Esperar hasta que todos se fueran para poder recostarse en los bancos de la sala, cubrió sus ojos con el antebrazo, esperando a que Amera fuera a reunirse con ella para volver a casa. Después del viaje exprés que hizo Ryan, cuando su madre fue ingresada en el hospital, tuvo que volver a Alemania. Una cosa era dejar el trabajo por un día por su novia, otra muy diferente era ser negligente con su trabajo, y aquel hombre no era alguien que fuera a abandonar su trabajo así nada más.
Luego de entregarle los análisis de Shell al doctor Owen, Mackenzie le envió un mensaje a Leila, una incómoda línea dónde la invitaba a ir a cenar. Su respuesta fue inmediata, como si hubiera pasado todo el día pendiente del teléfono a la espera de un mensaje. Hasta que recordó su conversación de esa misma mañana, dónde Leila le decía que pasaría el día en el departamento reposando, los últimos días había estado caminando demasiado y se sentía agotada; responder rápido sus mensajes era algo lógico.
Haberla invitado a cenar fue algo muy agradable, la cantidad de emojis de corazón que recibió fue el equivalente a una nota de voz dónde, quién sabe, tal vez le diría repetidas veces lo emocionada que estaba por salir juntas.
Llegaba a tener ese tipo de actitudes en varias ocasiones, en general Leila no se mostraba como una chica consentida, acostumbrada a tener lo que quisiera en el segundo que lo pedía. Y cuando se comportaba así lo hacía consiente, a sabiendas de estar molestando a alguien.
Eso podría ser una ventaja de salir con alguien mayor que ella. Un detalle en el que nunca se detuvo a pensar, en primera porque no le interesaba la diferencia de edades, y en segundo lugar porque Leila tampoco parecía molesta con eso. Lo que más necesitaba en esos momentos, además de tener a su mejor amiga cerca para darle consejos y apoyo emocional, era disminuir su ritmo cardiaco, sentía como si el pecho fuera a explotarle por la velocidad en la que latía su corazón.
Fuera buena suerte o mera coincidencia, Amera entro en el cuarto, corriendo a sentarse junto a ella, Mackenzie levantó la cabeza para que ella pudiera acomodarse y luego recostarse sobre sus piernas. Se trataba de una acción automática, muchas veces no llegaba a pensar mucho en lo que hacía. Todas sus respuestas con Amera eran así. Había tanta confianza entre ellas que para ellas lo más extraño e incómodo era entrar al baño mientras una lo usaba.
—¿Nerviosa? —preguntó Amera, quitándole el cabello de la frente.
—En mi vida he ido a una cita... ¿qué se hace?
—Ryan y yo vamos a cenar, pero es porque llevamos mucho tiempo juntos. Cuando salimos caminamos por el parque, en ocasiones pido un helado o unas crepas, realmente no hay un patrón.
—¿Y en una cena que haces?
—Enfócate en ver lo que haga feliz a Leila. Será lo más fácil por ahora, además te dará paz mental, no tendrás que pensar en charlas o temas de conversación, lo cual es complicado para ella, y así la cena será amena.
Mackenzie, contrario a lo que Amera esperaba lograr con sus consejos, se sintió más ansiosa. Su amiga había hecho la reservación en uno de los restaurantes dónde ella y Ryan iban frecuentemente, tenía el beneficio de tener áreas reservadas lejos de la zona "normal" como la llamaba Amera. Eso le daba ventaja en un ambiente tranquilo.
Pero también la dejaba aislada.
—Vale, mira, ve a la cena, come, charla y averigua como sacar la situación adelante en la marcha, ¿te parece mejor esa opción?
—No... —respondió luego de largos minutos en silencio.
Mackenzie suspiró, se impulsó para sentarse, se pasó la mano por el cabello deshaciendo las dos horas y media de trabajo tratando de mantenerlo bajo control. Había días en los cuales le daba lo mismo tener sus incontrolables risos controlados, y otros dónde realmente deseaba esforzarse por darle estilo a su cabello sólo para rendirse diez minutos después.
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La voz del Silencio
RomanceSu infancia estuvo resumida al silencio, mantener la cabeza baja y esconderse en un hoyo dónde nadie pudiera encontrarla. Ahora, como una mujer adulta, no tiene que rendirle cuentas a nadie. Dice lo que quiera. Hace lo quiere. Mira a todos como sere...