EL NOMBRE DE LA LUNA

El Guardian

Su armadura negra, en su pecho el dibujo de una espada de oro, símbolo al que el denominaba justicia.

Con el filo de su espada se trazaban destinos. Ella le abría el camino, limpiaba al mundo de impuros y él era la mano que guiaba esa justicia. En nombre del único Dios, Jove padre creador de Dioses y hombres (pater deorum et hominum).

Limpiando el filo de su espada vio con orgullo su campaña, impuros regados por doquier, hombres, mujeres, niños. Impuros al fin. Bestias hijos de demonios que no tenían derecho alguno de caminar en la creación de Jove.

- ¡En el nombre de Jove, se hizo justicia ¡su exclamación fue seguida por la de sus hombres.

Acto seguido inclino su cabeza y pidió misericordia por los muertos, que sus almas sean perdonadas y reposen en el amor de Jove.

Todavía se sentía poseído por el espíritu de la fe, el sentía como lo poseía cada vez que entraba en batalla, como Jove lo hacia poderoso para que pueda mostrar el camino.

Marcho hacia su tienda con su cuerpo aun temblando por la emoción de la batalla, una batalla más ganada, al entrar en ella.

- Hijo. Pronuncio su tía abriendo los brazos al recibirlo – alabado sea Jove, eres su amado su elegido, su luz brilla en ti hijo.

- Tía ¡¡ que grata sorpresa.

- Me hacía falta un abrazo, ver a mi niño. James .

- Siempre serás bienvenida. Mi espíritu siempre te acompaña y te necesita. Tu eres la madre que Jove envio a mi vida

Siempre fue un niño tímido, asustadizo. Sintiéndose poca cosa, imperfecto. Siempre se tomaron el tiempo de recordárselo, él no era amado, el no valía la pena. Era malvado su alma estaba sucia, por eso había matado a su madre al nacer.

Una de las criadas del castillo de su padre le conto su nacimiento, como desgarro a su madre al salir de su cuerpo. El odio con el cual su padre lo observo de lejos. Jamás entro a su cuarto ni cuando lloraba desesperado por atención. De él se encargaron las criadas, hasta que llego su tía a ocuparse de él. Creció entre el odio de su padre, la burlas de su hermano y el amor de su tia y su hermana que lo amo desde que lo vio, la persona que tomo el papel de madre en su vida y pudo ver su grandeza, al cumplir los diez años se lo llevo lejos de allí, haciéndolo su prioridad.

Al poco tiempo se casó con un hombre griego, Marcus Lucius. General del ejercito de Roma muy respetado en la sociedad. Fue criado y educado en Grecia.

Allí su tia conocio la palabra del Dios único, e inmediatamente supo reconocer que el era el indicado para defender la fe y sembrar su semilla, asi lo inicio en el amor de Jove, Dios único.

Su tío Marcus lo amo como a un hijo, asi lo presentaba ante la sociedad romana, lo entreno con la espada, lo convirtió en un soldado, en un guerrero. Pudo encontrar su camino, ahora comprendia todo lo que había acontecido en su niñes, Todo ello lo fue preparando para hacerlo fuerte, el hombre quien era ahora.

Solo su padre de sangre no pudo verlo, pobre hombre, ciego al no poder ver su grandeza, hombre con un alma sin luz. El no le deseaba el mal, que Jove lo juzgue.

Jove lo marco como su favorito desde el primer día, su madre murió por un motivo, para que su tia llegara a su vida, su padre lo rechazo porque su padre verdadero lo esperaba para acogerlo en sus brazos y en su luz. Su Tia no lo alejo de su hogar, ella lo llevo al lugar santo donde su verdadero padre lo estaba esperando.

Esas bestias no tenían derecho a caminar bajo el cielo que cubría a los hijos de jove. Ese era su propósito limpiar el mundo de bestias, hijos del mal y todo aquel hombre que no estuviera dispuesto a seguir a Jove.

¿Qué diría su padre si lo viera ahora? Se convirtió en un gran señor, el guardián de la fe. Seguramente se sentiría avergonzado de haber actuado como lo hizo.