NOCHE DE BODAS

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-¡Maldita puta!. Bramo Jor El. Quien se cree que es para tomar una decisión así. ¡Jamás lo permitiré! Caminaba de un lado a otro en el interior de su tienda. Esa media sangre, no tendrá bajo su control a los guerreros de Rao. ¡Puta mujer!

-Calma esposo mío, nadie puede verte así alterado y menos oírte decir tales cosas. Aconsejaba Astra.

-Padre. ¿Ahora qué haremos? Preguntaba desconcertado Mon El.

- Ya encontraremos la solución hijo. Ahora ve a beber y divertirte. Es la boda de tu prima. Deben verte feliz. Nadie debe sospechar nada. Alentaba Astra a su hijo. –Saldremos en un rato.

Fuera. Todo el mundo festejaba la unión. Ellan Vannin por partida doble. En la tienda de Lena la nueva pareja, no podían despegarse la una de la otra. Ni dejar quietas sus manos.

-Estas hermosa mi cachorro. Pronuncio Lena sobre la boca de Kara.

-No. Tu estas hermosa. Eres bellísima y ahora eres mía.

- ¡Voy a entrar¡. ¡No digan que no avise! Gritaba Lesli y detrás de ella se oia la risa de Samanta. –Ya entre. Bueno tórtolas. Ya sus caballos están listos. En los bolsos hay ropa para tres días, alimentos y cosas que pueden llegar a servirles. Así que tomen lo necesario y nos vamossss.

-¿Nos vamos?. pregunto confundida Kara.

-Si. Respondió Lesli. No te dejare sola, jure protegerte siempre.

-Si ella va a la luna de miel yo también voy. Reclamo Samanta. Con una voz algo pastosa. – No me veas así Lena. Intentaba con un dedo bajar la ceja elevada de la nombrada. -Soy tu prima Sami. Si el gato va. Yo voy. Intentaba pararse derecha y parecer enfadada.

-Las únicas que irán. Seremos nosotras dos. Tienen razón amor. Se dirigió a Kara. Solo tenemos disponibles tres días para nosotras. Luego nos reuniremos con el ejército. Acaricio el rostro de su esposa. –quiero llevarte a un lugar que queda a pocas horas de aquí y lo mande acondicionar. Además. Se acercó al oído de Kara, estoy segura que estas dos, si nos quedamos aquí no nos dejaran ni darnos besos. Rio. Haciendo reír a Kara a su vez.

-La ebria no ira. Señalo Lesli. Afuera hay un grupo de 10 que las acompañara. Shuuuu. Antes que agreguen algo. Eso no es negociable. Estaremos apartados de ustedes. Atentos.

Kara fue a despedirse de su madre y hermana. Alex ya con poco equilibrio se abrazaba a su hermana. Mientras que Lena, batallaba con una Samanta que no quería soltar su montura.

-Si el gato va, ¡yo voy!. Además, quiero volver a ver el trasero de la novia. Rio. -Fabulosoooooooo. Lena la puso de culo en el suelo de una patada.

-Búscate un culo por allí Samanta. la increpo Lena.

Emprendieron la marcha. Con los diez hombres a una distancia prudencial y fuera de su vista. Excepto Livewire que corría detrás de ellas. En dos marcas. Llegaron a una pequeña cabaña, al pie de una montaña, rodeada de un bosque.

-¿Que es este lugar? Los ojos de Kara vagaban por el lugar. Olía a pino, estaba muy limpia y le pareció hermosa.

-¿Te agrada? Era de uno de mis hombres. La construyo para su esposa. Pero ella lo dejo antes de la boda. Huyo con un mercader. Se la compre.

-Es hermosa. Beso los labios rojos de la pelinegra. Encendieron el fuego y Lena saco una botella de vino y dos copas.

–Brindemos esposa mía. alzo su copa y vio beber a Kara un trago. Por nuestra unión cachorro mío. La necesidad de Lena se hizo urgente, necesitaba esos labios pegados a su boca, sentir la piel aterciopelada de Kara con sus manos. Necesitaba tocar ese cuerpo que vio a la luz de la luna en la ceremonia. Pero en su mente se repetía como un mantra que debía ir despacio para no asustar a su joven esposa. Los besos se hicieron desesperados, la mano de Kara vagaba por la espalda de su mujer. Comenzó a besar su cuello, haciendo a un lado su melena negra. Lena no pudo reprimir un gemido cuando sintió una mano de Kara sobre la piel de su abdomen. Elevo el vestido de la rubia hasta que pudo tomar su borde y quitárselo por encima de su cabeza. De su garganta salió una especie de gruñido, al darse cuenta que era el único atuendo que cubría su cuerpo. Beso sus hombros, recorrió con besos su clavícula. Acaricio los pezones rosados con la lengua. Mientras que, con sus manos, la sujetaba  por las caderas, sentía como esta se retorcía de placer. La sujeto más firme y se arrodillo frente a ella lleno su abdomen de pequeños besos y luego dibujo y una línea con su lengua desde el ombligo hacia abajo. Que hizo gemir a Kara. Contemplo su sexo, con escasos bellos rubios, prolijos y cortos. Los acaricio con la puna de su nariz. Lo que hizo que Kara temblara. Metió la punta de su nariz en la entrada del sexo rosa de la rubia y aspiro su olor. Se llenó de el. Pudo sentir la humedad de su propio sexo y los ojos se le oscurecieron con lujuria. Se puso de pie y volvió a besar su boca.

EL NOMBRE DE LA LUNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora