-La visión vino a mi Elisa. La mejor forma de protegerla es dejar que los acontecimientos ocurran. Sé que ahora te parece aberrante. Confía en mí.
Los ojos de la anciana se posaban sobre Kara, mientras la pequeña intentaba escapar de su hermana, corriendo por los jardines del castillo de Aguas del cielo. Veía tanto de su hijo en ella, sus ojos tan intensos, esa paz que lograba transmitir su presencia. Su nieta, toda ella trasmitía grandeza. Lo supo desde que la vio salir del vientre de su madre, el nombre de Kara quedaría grabado en piedra para que las generaciones futuras contaran sobre ella iluminados por el fuego, su nombre seria pronunciado como bendición.
- Cat, confió en ti. La amas tanto como yo. Elisa sostuvo la mano arrugada de la anciana en la suya - se hará como tú digas.
- Kara debe ser preparada para su destino, tu harás tu parte, yo la mía. La niña lleva en su sangre dos razas y será instruida en las viejas costumbres de los druidas tal como lo hice con su padre, mi hijo Eirian. Es hora de que conozca su verdadera esencia. Ahora por favor Elisa tráela a mi presencia. Dile que su abuela la espera. Sonrió con amor.
En la mente de Elisa resonaban las palabras de la anciana Druida. Cat la llama sagrada. Mirando a su pequeña hija. Su pequeño sol. Tan pequeña y tan pesada carga la que portaba. El día había llegado, Kara debía conocerse.
Al grito de abuela. Una mata de cabellos rubios y otro rojo se arrojaron a los brazos de la anciana.
-Pero miren que grandes están mis dos flores. Elisa con que las alimentas?
- ¿Abuela, porque tardaste tanto en regresar?, tengo muchas cosas que contarte. ¿Adivina quién está en entrenamiento avanzado? Orgullosa Alex señalaba su pecho con un dedo.
- Abuela yo también entreno y te hice unos dibujos. Además, practique lo que me enseñaste. Y tengo tanto que mostrarte.
- Ya calma ambas, me quedare unos meses con ustedes, podrán contarme todo y les traje regalos.
-Regalossssssssss gritaron al unisonó las hermanas.
ELIZA EL, SEÑORA DE ELLAN VANNIN
Tiempo atrás.
- Eirian no será fácil amor, pero dejaría todo, todo. Vayámonos lejos, dejemos atrás los clanes, seremos dos simples personas que se aman.
- Cruzaremos el mar, cultivaremos la tierra, gallinas. Construiré nuestro hogar con mis propias manos. Nuestros hijos correrán libres. Alex ya sabe que tendrá un hermano?
- No, no podría guardar el secreto. La sonrisa se le escapaba fácil de los labios al ver a su amado. Tan hermoso, tan altivo, sus ojos tan celestes como un cielo despejado
- Pronto ya no será un secreto y debemos tomar una decisión, le conté a mi madre de ti y él bebe. No podía dejar de sonreír, su semilla dio fruto.
- Cómo pudiste Eirian, nadie puede saber de nosotros.
- Elisa calma amor. Mi madre no tiene ese rechazo por los otros clanes, ella tiene el don de la visión. Mi madre Elisa, ella es la portadora de la llama sagrada de nuestro pueblo.
- ¿Sabes lo que pasara con nosotros si descubren que nos amamos?, no dejaran vivir a nuestro hijo Eirian.
El bosque posee ojos y oídos. Y así fue en esta ocasión. A los oídos de Zor El llego la noticia de que su hija se encontraba en secreto con un hombre de los bosques.
Elisa fue encerrada en sus aposentos, nadie entraba ni salía de él. Su madre Alura le acercaba alimentos y estaba atenta a sus necesidades. Elisa estaba segura que su madre pudo olfatear su cambio de olor que delataba su embarazo y se calló.
Así pasaron meses completos. Hasta que su padre abrió de manera estrepitosa la puerta de su habitación. Ella desafiante se puso de pie y descubrió su vientre, su destino estaba trazado, conocía muy bien las leyes de su pueblo.
Seria sentenciada a muerte. Debería cruzar el bosque por la noche, donde seria cazada por diez lobos. Seria destrozada, se dejaría su cuerpo podrirse a la intemperie, su carne arrancada de sus huesos por carroñeros y sus huesos serian blanqueados por el sol.
Seria perdonada su vida, solamente si lograba atravesar el bosque y su ofensa seria borrada.
Nadie lo había logrado. Su destino estaba escrito, la próxima luna llena, ella y el hijo en su vientre morirían. Solo quedaba esperar.
Una noche un cuervo llego a su ventanal con una nota en una de sus patas. Eirian le declaraba su amor y que él la esperaba en el bosque.
La sacaron del castillo descalza. La hierba húmeda mojaba sus pies. Una cadena de plata alrededor de su cuello le impedía transformarse. Fue conducida ante la atenta mirada de su padre y el pueblo hasta la orilla del bosque. La luna llena lo iluminaba. Pensó para sí que la luna nunca estuvo tan brillante.
-Elisa Zor El, tu sentencia será llevada a cabo la noche de hoy. La luna es testigo de la falta hacia tu pueblo. ¡Que ella dicte sentencia sobre ti! la voz de su padre resonó en medio de la noche. La sonrisa de su hermano le causo escalofríos.
Su padre se acercó a ella, sus ojos no mostraban sentimiento alguno y con una inclinación de cabeza se inició todo. Fue conducida al bosque y se le ordeno correr. Pensó no hacerlo, pero luego sus pies se movieron y tomaron velocidad, Eirian la estaba esperando, su hijo merecía que ella luchara para que el pudiera nacer.
Se sorprendió de su velocidad, a pesar de su abultado vientre se sintió ágil y veloz. Pudo oír los aullidos, sabia su significado, iban por ella.
No podía transformarse por completo la cadena en su cuello se lo impedía, pero podía sacar sus garras y colmillos. Sentía la maldita cadena quemar su piel.
Pudo olfatear al primer lobo, lo sintió acercarse y saltar sobre ella, con un ágil movimiento dio una voltereta en el aire y con sus garras arranco la garganta de lobo. Al tocar nuevamente sus pies el suelo siguió corriendo.
El segundo casi acaba con su vida, pero pudo con él, pronto se vio acorralada por cinco lobos y frente a sus ojos pudo ver su fin. Cuando sus fuerzas casi la abandonaban pudo ver a Eirian luchando junto a ella. Juntos acabaron con tres.
- ¡Corre Elisa, déjate ver, por nuestro hijo, por mí, corre!, apremio Eirian
Así lo hizo corrió todo lo que sus pies soportaron, corrió hasta sentir que sus pulmones quemaban, corrió hasta que sus pies se tiñeron de sangre, corrió por el hijo en sus entrañas. Al llegar al final del bosque pudo divisar a su padre, madre y resto del senado. La sonrisa en su madre y el asombro del resto.
Su ropa hecha girones, su cuerpo cubierto de sangre. Se acercó a ellos el senador Naodh tomo la llave y sin decir palabras quito la cadena de su cuello.
- ¡Elisa de la casa de El, Gealach te ha juzgado encontrándote inocente, eres libre de caminar guiada por la luz de Raó!. La voz del sumo sacerdote del clan, M'yrnn rompió el silencio. - Bienvenida señora.
Elisa los miro desafiante, les dio la espalda de un salto transformándose en una loba de pelaje cobrizo y se echó a correr a lo profundo del bosque. Directamente al sitio de sus encuentros secretos con Eirian el druida
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EL NOMBRE DE LA LUNA
FanficSiglos de lucha entre los descendientes de tres clanes. Guerras territoriales en busca del poder. La sangre, alianzas trazadas, otras rotas. Fortalecieron a los humanos. Los cuales a su vez crearon alianzas para la destrucción. Los territorios di...