamos saliendo, nos vemos en la misma calle. —dice Mark para que Miranda y Bennett escuchen por el intercomunicador.

E X P U G N O ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora