Adela fue entrenada para causar caos y destrucción a su paso, no tiene límites. Ella quiso pertenecer a una de las fuerzas especiales más importantes de los Estados Unidos la UFMA (Unidad de fuerzas mundiales anónimas).
Con tan solo 22 años se ha c...
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Especial de fin de año. Es importante leer la nota al final del capítulo.
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Adela G
Sus ojos se cargan de rabia al instante, sospecho que está a punto de explotar. Althol es un arrogante y orgulloso, no está listo para que alguien lo enfrente, pero si considera que yo seré una sumisa que está debajo de él, se equivocó.
Mientras nuestras miradas continúan entrelazadas recuerdo cuando antes de salir le pedí a Miranda que filtrara en la base de datos de la Navy Seals, la información sobre el ataque, sabía que con eso, cambiarán su entrada, quiero a Sergey dentro no afuera.
—Tenemos que irnos. —Codat termina de acabar la miradas de amenaza que me transmitía Althol, lo toma por el brazo cuando este no reacción, junto a varios de sus hombres.
Althol no reacciona y yo aún sigo viéndolo hasta que es obligado por sus hombres a entren en una camioneta que llegó de repente.
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Althol Kozlov
Fui forzado por mis hombres, a entrar a la camioneta cuando no quería abandonar el lugar, pero discutir con Codat para que retracte su orden en aquel momento iba hacer solo una pérdida de tiempo.
El peso de ley entre Codat y yo no es igual, pero cuando es una situcion de peligro, de vida o muerte, mis hombres saben que lo que él diga es lo que va.
Ahora dentro del despacho espero respuestas positiva, y no veo la hora de que mi padre entre por esa puerta. Hice lo que fuera posible para que eso se cumpla, me involucre con una desenfrenada, con una mujer y no cualquier mujer.
Una capaz de destrozarme, la entre en mi vida y en mi mundo, ha convivido con mis hombres, y con mi imperio y aunque de mi boca ella nunca lo escuchará, Adela Golubev es la única enemiga que tiene mis respeto, es una digna oponente, terca y diabólica pero digna. Una maldición con todas sus detonantes.
—Aún no tenemos información. —añade Codat adentrándose sin previo aviso a mi despacho, sacándome por completo de mis pensamientos.
—Necesito un informe, de al menos cada media hora que pasen en ese lugar.
—No será posible. —Con esas tres palabras hace que devuelva el vaso de whisky a la mesa y me ponga de pies. —La comunicación fallo hace más de 10 minutos, no hemos podido comunicarnos con ninguno de nuestros hombres, envié a dos de ellos ahora mismo.
Maldita sea, empiezo acercarme a pasos lentos a la ventana del despacho, mientras visualizo la luna caer sobre el cielo de Sudáfrica, nunca he tenido esperanzas de nada, porque soy fiel creyente de que tener esperanzas, es tener ilusiones, y quien tiene ilusiones siempre termina dañado.
